Uno de los rasgos de la vida contemporánea cotidiana es buscar: personas, materiales, tecnologías, servicios, ocio, trabajo, cultura; internet se vuelve una herramienta indispensable para estar al día. Suficiente introducir el nombre de Hugo Máximo Santarsiero en un buscador, para recibir la enorme cantidad de enlaces acerca de sus libros de producción gráfica, producción editorial y sobre lo más novedoso de las tecnologías de impresión, en tanto él es autor de diecisiete libros. Se podría afirmar que este diseñador y editor argentino es sobre todo un enamorado de las tecnologías de impresión, alguien quien sabe y maestro en la materia Esa aura de conocimientos y vivencias me motivaron a tener un conversatorio con él, para saber de su experiencia y pensamiento que cala y desprende en su amena conversación.
Nuevos libros de Hugo Santarsiero en el mercado editorial. Foto cortesía del diseñador.
Cuando experimento alguna aproximación a una persona creativa y trabajadora como Santarsiero, en el flujo de la conversación se vierte un fuerte oleaje de preguntas y respuestas que van y vienen, es cuando me interrogo ¿qué quiero aprender de él?, ¿cómo puedo aplicar en mi propia realización lo aprendido?, ¿cómo adquirió todo ese bagaje?, y ¿sí es suficiente con conocer dichas tecnologías y materiales sino creer en ello, para catapultarnos en una sociedad mediática donde el factor innovación es central al desarrollo y al éxito empresarial? Incluso, en ocasiones como ésta que me reuní con él, no hubieron preguntas, solo nos dimos una sincera mirada y fluyeron las ideas, como que él ya sabía lo que yo quería indagar, y leer en mis gestos mis deseos de catar la naturaleza de sus conocimientos.
Esencia del conversatorio
La primera y fundamental idea fue la necesidad de transformación y adaptación –personal, profesional, empresarial- ante los grandes cambios que la tecnología pone a disposición; reinventarse en esa perspectiva -para Santarsiero-, significa saber dar “vuelta a la página”. Hay muchas personas, -y él pone como ejemplo a un viejo profesor en su etapa de formación-, que no supieron hacerlo, se negaron al cambio, pero de la noche a la mañana naufragaron en el insondable océano de la globalización, caracterizado por la fiera competencia por demostrar quien sabe, por lo tanto, quién posee el poder.
Foto cortesía del diseñador.
Dos coyunturas
Expresa que le han tocado vivir dos coyunturas con ese carácter de reto, la primera fue en 1967, cuando tenía 17 años (hoy tiene 65) y trabajaba produciendo impresos para la industria farmacéutica con las técnicas de la vieja imprenta de tipos móviles, al descubrir la impresión offset, fue algo impresionante –agrega-, al percatarme cómo una delgada y flexible lámina de aluminio pre-sensibilizada y por medio de luz podía grabarse imágenes y textos para trasladarlas a las almohadillas de la prensa, imprimía fielmente en el papel. Explica que hasta ese momento lo que se conocía era aquella antigua imprenta donde se levantaban textos sirviéndose de tipos móviles y lo que llamábamos en aquel entonces “Caja alta” y Caja baja”, además de los clichés, ya fueran en línea, o en tramas, insertos en la caja tipográfica, marco liminar de la impresión que marcó el desarrollo de la industria editorial por varios siglos.
Pero él no sintió ningún temor ante aquel avance, al contrario, fue un inmediato adherente, proponiéndose explotar la novedosa tecnología en la práctica de la profesión. Y aquí –a este punto del encuentro-, aprendí un nuevo valor, para Santarsiero no existe el “no”, siempre hay una alternativa material, tecnológica, proyectual, axiomática: si no se tiene en el medio donde se trabaja, se puede encontrar en otro lugar, y con los medios de comunicación y transporte para productos como los actuales, es como tenerlo todo en casa; en parte, de eso se trata el paradigma de lo global/local.
