“Yo no diseño, hago objetos de diseño”. Se autodefine como escultora-diseñadora, es curiosa por naturaleza, ama los accidentes y odia las posibilidades en exceso. Cuestiona todo, convierte cosas que otros desechan en alhajas y considera estar siempre en crisis. Le encantan las paradojas y el color blanco. Se siente muy holandesa a pesar de llevar muchos años en el extranjero. Londres, Nueva York y ahora Madrid son ciudades que han dejado huella no solamente en su vida personal, sino también en sus obras.
Se trata de Marre Moerel (Breda,1966), la autora de la colección de cerámica Food on the Table, inspirada en la cultura española y que juega con el contraste entre la crudeza de los fragmentos cárnicos de los animales y su belleza oculta. Moerel ha logrado crear verdaderos objetos de diseño a partir de moldes de vísceras: una vajilla completa de mesa, piezas de iluminación y algunos utensilios como un salero y un pimentero que destacan por su aspecto bestial.
Delante de su estudio en la Calle de la Luna, Madrid.
Los órganos animales me dan mucho asco, pero al mismo tiempo me parecen muy bellos
“Los órganos animales me dan mucho asco, pero al mismo tiempo me parecen muy bellos”, señala la reconocida diseñadora. La holandesa, que estudió escultura y diseño en Londres y Nueva York, considera que nosotros mismos somos carne, una realidad que en cambio nuestra sociedad intenta esconder. “Hemos perdido la esencia de la carne y quiero recuperarla”. Para la elaboración de sus diseños utiliza objetos y materiales que se ha encontrado inesperadamente en la calle y que son a veces tan comunes que la gente no se da cuenta de ellos. Su filosofía de trabajo consiste en transformar elementos y dotarlos de un nuevo sentido, pero conservando su pasado.
Proceso de elaboración de la colección Food on the Table. (Fotografía: Marre Moerel).
Cuando visitó por primera vez un mercado madrileño de casquería se quedó desconcertada por lo obsceno de los intestinos, lenguas, riñones y otras partes del animal que se exhiben en los mostradores españoles. Según ella, el mercado es el barómetro de la riqueza económica de una región por lo que sus frecuentes visitas le han ayudado a entender mejor al país ibérico. ”La vida española, igual que su comida, es mayoritariamente muy directa y sencilla. Su manera de ver la vida es muy básica y honesta, porque saben apreciar los placeres simples como el comer y beber. La normalidad que domina sobre sus vidas cotidianas es lo que mi colección Food on the Table trata de representar”, revela.
Puesto de casquería en el Mercado de los Mostenses, Madrid, 2012.
Puesto de casquería en el Mercado de los Mostenses, Madrid, 2012.
Además de retratar el carácter español en su colección, intenta romper con la tradición que excluye la representación de las vísceras en la vajilla. “Hasta ahora solo se han diseñado vajillas en forma de verduras, pero casi nunca de carne.” Con su colección Food on the Table invita rendir homenaje al animal, valorándolo como un proveedor de igual importancia que todos los demás que atribuyen a nuestra alimentación diaria. El fin de su colección es por tanto crear una consciencia social sobre qué y cómo comemos.
Puesto de casquería en el Mercado de los Mostenses, Madrid, 2012.
Elementos utilizados para Food on the Table. (Fotografías de la izquierda: Marre Moerel).
La neerlandesa busca en cada uno de sus piezas lograr un aprendizaje personal y lo consigue precisamente por no planear sus diseños. “Me gustan los accidentes durante el proceso de elaboración, porque siempre hay accidentes buenos. Prefiero crear los objetos primero y después decido lo que hago con ellos”. Gracias a estas eventualidades le ha conferido a sus diseños singularidad y una personalidad propia. Varias piezas de la colección Food on the Table, como en el caso de Fauno´s leg, han nacido por la unión espontánea de diferentes partes preexistentes. “Mi manera de trabajar se parece más a la de un escultor que a la de un diseñador que planifica todo previamente”, comenta.
La diseñadora creando la lámpara Fauno´s leg.
No es el resultado final, sino el proceso de elaboración de sus diseños lo fundamental para ella. Además, su manera de trabajar explica por qué nunca hace uso de programas informáticos de diseño. “Soy muy artesana. Me encanta trabajar con las manos y necesito tocar las cosas”. Moerel, que se inclina por mantener una relación íntima con los objetos y se entrega en alma y cuerpo con ello, compara su manera de laborar con el parto de un bebé. “Cada vez es como dar a luz y me encanta, ¡Qué bello es este proceso de elaboración!”, cuenta desde su estudio en la Calle de la Luna, donde radica desde hace cinco años.
Showroom en la Calle de la Luna, Madrid, 2012.
Taller-estudio junto al showroom de la Calle de la Luna, Madrid, 2012.
Cuando decidió producir moldes a partir de vísceras para Food on the Table se encontró con muchos obstáculos. “Fue muy difícil manipular la carne, porque es blanda, ya que es un material vivo, aunque muerto”. Marre Moerel tuvo que realizar varias pruebas hasta descubrir que tenía que congelarla. “Encima había que someterla a un baño de sal para extraer la sangre antes de refrigerarla”, describe.
