Reconocer la necesidad es la principal condición del diseño. Charles Eames.
Siendo muy pequeño, Louis Braille sufrió un accidente con una lezna que, al deslizarse de sus manos, le perforó un ojo. Lamentablemente el daño no terminó allí: una infección posterior al accidente atacaría ambos ojos hasta dejarlo completamente ciego.
Lo que nunca hubiese podido imaginar el joven Braille es que algunos años después, en 1829, -por entonces con tan solo 15 años de edad- su idea de un alfabeto táctil se convertiría en un sistema universal de lectura para personas con discapacidad visual profunda. Y que su creación seguiría vigente hasta hoy.
Su sistema resultó de una evolución del sistema de puntos y guiones en relieve denominado escritura nocturna -creado en 1821 por un capitán del ejército francés, Charles Barbier-; y del sistema de letras en relieve, inventado por Valentin Haüy, fundador del Real Instituto para la Juventud Ciega (RIJC) de Francia, al que Braille asistió como alumno a partir de sus 10 años, al ganar una beca de estudios.
Los sistemas de Barbier y Haüy eran resistidos por los jóvenes alumnos del RIJC, ya que les resultaban tediosos y poco prácticos al no incluir mayúsculas o puntuación, y en los que las palabras eran escritas como se pronunciaban, en lugar de hacerlo con la ortografía francesa estándar.
Braille tomó el código de Barbier y comenzó a ajustarlo, creando una codificación en base a 6 puntos cuya combinación permitía definir letras y números. Luego redujo los puntos en relieve hasta que quedaran del tamaño suficiente para sentirlos con la yema del dedo con un sólo toque. Y para ordenarlos, usó una rejilla plana.
De la necesidad, la constancia y el ingenio del joven Louis, nació el Sistema Braille al que rendimos homenaje en la portada de esta edición de Experimenta, y es el que utilizamos para escribir la frase de Charles Eames.
Este es uno de los innumerables ejemplos de las barreras a las que nos enfrentamos cada día. Algunas son evidentes, “se ven” con claridad. Pero también existen otras que están presentes no sólo en nuestro espacio físico, en nuestro entorno material, y que forman parte de nuestra cultura y valores. Porque, por si no lo habéis notado aún, vivimos en una sociedad en la que todos somos -en mayor o menor medida- parcial o completamente excluidos, tanto por razones físicas, de género, religiosas, ideológicas o de edad, sólo por citar algunas.
El diseño tiene mucho que ofrecer en el terreno de la inclusión y en la creación de las condiciones que permitan mejorar la vida de todos. No se trata de caer en la trampa de “diseñar para sectores excluidos”: se trata de pensar nuestra actividad desde una verdadera dimensión inclusiva que considere a la totalidad o, en su defecto, al mayor número de personas, como parte fundamental del proceso. Porque, conscientes o no, “las personas que diseñan los puntos de contacto de la sociedad determinan quién puede participar y quién queda afuera”, tal y como afirma Kat Holmes en su libro Mismatch. Cómo la inclusión da forma al diseño, la tecnología y la sociedad.
Sin embargo, aún falta mucho terreno por recorrer desde el diseño para, incluso, superar sus propias barreras. Como afirma Eugenio Vega en su artículo “La necesidad y la virtud (del diseño)” en esta edición de Experimenta: “la presencia social del diseño se apoya en una limitada formulación de su práctica que no contribuye a explicar sus objetivos y métodos a una gran parte de los usuarios”.
De superar las barreras y del rol del diseño para la construcción de una sociedad inclusiva, transita esta nueva edición de Experimenta. Pablo Dávila Castañeda nos introduce en la tarea de COCEMFE (Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica) a partir de la edición de un libro que resume el impacto de la actividad que desarrolla; en nuestra sección ZUM hacemos un repaso de proyectos innovadores vinculados al ámbito de la salud; y desde el colectivo Un Mundo Feliz nos invitan a reflexionar sobre el activismo gráfico y su importancia para saltar trincheras, barreras y fronteras.
Felipe Taborda nos trae la obra y la reflexión compartida de tres grandes diseñadores: Gitte Kath, Álvaro Sotillo y Ling-Hung Sophia Shih.
Además, celebramos los diez años del Palacio Quintanar de Segovia, y disfrutamos de una extensa entrevista al maestro André Ricard.
Y por supuesto, rendimos homenaje al genial Alberto Corazón en palabras de sus hijos Oyer y Baruc, junto con un artículo que recuerda su trayectoria como diseñador escrito por Manuel Estrada.
Se trata entonces de entender la dimensión compleja de nuestra actividad, del impacto que produce en la sociedad y de su capacidad de construir o derribar barreras. Algo que nos obliga a asumir de qué lado estaremos como colectivo profesional e incorporar activamente la empatía y la inclusión como ejes fundamentales que permitan redefinir nuestra actividad.
“Puedes centrarte en las barreras o bien escalar el muro y redefinir el problema”. Tim Cooke, CEO de Apple.
¡Bienvenidos a Experimenta 88!
Disponible en nuestra tienda online y librerías.