Finalista de los Premios FAD de Interiorismo 2017
Loja Claus Porto es la primera tienda en exclusiva de esta marca portuguesa de fragancias con 130 años de historia. Claus Porto cuenta, no solo con un importante patrimonio físico, sino también con el estatus y el valor simbólico que el tiempo le ha otorgado a sus objetos. Teniendo en cuenta el peso visual de los productos, el arquitecto João Mendes Ribeiro, responsable del proyecto, ha dotado a la tienda de un aire minimalista que complementa la fuerte identidad de la marca. El proyecto le ha valido un puesto entre los finalistas de los Premios FAD de Interiorismo 2017.
Adaptación del espacio preexistente
Uno de los retos del proyecto fue el de adecuar la nueva tienda al local preexistente: un espacio en dos niveles unidos por una escalera de mármol. Ambos espacios eran accesibles desde el exterior, pero desde dos calles diferentes. El espacio de la primera planta había albergado durante años una farmacia. De ella se han conservado las paredes revestidas de madera y el techo de estuco blanco con motivos geométricos y vegetales. Tanto las paredes como el techo han sido restaurados y adaptados a las nuevas necesidades, pero sin dejar que perdieran su esencia. El punto contemporáneo lo pone una pieza de latón pulido instalada en el centro de la sala que refleja todo el espacio y permite una circulación fluida.
Espacio de consulta personalizado
Una escalera de mármol da acceso a la otra sala, situada en la planta baja, y en la que se ha instalado una zona más privada para consultas personalizadas, así como una peluquería, una zona de estar y otra de archivo. La sala es recorrida por una guía perimetral en latón que define un hilo en la pared en el que se exponen los productos de una de las líneas de la marca. De esta guía hacia abajo se han situado los muebles de archivo que caracterizan el espacio: un armario de cajones de madera de riga vieja; un cajón continuo en la zona de peluquería y un mueble que oculta diferentes servicios (lavaplatos, minibar o un lector de vinilos) en la zona de estar.
Espacio de exposición
La pequeña cámara que sirve de transición hacia las escaleras que conectan los dos ambientes se ha aprovechado como espacio museológico. En él se expone una colección de objetos y reliquias dentro de una caja fabricada en latón pulido y palo santo. Esa combinación entre elementos preexistentes y contemporáneos ha sido la clave para su reconocimiento por el FAD (Fomento de las Artes y el Diseño), especialmente por su “sensibilidad proyectual” y por “la sofisticación gráfica y arquitectónica patente, sin ser ostentosa”.