100 kilómetros de autonomía, display antirreflectante, conexión USB y bluetooth y unos sorprendentes 19 kilos de peso…
Poco a poco la bicicleta eléctrica ha ido ganando terreno, primero en las tiendas, y después en las calles de todo el mundo. Ciudades referentes de diseño y la innovación como Barcelona, París, Madrid o Copenhague, por nombras algunas, ya gozan de un servicio público de este medio de transporte. En Experimenta hemos sido testigos de este crecimiento, proyectos como el de Atom X, un rodado de montaña con una características únicas; Leaos, una bicicleta eléctrica que incorpora paneles solares o Tracker, una opción para los amantes de lo vintage, son apenas algunos ejemplos de la explosión de un sector aún en ciernes.
En esta ocasión reseñaremos una bicicleta diseñada y fabricada (casi en su totalidad) en Biarritz, al sur de Francia. Con una apariencia sobria, que disimula su condición eléctrica, Coleen se presenta como la opción ideal para los paseos urbanos. Con 100 kilómetros de autonomía, display antirreflectante, conexión USB y bluetooth y unos sorprendentes 19 kilos de peso gracias a un cuerpo de fibra de carbono, esta propuesta de la industria gala puede conseguirse por algo menos de 6.000 euros. Inspirada, según sus creadores, «en el contraste de los paisajes más salvajes con las ciudades más modernas», Coleen puede ser geolocalizable en todo momento, una prestación más que válida si tenemos en cuenta la inversión.