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La columna de Joan Costa: Lo analógico y lo digital en la inteligencia creativa

La columna de Joan Costa en Experimenta. Hoy: Info-grafía

La columna de Joan Costa en Experimenta.

Algunos lectores se han interesado por la “analogía”, el tema de una de mis columnas recientes, y me piden que explique algo más. Con mucho gusto.

El asunto tiene enjundia, y celebro que la “fascinación idiota” por lo digital no nos ciegue a todos y nos olvidemos de la inteligencia natural (“La inteligencia artificial es muy poco inteligente”, escribe Gemma Galdon) ni de la sabiduría práctica, recursos innatos que debemos a la evolución y que guían nuestros modos, tan olvidados, de conocer y comprender.

La palabra “analogía” de origen griego, es el ana-logos que significa: ana (“más allá” o “por encima”) y logos (“palabra”, “razón” o “concepto”). El pensamiento analógico sobrepasa el razonamiento lógico (por eso es más libre y creativo) mientras aquél es puramente intelectual. 

La analogía busca el conocimiento por la percepción y el entendimiento. Concretamente, por medio de la relación de semejanza entre cosas dispares: ¿en qué se parecen? Pero se trata de una semejanza, ¡atención! que no es formal (todo lo que es esférico se parece) sino estructural, es decir semejanza entre “relaciones”, o también funcional: semejanza con los “procesos” y con los “efectos”, o todas esas semejanzas a la vez.

La analogía se aplica en Biología, Derecho, Lingüística, en Geometría, en Física y en Cibernética. En ese ámbito de conocimiento es donde aprendemos mejor la utilidad del pensamiento analógico a través de los esquemas. 

Se llama “modelo” al mensaje gráfico en el que han sido sustituidas sus propiedades reales por otras equivalentes en el modelo: las “redes” y los “árboles” en los esquemas; las “líneas de nivel” en los mapas o las curvas “isobáricas” en meteorología.

Los modelos de comprensión utilizados en esquemática son construcciones visuales de cosas reales y complejas, pero invisibles: fenómenos, acontecimientos y decisiones, para los cuales no tenemos ejemplos tangibles en el entorno. 

Pero tenemos experiencias heredadas y acumuladas inconscientemente. Y en la medida que imaginamos (producimos y combinamos imágenes mentales) intuimos por analogía la estructura que subyace en esas realidades, y así las representamos gráficamente.

Los modelos de comprensión en esquemática se proponen en cinco categorías:
Modelos a escala, Modelos analógicos, Modelos matemáticos y Modelos “arquetipo”.

-Los Modelos matemáticos se clasifican en Modelos deterministas y Modelos no deterministas o aleatorios.
Los Modelos considerados por su grado de abstracción, son:

-Los Modelos icónicos (mapas, maquetas a escala, planos, el átomo de Bohr, el “modelo” del sistema solar, etc.).

-Modelos analógicos (sistema sanguíneo, eléctrico, económico, de riego, de tráfico, etc.).

.Modelos simbólicos (tablas de correspondencias, cronogramas, logigramas, semantogramas, etc.).

Ojalá entendamos de una vez que nuestro cerebro está organizado por la evolución con infinidad de esquemas de aprendizaje que se renuevan. Aprendizaje para todo, que es la herencia de la evolución de nuestra especie más nuestras experiencias personales que vamos acumulando. Y de todo lo cual nos servimos (lo más corriente, inconscientemente, y porque el ruido del entorno nos confunde), para la comprensión del mundo y la toma de decisiones.

Nosotros, las personas -y no los poderes que nos controlan- necesitamos menos información y más conocimiento. Menos inteligencia artificial y más inteligencia creativa. Menos algoritmos y más autodidáctica.

Para saber más: (enlace)

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