«Esta exposición pretende poner de relieve la importancia internacional del movimiento vanguardista checo y conectar los distintos campos en los que se difundieron las nuevas ideas creativas”.
Berlín tiene infinidad de museos, pero el Bröhan-Museum, es uno de los que más valoran los amantes de la disciplina. Centrado en el art nouveau, el art déco y el funcionalismo, y apodado así en honor al coleccionista de arte y empresario berlinés Karl H. Bröhan, que donó su colección privada a la ciudad (mobiliario, porcelana, cristales y objetos) para tal fin, es uno de los que sorprende con muestras especiales.
Tal el caso de la actual Hej rup! The Czech Avant-Garde, algo así como un grito de fuerza conjunto para tomar envión y emprender, trabajar.
“En 1918 se fundó un nuevo estado democrático en Europa: Checoslovaquia. En los años siguientes se extendió rápidamente un espíritu general de optimismo: artistas de casi todos los campos desarrollaron ideas visionarias, que también pudieron hacer realidad gracias a la rápida mejora económica. En el período de entreguerras, Checoslovaquia desempeñó un papel decisivo, sobre todo en la construcción progresista y moderna. Destaca sobre todo el animado intercambio de la escena artística checa con el extranjero. El movimiento checo de vanguardia impregnó no sólo las artes visuales, es decir, la pintura, la escultura, la gráfica, la fotografía y el diseño, sino también la arquitectura, la literatura, la poesía, la música, el teatro y el cine. Esta exposición pretende poner de relieve la importancia internacional del movimiento vanguardista checo y conectar los distintos campos en los que se difundieron las nuevas ideas creativas”, cuentan desde el museo.
Maravillosa la tipografía «Abeceda” producida por la tipógrafa Karel Teige junto a Karel Paspa,Vítežslav Nezval,Milča Mayerová , el juego de té de Ladislav Sutnar, la silla “Siesta” de Ladislav Zak y el tapiz gigante de Josef Mistecky, entre otros.