Cuidem Barcelona: inclusividad, empatía y corresponsabilidad
Folch, la famosa agencia barcelonesa especializada en branding, creatividad, invocación y negocio fundada en 2004 por Albert Folch, ha sido la encargada de rediseñar el servicio de mantenimiento y limpieza de la ciudad de Barcelona.
Cuidem Barcelona, como ha sido bautizado el proyecto, articula el nombre, el branding y el sistema gráfico en torno a tres conceptos fundamentales: inclusividad, empatía y corresponsabilidad, dónde no solo los servicios propiamente de limpieza se sienten parte de la marca, sino también todo el personal adscrito al mantenimiento de la ciudad. Asimismo, Cuidem Barcelona apela, en un sentido amplio, a gran parte de la ciudadanía de forma activa y directa. “Cuidem Barcelona es una marca paraguas que desborda los servicios de limpieza, va mucho más allá interpelando a toda la ciudadanía a la vez”, explica Rafa Martínez, director de estrategia y negocio en Folch.
La dimensión emocional de la marca viene determinada por el símbolo integrado en el logotipo, una abstracción de las iniciales C y B, que sirve como síntesis tanto de un corazón como de una cara. La expresión afectiva y próxima de este elemento, toma gran protagonismo dentro de la identidad. El personaje interpela directamente a la ciudadanía, formando parte de un imaginario colectivo. «El símbolo nos permite comunicar un amplio rango de situaciones y emociones mediante formas y movimientos simples aportando riqueza a la identidad, acercándonos al público de una forma más directa, expresiva y cercana», explica Oriol Corsà, director de arte y diseño en Folch.
La abanderada del ecosistema tipográfico de Cuidem Barcelona es la Aeonik, de la fundición británica CoType Foundry, una familia deliciosa de una clara influencia moderna con formas elegantes y dinámicas que facilita su uso, tanto en grandes cuerpos de texto como en texto de lectura. Cuidem Barcelona toma los códigos gráficos y de interacción de los mensajes de texto, reconocibles y próximos a la tecnología. La paleta cromática por su parte refleja la redistribución de los esfuerzos y recursos de esta nueva etapa, a la vez que posibilita la reorganización en una nueva arquitectura de submarcas para unificarlas bajo grupos de trabajo.
“El paradigma ha cambiado y como sociedad madura y concienciada debemos acontecer individuos activos e implicados con el cuidado de nuestro entorno. No podemos ser solo agentes pasivos; la misma conciencia que reivindicamos para el medio rural y el medioambiente es igual de necesaria en el medio urbano. Aprecias lo que cuidas, cuidas lo que aprecias”, explica Albert Folch.