La otra gran remezón sucedió en 1995, cuando al visitar la feria de la industria gráfica en Alemania, a la cual va cada cuatro años, se percató por primera vez de la existencia de la impresión digital, la computadora –que ya había hecho su aparición en 1985, en la escena del desarrollo industrial-, y los software de diseño y producción le impactaron. Cómo aquel aparataje de prensas y rotativas en la impresión de un diario –como las que se conocen hoy en día pero cuyos costos son estratosféricos-, hoy se reducen a un equipo, que sigue siendo caro, pero que requiere de pocas personas y muchos menos metros cúbicos de equipos para obtener lo mismo. Relata de la existencia en la impresión de diarios por ploteo e inyección de tinta, que posibilita producir de uno al número que se necesite con procedimientos muy amigables donde no existen residuos contaminantes. Incluso, en materia de producción editorial comenta la existencia de un software especializado, al cual se ingresan datos tales como tamaño, características de formatos, dobleces, imposición de páginas, calidades de materiales y el software ofrece un detallado desglose de costos y presupuestos, tiempos de ejecución y posproducción. Esto, sin duda, recalca, fue otro gran momento para “dar vuelta a la página”.
El más reciente libro publicado por Santarsiero. Foto cortesía del diseñador.
Convergencia 2014
Hugo Santarsiero es especialista en producción gráfica. Lo hemos seguido de unos años para acá en tanto es el principal referente para las materias afines que se imparten en la escuela de Diseño Publicitario de la Universidad VÉRITAS, donde durante este mes de julio es el principal invitado a impartir talleres y conferencias para estudiantes, docentes y diseñadores nacionales, durante la celebración del evento anual CONVERGENCIA 2014. Don Hugo es docente de la Universidad Católica y Universidad El Salvador de Buenos Aires, posee su propia y activa empresa editorial, es diseñador gráfico y le encanta salir fuera de Argentina a compartir lo que sabe. Explica que tiene una importante base de datos con direcciones de correos electrónicos de diseñadores, docentes y amigos con quienes comparte información de lo más nuevo en materia de producción gráfica y tecnologías de impresión. Como buen maestro, no se guarda nada para sí, en tanto él cree en el axioma que se predica: “quien tiene que dar y lo comparte, siempre tendrá abundancia”.
Hugo Santarsiero en la Universidad Véritas, Costa Rica. Foto cortesía del diseñador.
¿Qué es la producción gráfica y la producción editorial?
Como se deduce, la temática de la producción, en los procesos editoriales y de la industria gráfica, requiere tener una visión detallada del sistema y el proceso, para obtener un buen producto gráfico sea un libro, una revista, o un periódico, empaques y embalajes. El proceso controlado no termina con la impresión y acabados finales al producto, se vuelve indispensable pensar incluso en la manera cómo va a ser distribuido, exhibido, comercializado. O sea, tener un dominio de principio a fin.
En materia de producción gráfica es necesario estar al tanto de los materiales más novedosos y sus tecnologías, porque puede que un producto, dirigido a determinadas bandas de edad o segmentaciones de mercado requiera distinguirse por el factor innovación, central al desarrollo y a las competencias activas donde vence en dicha cadena del éxito quien sabe usar y servirse de las tecnologías.
En el caso de la producción editorial, para que tengamos un libro en nuestras manos, tuvo que existir primero un autor quien lo pensó, lo escribió. Tuvo que haber una editorial que lo adoptara como proyecto, pasar por un grupo de lectores quienes lo validaron y dieron el visto bueno para el manuscrito iniciara a escalar el sistema, el proceso. Tuvo que existir un equipo de revisión filológica, que observara las fortalezas del lenguaje del autor, lo hiciera legible y accesible para todas las personas. Tuvo que existir un diseñador quien visualizó aquellos contenidos y diera una identidad visual para que el nuevo libro se presentase ante el sector editorial, el mercado y un lector cada vez más crítico de lo que lee. Tuvo que haber un impresor, un encuadernador, y, finalmente, quien retomara el proyecto en términos económicos para producir riquezas, para la editorial, el autor, y la sociedad entera la cual asimila ese bagaje para su propio crecimiento cultural e intelectual.
