Como muchas veces suele suceder, y esto es casi una regla para el arte popular de Brasil, muchas veces son los de afuera los primeros en valorar y promover lo que les es ajeno pero termina siéndoles tan propio.
Tal el caso de la arquitecta italiana nacionalizada brasileña Lina Bo Bardi, sin dudas una de las grandes promotoras del arte popular brasileño y también, en este caso de un francés, el artista y diseñador Jacques Van de Beuque (1922-2000), creador del Museu do Pontal en la ciudad de Río de Janeiro que inauguró nueva sede.
Una institución considerada de las más significativas ya que reúne un acervo reunido por él en más de 45 años de viajes e investigaciones por todo el país, que devino en cerca de 9.000 piezas de 300 artistas brasileños producidas a partir del siglo XX. Bellísimas piezas sobre todo en distintas técnicas cerámicas y tallas en madera. Además de una gran colección de Ex Votos.
Como la artesanía que suele pasar de generación en generación, también este legado y amor, que retomó el hijo de Van de Beuque y ahora su nieto Lucas que es quien nos recibe para hacernos el paseo por las amplias salas de un edificio de 1.000 m2.
Así, Lucas nos cuenta y muestra, como para su abuelo, lo más importante fue destacar los oficios más relegados de Brasil (presentes en las primeras salas en forma de bellísimas tallas de cerámica), así como la de otros artistas consagrados como Francisco Graciano o Jasson o José Celestino da Silva. También que esta tarea fue la pasión y obsesión de su vida a la que destino cada peso de la familia.
Junto a las exposiciones, el público además, podrá ver la riqueza de las piezas junto a documentales y textos poéticos de íconos del país como Gilberto Gil, Dona Isabel, Ailton Krenak y Caetano Veloso, entre otros.
En síntesis, una cita obligada para los amantes del saber hacer manual.