El día a día entre hilos
Cambiar pinceles y óleos para pintar con hilos ya resulta bastante osado, pero encima hacerlo con maestría. Ulrike Martha Zimmermann se formó en artes en el Mannheim Art School y si bien tuvo sus años como artista de caballete, enseguida, curiosa por naturaleza, empezó a experimentar con otras técnicas, materiales y formatos.
De algún modo la puerta de entrada a esta original técnica que ahora desarrolla, fue un trabajo previo donde componía con insectos o piezas de cerámica e hilos. Algo así como telarañas ficticias. Paso el tiempo y se quedó sólo con los hilos en paletas de colores que maneja con virtuosismo.
Un tipo de trabajo absolutamente meticuloso con el que no es profeta en su tierra. “Aquí en Alemania el arte textil en general no es muy aceptado o requerido. No hay un circuito. Quizás por no sentirlo práctico o funcional. Desde cuestiones como el transporte a la colgada de las piezas lo hacen poco entendido”, cuenta Ulrike desde su hermosa casa-taller en el barrio de Kreuzberg en Berlín donde amablemente nos recibe.
“Mi mercado está más en Francia e Italia. Ahora también me invitaron a exponer a Polonia”, señala, ella que en la actualidad manifiesta sus sentires en las distintas tonalidades de hebras que elije de una mesa de trabajo que ya es una obra de arte en sí misma.
¿El día a día entre hilos? “Me fascina. Puedo estar horas trabajando en mi taller, aunque obviamente es un tipo de trabajo que requiere mucha concentración y paciencia sobre todo para lograr el manejo del color y obviamente el dominio de los hilos en función de los diseños que creo como los más recientes, un homenaje a Josephine Myrtle Corbin, una performer americana ejemplo de actitud ya que nació con una anomalía (4 piernas) que nunca le impidieron cumplir sus sueños o su “Did you realize I’m Human?”, según ella una anatomía de hilos” remata.