Hoy el viaje fue un caminar por las nubes binarias donde la información halla cobijo.
Hoy el viaje fue leer el magnífico texto de Teo Marcos sobre la llegada de icloud.
"Abstraído, pensando, elucubrando, soñando, viajando con la imaginación; así he pasado muchísimas horas de mi vida: “en las nubes”.
Para los que padecemos ese “síndrome”, el estar “en las nubes” es algo casi siempre placentero. Para otros, los que lo utilizan como arma arrojadiza para tildar de memo o distraído a quien lo practica, es sinónimo de abobado, atontado, y descalifica automáticamente al que es sorprendido en dicha circunstancia.
Pues bien, ahora, y por arte de Steve Jobs y su universal Apple, “estar en la nube” es el último grito de la modernidad, la novedad tecnológica más revolucionaria del universo digital, el último invento de la empresa que ya ha sido nombrada la marca más valiosa del mundo. Su nombre: “iCloud”.
LA NUBE, no es un aparato, ni se toca, ni se ve, por lo que, como en las creencias religiosas, hay que tener fe, creer, porque según dijo Jobs en su presentación, se trata del “alma” de la tecnología on-line:
“Hoy hablaremos de software, del alma; y dejaremos de lado el hardware, el cerebro”, dijo Jobs. (Expansión)
Pero ¿qué es iCloud, “la nube”?
“iCloud quiere ser el centro de la vida digital de las personas. Lo que antes era el ordenador en casa y, últimamente, una dispersión de archivos, fotos, vídeos en varios aparatos, pronto se colocará todo en la nube, en Internet, en el caso de Apple, en iCloud.” (EL PAIS)
“Un servicio que los entendidos definen como la estrategia en la nube y que, a nivel de usuario, significa que será posible almacenar gratuitamente en el ciberespacio documentos, datos, música y películas (adquiridas en iTunes), para que puedan ser accesibles después desde cualquier dispositivo con conexión a Internet vía streaming, es decir, directamente online.”
“El centro de tu vida digital estará ahora en la nube”, dijo Jobs para explicar iCloud. “Si te compras una canción en tu móvil puedes llevártela al resto de tus aparatos. Es el fin de la “locura” de la sincronización, como definía Jobs, que gritaba en silencio eso de “me siento bien”. Ese I Feel Good, de James Brown que el gurú de Apple eligió como banda sonora para su presentación”. (Expansión)
¿Para qué almacenar nada en tu ordenador? “¡Olvídate de tu memoria! Deposita toda tu información en la mía, confía en mi, vive tranquilo porque, vayas donde vayas, siempre estaré contigo, en el cielo y desde allí, (si tienes un ordenador, un iPhone, o un iPad) podré enviarte, cuando tu lo desees, la información que necesites, tus archivos, tu música, tu memoria…”.
“Vive en paz y tranquilo. Deposita en mi tu confianza, descarga tu corazón, que yo velaré tus secretos, los guardaré y siempre estaré contigo”. La nube será la solución a todos tus problemas. El centro de tu vida digital estará en la nube.
Y el invento tiene ya su enseña: una nube que irradia desde su centro y no pude evitar visualizar en mi memoria, la de aquí, aquella imagen de otra nube, la que guiaba al pueblo escogido por Dios y que se representaba con un ojo abierto en su centro, un ojo que todo lo veía, que estaba en todas partes.
Cuando el Faraón permitió a Moisés y al “pueblo elegido” su salida de Egipto, Dios les acompañó por el desierto.
“Yahveh iba al frente de ellos, (…) en columna de nube para guiarlos por el Camino”. (Exodo)
Y más tarde, cuando hambrientos murmuraban contra Dios:
“la gloria de Yahveh se apareció en forma de nube” (Éxodo)
y les anunció que les enviaría el maná, con el que se alimentaron a lo largo de toda la travesía. Pues bien, mutatis mutandis eso es lo que viene a anunciarnos Steve Jobs con su iCloud: el nuevo maná, el alimento para el “alma” de nuestra vida digital.
En una de las escalas de su viaje a Ítaca, Ulises arriba al país de los lotófagos: hombres que habían perdido la memoria. La gran comunidad de Internet, a través de iCloud, parecen decididos a ser los nuevos lotófagos solo que, en este caso, de forma voluntaria, gracias a un acto de fe.
A partir de ahora deberemos de evitar decirle a nadie que “está en las nubes” porque desde hoy, desde el nacimiento de iCloud, estar en la nubes significará pertenecer a la comunidad de los ciudadanos más avanzados del mundo, los nuevos lotófagos.
La pérdida de memoria, por tanto, ya no será una pérdida de identidad, sino el signo de pertenencia a la vanguardia de la nueva comunidad tecnológica, la tribu de los “iCloud”, el nuevo mundo de los que “están en la nube”, el nuevo “pueblo elegido”.