Frente a Oriente. el proyecto artístico de la civilización occidental ha establecido sus fundamentos sobre unos pilares biográficos. Desde Pigmalión hasta Dorian Gray, el artista ha creado bajo los dictados de una pulsión narcisista que le obliga a engendrar obras de arte a su imagen y semejanza.
Yaron Steinbert (Jerusalém, 1982) ha querido llevar este principio al limite y ha recreado con Brain/City una escultura gigante de su propio cerebro. La instalación, de 1,40 metros de alto y 1,60 de largo, dispone de un interior en el que las neuronas son sustituidas por edificios.
Cada uno de los “vecindarios”, interconectados entre ellos, se propone representar un aspecto diferente de la memoria del israelí. “Es una obra que se utiliza como un diario personal, un escenario en donde los acontecimientos y los mundos trabajan en simbiosis y forman una textura viva”.
La ciudad-cerebro ha sido realizada con cartón, cinta adhesiva, luces de navidad e incluso un tren de juguete que recorre su interior. La obra tardó seis meses en realizarse y sirvió como proyecto final de carrera de Steinberg
Inquietante