La casa que cambia su configuración en función del clima
El joven diseñador afincado en Londres Caspar Schols es el autor de este singular proyecto en Eindhoven, Países Bajos. Una construcción versátil y dinámica, que se ajusta fácilmente a las circunstancias de cada momento variando su configuración en función del clima, las necesidades y el estado de ánimo del usuario. «Mi madre estaba buscando una casa prefabricada para su jardín, que yo le propuse diseñar y construir», cuenta Schols, que con un presupuesto de tan sólo 20.000 euros ha creado una casa respetuosa con el entorno y la normativa urbanística de la zona, que limita la ocupación en planta de este tipo de edificaciones a 25 metros cuadrados.
De 25 a 45 metros
Un refugio en la naturaleza donde escribir su libro, preparar cenas y barbacoas para hasta 30 personas, hacer fiestas, alojar a los invitados o utilizar como zona de juego para los más pequeños, fueron algunas de las premisas de la madre de Schols al proyecto. Un punto de partida que llevó al diseñador a crear un espacio flexible, que con un «sencillo» movimiento puede transformarse y aumentar su superficie útil, de los 25 metros cuadrados del volumen original —que cerrado, cálido y acogedor es perfecto para días fríos, lluviosos y ventosos—, hasta los 45 del resto de configuraciones posibles. Así, cuando el clima es más cálido y soleado, la cáscara protectora se desliza y deja un espacio intermedio, que revestido de vidrio permite disfrutar de la luz y la naturaleza al máximo. Si, en cambio, se elige desplazar los planos acristalados en sentido contrario, hacia los extremos, se crea un gran espacio interior de 45 metros cuadrados, perfecto para albergar una mesa de 10 metros de largo y hasta 30 comensales. Para los días más calurosos, la cáscara de vidrio se oculta bajo la cubierta metálica, generando un espacio al aire libre intermedio desde donde disfrutar del entorno.
Madera de abeto, cubierta de vidrio y techo metálico
«Mucha de la arquitectura con la que convivimos en nuestro día a día nos desconecta del mundo exterior y no apuesta por la flexibilidad del espacio», señala Schols, que ha creado un espacio agradable y protegido, donde los huéspedes son en todo momento conscientes de su entorno natural. Construida principalmente en madera de abeto Douglas, con una cubierta de vidrio y techo metálico, la gran versatilidad del diseño genera una huella mínima, tanto ambiental como física. Con camas plegables en su interior, la casa se calienta gracias a una estufa de madera, pequeña pero muy eficiente.