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La fotografía y su impacto en Costa Rica

Dar una mirada al recién pasado Salón de la Imagen -finales de 2011, Galería Nacional, Museo de los Niños-, no fue suficiente para trazar el poliedro de la fotografía en Costa Rica, fue necesario observar más de cerca sus propuestas, preguntarse quizás sobre el temple de los conceptos con que crean su lenguaje, observar la experimentación y el uso de infinidad de recursos para la ejecución de cada obra, determinar búsquedas personales, estilos o aproximaciones a su modo de creatividad, y, sobre todo, catar ese sentido de hacer con dominio, tanto como la amplitud de visiones artísticas que implican en la muestra.

Juan José Pucci, Sanatorio Durán, Fotografía digital, 2011. Cortesía del artista.

Una mirada cercana
También, es necesario aclararlo, que es imposible dar una lectura individual a cada pieza, a cada artista, en tanto la participación y número de piezas expuestas fue enorme. Como siempre, quedan aquellas ojeadas que me sedujeron en el paso a paso por la muestra, y de las cuales obtuve alguna respuesta a mi interrogante, por parte de los artistas que me permitieron tener las fotografías.
Me atrapó -por ejemplo-, la visión de Juan José Pucci, sobre el antiguo Sanatorio Durán, donde en la primera mitad del siglo XX se dio cura a la tuberculosis, luego fue reformatorio juvenil, y hoy en día yace silencioso, solitario -tal y como lo captó este fotógrafo-, ante los vientos refrigerantes del volcán Irazú. Las perspectivas de los aposentos, los vacíos, las gradas, puertas y maderas añosas recuerdan con esa “textura enfermiza” del tiempo inclemente y acentúan el dramatismo puesto en la imagen, incrementado con el color y atmósferas logradas por su autor.

Adela Marín, “Yo como voyeur”, Fotografía b/n, 2011. Cortesía de la artista.

Se muestra en “Yo como voyeur”, a una intimista Adela Marín quien contempla la fuerza del cuerpo, y logra entablar -desde el lado del espectador-, una mirada a la fogosa sensualidad, y a esos signos de la masculinidad que, a algunos incomoda, o, por el contrario, impacta.

Karla Solano, "Lecho", foto-instalación, 2011. Cortesía de la artista.

La imagen como cuerpo propio y el cuerpo de la imagen sazonan en la pieza de Karla Solano, donde ella, entre sábanas blancas, juguetea con la forma y el topos, o lugar, ahí donde se sueña, se descansa, y adquiere fortaleza su foto-instalación.
La presencia de lo humano en el salón, además de retratos y otras construcciones, es abundante y de muy diversa naturaleza.

Rebeca Alpízar. Fotografía digital. Cortesía de la artista.


La pieza de Rebeca Alpízar, entre otras del colectivo de la Universidad de Costa Rica encabezado por la artista Gabriela Calderón, motivan detención, al percibir cómo la afecta el fragmento de un papel con esbozos que la artista dispone en distintas partes de su desnudez, para provocar en nuestra introspección y preguntarnos ¿qué nos quiere decir?; es una mirada interior, hacia los adentros de la psique.

Luis Diego Ramos Arias, Lúdico I y II. Fotografía digital,cortesía del artista.


Luis Diego Ramos Arias presenta dos propuestas, Lúdico I y II, mueve los recuerdos quizás de la infancia, cuando el objeto se vuelve símbolo de la memoria y cotidiano de cada uno.

Elías Marín Lara, "Sueños compartidos". Fotografía cortesía del artista.


Elías Marín Lara, "Sueños compartidos", es una construcción icónica múltiple, donde el módulo se repite constantemente asimilando la “estructura social”, que, como expresa el propio artista “nos deja pocas opciones de movimiento y de ser”.

Mario Acosta. Fotografía digital. Cortesía del artista.

Priscilla Mora. Fotografía digital, cortesía de la artista.

Priscilla Castro. Fotografía digital, cortesía de la artista.

Camille Zurcher. Fotografía digital. Cortesía de la artista.

El colectivo que representa a la Escuela de Fotografía de la Universidad VERITAS, estuvo compuesto por Pablo Franceschi, Carolina Bello, Gabriela Bonilla, Daniela Linares, Mario Acosta, Priscilla Castro, Silvia Fernández, Alessandra Baltodano, Matías Sauter, Camille Zürcher, Priscilla Mora y Mario Chavarría, trata otra considerable diversidad de visiones y posturas para mirar la vida y el significado que la imagen fotográfica guarda para cada uno, al evocar el paso del tiempo, los sueños, los dramas y los imaginarios. Destaca las piezas de Mario Acosta por la construcción de los escenarios, los vestuarios, el truco de los rostros y la tensión que provocan. Destacó un video sobre una entrevista a un joven africano donde se tocan esas desesperanzas que experimentan los migrantes, no sólo ahí en el continente negro, sino en casi todas las latitudes que los llevan al punto de la explotación o esclavitud y los tratos inhumanos.

