Una tarea titánica no apta para cardíacos
El desarrollo de identidades es de por sí una tarea titánica no apta para cardíacos. Ahora bien, hay casos y casos, clientes y clientes,… Por ejemplo, visualizar la vida y personalidad de un museo y no cualquiera, del Museo Olímpico de Suiza, se escapa de toda métrica.
Ubicado en la localidad de Ouchy, en las márgenes del Lago Lemán, al sur de Lausana, la famosa institución precisaba una identidad que lo ayudara a conectar con más y nuevos segmentos de la población, en definitiva, transcender. Y el encargado de semejante tarea no fue otro que Blackburn, el reputado estudio londinense fundado y dirigido por Paul Blackburn. Vamos a ello.
Lo primero que hay que decir de esta propuesta es la intrincada simplicidad que le ha permitido contener y cohesionar visual y conceptualmente la mayor colección de objetos y bienes intangibles de los Juegos Olímpicos. Más de 100.000 artefactos que abarcan más de 2000 años de historia, incluidas antorchas olímpicas, kits y ropa deportiva, medallas y un ala entera dedicada a la historia gráfica y de la marca de la organización. Brutal.
“Nuestro objetivo era crear una fuerte conexión emocional y generar entusiasmo en torno a la experiencia y sus artefactos, tanto en el museo de Lausana como a nivel internacional a través de su sitio web”, comentan responsables del proyecto y agregan: “La mayoría de los futuros visitantes del Museo Olímpico lo experimentarán de forma remota. Era fundamental que abordáramos esto con el concepto de un museo que vive localmente y piensa globalmente”.
Para lograrlo, Blackburn apostó por un ecosistema tipográfico robusto y difícil de etiquetar que aporta la neutralidad necesaria para mezclarse con todo pero para pertenecer a nadie. Por supuesto el casi infinito material fotográfico provenientes de los fondos del museo brilla en cada composición.
Un último apunte sobre el sitio web: bien merece la pena pasarse un momento por él para echarle un vistazo y de paso aprender una cosa o dos sobre diseño web.
