El diseño según Cazzaniga
Conversamos con el diseñador italiano Pergiorgio Cazzaniga quien nos recibió en el estand de Andreu World en el marco de la pasada edición del Salone Internazionale del Mobile de Milán. Sus diseños, sus experiencias, llevar la tecnología al máximo nivel… las palabras de Cazzaniga expresan su manera de sentir el diseño y demuestran cómo lo ha puesto en práctica en su dilatada carrera profesional.
Los diseños presentados en Milán
El diseñador italiano Piergiorgio Cazzaniga ha presentado en el Salone Internazionale del Mobile de Milán 2017 sus últimos trabajos para la firma Andreu World: la butaca Capri Lounge; el sofá y butacas modulares Grand Raglan; Flex Stool, una banqueta con respaldo bajo que amplía la familia Flex; y Reverse Conference Table, que esta vez llega con acabado en cemento. Pero su colaboración con la empresa valenciana dedicada al diseño de mobiliario para espacios de trabajo, instalaciones colectivas y hogar, es mucho más extensa y se remonta al 2011 cuando le encargaron una serie de productos bajo la directriz de utilizar plástico como material principal, un recurso con el que Andreu World no había trabajado hasta entonces. De esta primera colaboración surgió el diseño de la silla Sail, diseñada junto a su hijo Michele Cazzaniga y con la que innovó al utilizar la tecnología de gas asistido, una pieza que le valió el Red Dot Award 2012 al mejor diseño de producto. Como él define, en diálogo con Experimenta, “es una silla con una línea rigurosa pero simpática, como si fuera un destilado de la silla”.
Andreu World, la única firma española con la que colabora
Con más de 60 años en el mercado, Andreu World ha sido una de las firmas españolas pioneras en la exportación de mobiliario, una apuesta que se planteó en los años 70 cuando el diseño entró en la empresa y las sillas que se deseaban hacer necesitaban otros clientes y nuevos mercados. Para Cazzaniga es la única empresa española con la que él trabaja aunque en su lista de colaboraciones se encuentran marcas italianas y extranjeras del sector del mobiliario como Porro, Living Divani, MDF Italia, La Palma, Tribù… con las cuales también ha alcanzado numerosos premios internacionales en sus más de 60 años de trayectoria como diseñador.
La forma como capacidad estructural
Tras Sail, en 2013 Cazzaniga diseñó Flex, una silla en la que aplicó la tecnología de estampado con polipropileno y fibra de vidrio en el asiento, todo un reto debido a la unión de tecnología utilizada. Flex está especialmente ideada para cumplir la exigencia de un uso continuado en espacios públicos. La carcasa está diseñada para proporcionar un efecto de flexión controlada durante la acción de sentarse, de forma similar al movimiento que realiza la columna vertebral. Flex le permitió hacerse con premios como el Red Dot 2013 o Best of NeoCon en Estados Unidos al mejor diseño de producto. Y es que, confiesa, esta es la base de sus diseños y de su filosofía: “Me interesa mucho disfrutar de la tecnología al último nivel. Me gusta informarme sobre la tecnología y me meto a pensar en cómo hacer y aplicarla para obtener el máximo resultado”. Además, agrega, “la tecnología me estimula, tengo que entender la capacidad útil disponible que presenta para obtener el máximo resultado”. De ello deviene la forma del producto, “es la forma la que le da la fuerza al diseño, no el peso, si no la forma del material la que crea una capacidad estructural”, añade.
Experiencias, emociones y curiosidad
Ante la pregunta de qué tiene que tener para él un diseño, Cazzaniga dice que, “una forma clara, posiblemente ligera y ser capaz de emocionar… la forma de la dona, la forma de la naturaleza”. Hijo de un ebanista, explica, “cuando era pequeño, guardaba en mi mente las formas, era muy curioso, desarmaba, tocaba todo, creaba cosas, era curioso de las cosas que me generaban duda… mi necesidad de sentir la forma con la mano y cómo ésta responde, además a todo ello hay que agregarle las experiencias personales”. Y remata: “Tú le das al diseño una forma que no existe gracias a tu experiencia, debes sentir cómo se vive, cuáles son los elementos que pueden ser útiles a la vida de la persona”. Para el diseñador, que trabaja desde su estudio en Lissone la ciudad donde nació, “un producto debe contener la relación entre el diseño y la fábrica, el diseño es una parte tuya que necesita del contacto con otra parte”.
Japón y su manera de pensar: “Il loro pensiero”
Hablando de inspiraciones y de experiencia, Cazzaniga relata lo vivido en un restaurante en Japón al mirar por la ventana y ver en perspectiva cómo una gota caía sobre un lago creando una onda y rompiendo su linealidad. “La imagen de la onda me llevó a pensar que podía ser una solución interesante para la superficie de una estructura ya que normalmente las sillas plásticas no dejan pasar el aire en su estructura y seguidamente pensé en la flexibilidad. El resultado es Flex, una silla con ventilación y flexibilidad al costo de una normal”. En cuanto al diseño japonés, se confiesa un fiel admirador. “La perspectiva y la diversidad de pensamientos que les lleva siempre a una solución, no tanto por hacer una cosa si no por sacar el máximo de eso, il loro pensiero (el pensamiento)”, eso es lo que el diseñador valora del diseño japonés.
Milán y Le città invisibili
Desde hace años que Cazzaniga está presente en el Salón de Milán donde muestra sus últimos diseños para las diferentes firmas con las que trabaja. Ante la pregunta qué le genera el Salón expresa: “Voy a referirme al escritor italiano Ítalo Calvino con su libro Le città invisibili con las historias de Marco Polo… una ciudad donde hay un mercado y llega gente de diversas partes del mundo y se encuentran allí y cada uno cuenta su propia experiencia… en el Salón sucede eso, viene gente de todos lados lo cual permite conocer otros puntos de vista, hay una experiencia de cosas diversas y conoces nuevos materiales para tu trabajo”.