Isaac Martínez, "Tunel". Fotografía digital 360 grados. Cortesía del artista.

Las propuestas de Isaac Martínez demuestran como él es uno de los fotógrafos que posee gran experticia en el manejo de la tecnología, de lo que él llama “360 grados”, con fotos cuyo movimiento reverbera en la sala o atrae un acercamiento hacia la piel de la imagen, necesario para articular nuestro entendimientos de esos novedosos recursos.

Rocío Escobar, "Remembranzas", 2011; fotografía b/n. Cortesía de la artista.

Rocío Escobar busca para sus fotografías, el sensible espacio vivencial de una tercera edad donde solo existen recuerdos silenciosos y miradas al evocar.
Jorge Luis Ramírez con imágenes superpuestas y la poesía de las transparencias acude a una reflexión o crítica social sobre una de las problemáticas que se mueven sobre las fajas de asfalto en el país, donde rueda la muerte cada día, desatada por la pueril imprudencia de los conductores.

Jorge Luis Ramírez, fotografía digital. Cortesía del artista.

Patrocinadores y acercamiento a uno de los propulsores
El Segundo Salón de la Imagen, fue coauspiciado por la Universidad Veritas, la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica (UCR), El Museo de los Niños, y la empresa privada por parte de OLYMPUS, Icon de Costa Rica, y El Hotel San José Palacio.
Jorge Luis Ramírez, de la Fundación Imago, y principal impulsor y curador, ofreció algunas observaciones que nos permite catar mejor los frutos del evento. Expresa que es importante recordar el primer Salón de la Imagen, organizado al celebrar los 50 años de fotografía artística en el país. “En esta segunda edición –agrega-, nos propusimos consolidar la iniciativa. La especificidad del evento se advierte en una propuesta curatorial formal, donde se presentaron trabajos con mensaje, y no solo unas fotografías desarticuladas”.
A mi pregunta, de cuál fue el principal logro, Ramírez señala que “se invitó a una fotógrafa mexicana, Arelí Vargas, quien es una curadora experimentada en Guanajuato, ella se interesó en que planteemos una nueva selección para llevar al Festival Cervantino 2012 allá en México”.
Otro de los tópicos que interesa indagar valora qué se está innovando en el arte fotográfico, a lo que Ramírez acota “la imagen está trascendiendo el formato fotográfico al digital. Eso ha permitido el desarrollo de nuevos lenguajes”. Agrega: “algunos autores afirman que la imagen digital nos permite una aproximación más, tipo pintura”.
Como uno de los activadores para reunir a las diferentes instituciones que mostraron, señala “el prestigio obtenido en el primer salón”. Pero, “hay que trabajar con organizaciones que mueven la creación de la imagen”, señala Ramírez, “desde la Fundación Imago, nos presentamos como un ente organizado para empujar este desarrollo”. Además comenta que, “el arte ha cumplido diferentes funciones a través de la historia. Hoy día se cumplen acumulativamente pero se plantean nuevas que no son reconocidas todavía”.
La fotografía actualmente se acompaña muy bien con las diversas manifestaciones del arte contemporáneo: la instalación, el video, los ensambles, las técnicas mixtas. A mi pregunta de ¿cuáles son las principales vertientes de expresión y de creación que considera la fotografía como principal soporte?, Jorge Luis Ramírez comenta: “como dije antes, la fotografía ha evolucionado a la digitalización y el video. Las cámaras hacen ambas. Ya no se puede hablar de fotografía en el sentido original, sino más bien como resultado de la mezcla de soportes y o formatos. Hoy día la fotografía es más elástica, más maleable, más sujeta a la manipulación con fines creativos”.

A manera de conclusión
La existencia de salones, bienales, encuentros y otros acontecimientos que reúnen lo mejor del arte de un país -aunque en este caso es sensible la ausencia de muchos nombres del arte fotográfico en Costa Rica (como en este texto, no están todos en tanto que por políticas editoriales se debe tener el respectivo permiso de cada autor para reproducir la obra), que la cultivan y son baluartes para el impacto que alcanza la fotografía en la actualidad -hablo de un Carlos Jinesta, Jaime David Tischler, Giorgio Timms, Victoria Cabezas, incluso nuevas generaciones con otros nuevos nombres como Roberto Guerrero, Cinthia Soto, José Alberto Hernández, entre otros-, quizás ese sea el nuevo reto para abastecer la propuesta de la tercera edición, donde se amplíe el arco de visión, fundamental, para motivar esa diversidad de la investigación creativa que se realiza hoy en los distintos colectivos.

 

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