«La programación de los ordenadores ofrece muchas similitudes con el esquema del razonamiento cibernético». Abraham Moles
La infografía, en principio oculta bajo secreto de las aplicaciones militares, hizo su entrada al gran público poco a poco. Los juegos electrónicos dan prueba de que el espectador dejaba de ser pasivo. Un entorno formado por anuncios televisivos, genéricos de filmes y efectos especiales afirmó una nueva realidad icónica. Las cadenas TV y los programas destinados a los jóvenes proponían videoclips, motion graphics y secuencias infográficas.
El ordenador tiene setenta años. El arte por ordenador (computer art) ya cumplió los cuarenta. El computer art fue contemporáneo de la infografía, y cada uno anduvo por su lado predominando la línea funcional sobre la estética y cruzaba el business graphics, la arquitectura y el diseño industrial, junto con la creación musical y el diseño de “identidad televisiva en 4D” (J. Costa, 2005), las artes gráficas, la museografía y las ciencias en general.
La revolución digital aumentó la capacidad de realización de los esquemas y diagramas. De las 2 dimensiones del plano a las 3 dimensiones del volumen representado. Y les añadió la 4a dimensión temporal (del estatismo al movimiento y del mutismo al sonido), y la 5a dimensión comunicativa: la interactividad. El progreso técnico se consolidaba y abría unas perspectivas insólitas.