El estudio de arquitectura Apio ha proyectado una vivienda unifamiliar emplazada en la ladera sur del Lago Todos los Santos, en Chile. Solamente se puede acceder a ella mediante una embarcación, debido a las condiciones del terreno donde se ubica la casa, el borde de una pronunciada pendiente, recubierta de vegetación, que termina en una orilla rocosa. La casa se ideó de tal manera que los materiales, prima la madera de pino seco, pudiesen ser llevados por agua e instalados de manera artesanal, sin necesidad de cargar hasta el lugar maquinaria pesada, lo que sería costoso tanto en términos monetarios como ecológicos.
El sistema constructivo, basado en pilares y vigas metálicas que se posan sobre la línea de relieve, ha permitido que apenas haya agresión al medio. El impacto de la casa es mínimo. Consta la vivienda de un volumen liviano rodeado de terrazas, que aprovechan las admirables vistas, ofrecen luz al interior y generan, gracias a la composición de la planta, distintos grados de privacidad según las zonas.