Se trata de una pieza escultural cuyas dos versiones, de 56 y 20 cm de altura, son capaces de definir la personalidad de cualquier tipología de espacio
Dicen que hay tantas lámparas como estrellas en el cielo, puede que sí, pero no todas ellas brillan con la fuerza de La Meringue. Se trata de una pieza escultural cuyas dos versiones, de 56 y 20 cm de altura, son capaces de definir la personalidad de cualquier tipología de espacio. Obra del diseñador parisino Benjamin Gued, La Meringue se construyen a partir de una delicada base cerámica con aires de jarrón que culmina en una arrolladora pantalla translúcida de polímero texturizado.