Uno de los libros del autor. Foto cortesía del diseñador.
Dominadores o dominados
En esta perspectiva persisten esos juegos antagónicos de hegemonía que han vivenciado la evolución cultural y el desarrollo humano. Ante las grandes remezones, y sobre todo del paso al universo digital, no se sabe a ciencia cierta cuáles de estos productos van a saber o no dar vuelta a la página, sin embargo, quienes saben leer los signos del tiempo, lo sospechan. Don Hugo Santarsiero no tiene reservas para sentenciar el futuro, no muy lejano, donde los diarios en papel desaparezcan. Acota que hoy en día, el celular inteligente sustituye al periódico: las personas –sobre todo las edades juveniles-, leen los grandes encabezados y se percatan del acontecer por las redes sociales. Si se interesa en determinado tema, ahí mismo encuentra un enlace que lo lleve al periódico en línea, donde puede hundirse en la información, leer la noticia, e incluso si desea atender los comentarios de terceros acerca de la discusión generada por el tema, puede que encuentre los enlaces a “x” o “y” blogs. Pero también, si no quiere leer o por que mientras ojea el celular o la tablex requiere mayor atención a su trabajo, ya existe tecnología con la cual escuchar lecturas sincronizadas.
Estamos, agrega, en tiempos de las impresoras 3D digitales, de los hologramas, de la hidroimpresión con tecnología de fibras de carbono, los texturizados y barnices sectorizados, la gigantografía, y hasta la nanoimpresión. Entonces, si no asumimos la actitud de reinvención, quedamos superados como ocurrió a los copistas de libros a mano, antes de la época pregutemberghiana, que con la llegada de los tipos móviles de la primera imprenta -en los albores del Renacimiento-, quedaron desplazados.
Tecnología instalada en el país
En uno de los talleres que recibimos los docentes de la Universidad VÉRITAS, en esta semana de Convergencia 2014, acompañados por el especialista argentino, visitamos PowerPrint, una industria nacional totalmente equipada con lo más novedoso en tecnología de punta, y que se apunta –valga la cacofonía- a la innovación y competitividad a nivel regional en este importante campo económico.
Hugo Santarsiero. Foto cortesía del diseñador.
A manera de cierre
En este interesante conversatorio, me corrijo en tanto al inicio dije que no hubieron preguntas, pero las hubo, una sola, que no hice, fue suficiente sentarnos a conversar para que él comprendiera a qué llegué, cuál era el punto medular de mi interés delante de las grandes interrogantes que nos arrastran ante la fuerte marea, y que a diario nos empujan contra las escolleras marinas para dejarnos desguarnecidos, sin saber qué hacer, preguntándonos ¿cómo darle nuevas riendas a la empresa? El doctor Franklin Hernández-Castro, de la escuela de Ingeniería en Diseño Industrial del Instituto Tecnológico de Costa Rica, en otro conversatorio como este, ante la incógnita de ¿cómo reinventar el negocio?, expresó: “Kenichi Ohmae, uno de los gurús actuales en estrategias empresariales, dice que la única manera de sobrevivencia en el siglo XXI, es matando tu propio negocio”. Se afirma que la única solución vislumbrada es hacerlo del lado de la tecnología: si yo producía impresos, libros, revistas, periódicos, brochures, etiquetas, entonces es necesario conquistar espacios de producción y venta de lectores digitales de libros y revistas, productos innovadores en tanto se sirven de materiales y tecnologías de punta, como las atendidas en el libro Producción Gráfica: La Evaluación, el más reciente de Hugo Máximo Santarsiero. Su respuesta al mar picado de interrogantes siempre fue la misma: “dar vuelta a la página”.
Que difícil encontrar la ficha técnica de los libros, sobre todo el año y el índice debe tener un link en la parte superior y poder revisar lo que nos ofrece el libro