Preparación del material cárnico para la elaboración de los moldes. (Fotografía: Marre Moerel).
Preparación del material cárnico para la elaboración de los moldes. (Fotografía: Marre Moerel).
Como el material orgánico en el molde de yeso se calienta, la carne puede nuevamente sangrar por lo que se debe prevenir que no se dañe el molde antes de extraer la pieza. Es curiosa la conexión que existe entre el barro y la cocina. “Hacer cerámica con carne es como cocinar, porque cuando abres el molde para quitarla, está medio cocida”, aclara Moerel.
Creación de los moldes para Food on the Table a partir de vísceras. (Fotografía: Marre Moerel).
Creación de los moldes con masa cerebral y órgano cardiovascular. (Fotografía: Marre Moerel).
Molde de la pieza Strung-up. (Fotografía: Marre Moerel).
El molde, tras secarse completamente, está listo para ser reutilizado y se rellena con barro líquido. Gracias a que el yeso absorbe el agua del barro se forma una capa más sólida en el exterior que en la zona central del material, lo que permite dejar la pieza hueca. "Esta debe secar aproximadamente media hora antes de vacíar el molde. La capa dura que se forma en su interior debe reposar otro medio día antes de abrir el molde y extraer la pieza en bruto”, explica la diseñadora.
Proceso de producción de la pieza Fauno´s leg.
Detalles del molde con barro líquido para Fauno´s leg.
Durante uno o como máximo dos días la nueva pieza se debe airear hasta que finalmente se puedan lijar las marcas que ha dejado el molde. “Para Food on the Table dejé estas imperfecciones para reiterar la bruteza del material”, afirma. A Moerel le fascina la cerámica por ser un material humilde, resistente y sobre todo natural que permite múltiples registros expresivos.
Acabado superficial de la pieza en bruto.
Lo siguiente es hornear el objeto durante dieciséis horas hasta obtener una superficie blanca y dura. “A partir de este momento se puede pintar la pieza con un esmalte transparente, se cuece otra vez y ya queda terminada”.
Food on the Table se compone de dos diferentes líneas de cerámica que contribuyen a crear el contraste que la colección quiere transmitir. La primera consiste en piezas de cerámica blancas, refinadas y con un acabado dorado o cobrizo mientras la segunda línea emplea barro rojo y negro para conseguir el efecto de materialidad deseada.
Las dos líneas de cerámica de la colección. (Fotografía: Marre Moerel).
Moerel, actual docente en el Instituto Europeo de Diseño y la Universidad Europea de Madrid, está todavía en búsqueda de un fabricante para la producción en serie de Food on the Table. “Necesito un material resistente y que se pueda lavar fácilmente. La porcelana, por ejemplo, no me convence del todo porque hace que mis diseños pierdan su idea y tamaño original”.
Salero y pimentero creado a partir de testículos de toro en barro y en porcelana.
Aunque la diseñadora intente preservar el concepto inicial de sus piezas, está dispuesta a adaptar su diseños a las necesidades de sus clientes finales. ”Muchas veces voy de lo conceptual a lo comercial o como los diseñadores de moda dicen: de haute couture a ready to wear". Lo que sí es seguro es que Food on the Table saldrá a la venta como edición limitada.
Moerel recibiendo floreros ya terminados de un proveedor portugués.
La mayoría de sus clientes provienen de Alemania y Francia por lo que la actual crisis económica de nuestro país le afecta poco. A Marre Moerel le gusta trabajar de manera independiente sin tener que hacer grandes inversiones o necesitar la ayuda de otros. “Soy muy mala en colaborar con empresas u otros diseñadores. Prefiero trabajar sola, creo que es una cosa muy personal”.
Taller de la Calle de la Luna, Madrid, 2012.
De España admira la manera generosa de vivir. Aunque le ha costado siete años poder entenderla, hoy la considera como una de las lecciones más importantes de su vida. “Ahora pienso primero en cómo vivir bien. Aprecio y aprovecho más mi vida personal y familiar. Ya no estoy tan obsesionada con buscar el éxito profesional, sino solo hago lo que realmente debo hacer”, confiesa a Experimenta y sonríe.
Bombs water jugs, Marre Moerel, 2010. (Fotografía: Marre Moerel).
Bota-botijo y lámpara Fauno´s leg en barro rojo, Marre Moerel, 2010. (Fotografía: Pablo Orcajo).
Riñon dishes, Marre Moerel, 2010. (Fotografía: Pablo Orcajo).
Satirius pendant lamp, Marre Moerel, 2010. (Fotografía: Pablo Orcajo).
Cold feet food container, Marre Moerel, 2010. (Fotografía: Pablo Orcajo).
Recipiente Strung-up, Marre Moerel, 2010. (Fotografía: Pablo Orcajo).
Hígado Bowl, Marre Moerel, 2010. (Fotografía: Pablo Orcajo).