Rafael Moneo y los socios de Moneo Brock Studio (los arquitectos Belén Moneo Feduchi y Jeff Brock), firman la tercera colección Armadura Joselito Premium, una serie numerada de tres de estuches para vestir embutido que, tras su uso, se transforman en una lámpara, un mueble para CD y un cofre.
Joselito es una compañía salmantina dedicada a la curación de embutido que, desde hace años, colabora con firmas como Dom Pérignon, Luis Vuitton, Loewe o Andrés Sardá. En su apuesta por acercar el mundo del arte y el diseño a sus productos, para la colección Armadura Joselito Premium 2010, ha contado con la colaboración de Rafael Moneo y Moneo Brock Studio.
Los tres elementos que conforman la colección están elaborados a partir de estructuras de madera lacada y metacrilato que, a modo de armadura, protegen los productos, al mismo tiempo que revelan su interior. Además, se han diseñado para que, tras su uso, se puedan utilizar como piezas de mobiliario. En palabras de Rafael Moneo, “las cosas se transforman desde los usos, los usos son más transformadores que la propia arquitectura. Hay que tomar confianza en que es la vida la que cambia las cosas.”
El estuche del Jamón Joselito Vintage 2004 está fabricado con una estructura de costillas de madera natural, cubierta por un velo traslúcido que, a modo de crisálida, deja entrever la silueta del jamón, que aparece iluminado por una hilera de leds. Cuando se extrae el jamón de su interior, el estuche se reinventa en una lámpara-carro.
El envase que contiene las piezas de lomo ibérico de bellota, salchichón ibérico de bellota y chorizo ibérico, presenta los productos dentro de una armadura negra de metacrilato translucido que deja intuir, a través de sus costillas, el rojo Joselito que caracteriza la firma. Una vez vacía, la estructura se convierte en un mueble para almacenar CD.
Por último, el estuche para la Selección de Cata Joselito constituye una pieza que se ha ejecutado a partir de nervios de metacrilato opaco mate rojo y que esconde en su interior un nido de terciopelo negro a modo de receptáculo. Una vez vacío, se reinventa como joyero o pequeño cofre.
