El Grafismo es el origen del Dibujo, el Arte, la Gráfica Funcional, los Sistemas de Signos y el Diseño.
¡Todo el universo de lo gráfico!
La palabra griega graphein, que traducimos por “grafismo”, significa la fuente originaria de la que emanan el Dibujo y la Escritura, materializándose en el acto gráfico. En efecto, la mano que dibuja es la misma que escribe.
Esta obviedad puesta de relieve por la sabiduría griega tendría que haber evitado todos los conflictos históricos, ideológicos, disputas e incluso guerras, como la “batalla de las imágenes” que enfrentó a judíos y cristianos durante más de un siglo (717-842), defensores y detractores de las imágenes. El motivo: la estigmatización de las Imágenes como siendo la Mentira y el Mal, y la glorificación del Verbo y el Escrito como la voz de la Verdad y el Bien. Iconófilos e iconoclastas. El último ejemplo de este conflicto, todavía increíblemente actual, es el de las caricaturas de Mahoma. Fanatismo, muerte, odio y sangre… por unas pobres imágenes.
El árbol genealógico del Grafismo
Grafismo es el proceso del trazo y el trazado configurando formas significantes. Las raíces de este árbol de 100.000 años de antigüedad se hunden en tierras africanas abonadas por la inteligencia creativa de sapiens. La semilla del Arte.
El tronco central de ese árbol mil veces centenario es el Grafismo generador del punto y la línea, la materia gráfica (materia sin forma), que emprende el vuelo y emerge así el Dibujo, que es la capacidad de representación simplificada de las formas de la vida y de la imaginación.
Crece el Dibujo y se abre en cuatro grandes y robustas ramas. La primera es el nacimiento del Arte, hace 16.000 años, después de que 60.000 años antes se formara el Grafismo y el Dibujo: largo tiempo evolutivo de preparación y aprendizaje hasta llegar al dominio del trazo.
Simultáneamente con el gran Arte parietal, la rama contigua se extiende en dirección a la Gráfica Funcional, con los esquemas, mapas, la astronomía, la anatomía, etc., etc.
La tercera gran rama, más arriba en el tiempo, hace 6.000 años, inicia el paso a los Sistemas de Signos: alfabético, numeral, musical, braille, etc., que son las herramientas de la razón.
De la última rama, ya en el siglo XV, emerge el embrión del Diseño Gráfico, que se desarrollará con el industrialismo en el XVIII y se convertirá en disciplina proyectual el siglo XX bajo los auspicios de la Bauhaus.
Una lectura particularizada
Este panorama universal del fenómeno gráfico, que incluye, como bien sabemos, la industria, la producción, la economía, los medios de difusión, el consumo y, sobre todo, la Cultura, admite una lectura sintética, en horizontal, que pone a la vista las relaciones de transitividad entre los elementos de ese árbol.
Arte Gráfico <-> Gráfica Funcional <-> Sistemas de Signos <-> Diseño Gráfico
Hay transitividad entre la primera pareja: Arte Gráfico (la Imagen) y Gráfica Funcional, con una tendencia hacia el pensamiento lógico y técnico.
Hay también transitividad entre Gráfica Funcional y Sistemas de Signos, con orientación a la razón y a la representación del pensamiento.
Asimismo, hay transitividad entre Sistemas de Signos y Diseño Gráfico marcada por la idea proyectual hacia la comunicación y la información.
Un fluido continuo pero variable atraviesa toda la secuencia: un valor llamado Estética que nació -en el sentido moderno- con las Bellas Artes (el concepto de Belleza) y que ha ido funcionalizándose sucesivamente hasta desaparecer de la secuencia.
La conclusión es que no hay transitividad entre los dos extremos de la cadena: el Arte Gráfico y el Diseño Gráfico.