Es indescriptible la sensación de entrar en la isla de Venecia en uno de los trenes “flecha blanca” que en dos horas y media nos permiten cambiar el smog milanés por la fría y novelesca niebla otoñal del Veneto. Seguramente las siguientes imágenes digan más que mil palabras.
Llegados a la estación ferroviaria de Santa Lucia nos queda sólo atravesar toda la ciudad/isla a pié o en vaporetto para alcanzar la puerta de los jardines que alojan los 30 pabellones que otros tantos países utilizan año tras año para mostrar lo mejor (o así lo entienden sus comisarios) del arte contemporáneo y la arquitectura de cada nación (la bienal alterna el arte y la arquitectura cada año).
Pasaremos muchos puentes para llegar a nuestro destino, algunos modernos, polémicos, como es el caso del que ha proyectado el arquitecto español Santiago Calatrava, siempre sobre el mismo Canale Grande también atravesado por el afamado puente de Rialto. Modernidad internacional con tradición Veneciana dialogan, aunque relativemente distantes, demostrando que la evolución es el único camino hacia el futuro.
Sin entrar en análisis nos proponemos mostrar las obras que capturaron inmediatamente la atención de nuestros ojos, comentándolas muy brevemente para que seáis vosotros quienes, observándolas por primera vez, analicéis el tipo de sensación que os transmiten.
Exterior del pabellón español. El interior era de difícil comprensión, al menos para los que no somos expertos en arte, por lo que no nos sentimos capacitados para comentarlo.
En el interior del pabellón belga dominaba una pantalla gigante suspendida del techo, en la que se proyectaban imágenes de situaciones que a su vez eran pintadas por encima por el artista asturiano Angel Vergara, quien vive y trabaja en Bruselas.
Sorprendentes cuanto menos las "esculturas animatrónicas" parlantes del artista británico afincado en Amsterdan Nathaniel Mellors.
Las impresiones sobre tela adesiva de la artista neoyorkina Cindy Sherman siempre vigiladas por la atenta mirada de las miles de palomas que el artista italiano Cattelan instaló en todas las salas del pabellón central.
Cuatro artistas son invitados cada año a crear un para-pabellón, entre ellos en esta edición se encuentra Mónica Sosnowska, artista polaca que creó una estructura escultoreo-arquitectónica a forma de estrella revestida con papel de pared.
¿Puede un coche estrellado exponerse como obra de arte?
Delante del pabellón estadounidense un hombre que corre sobre la rueda de un tanque girado. La performance forma parte del proyecto de los artistas Jennifer Allora y Guillermo Calzadilla.
El pabellón sueco es de una belleza arquitéctonica desmesurada, atravesado por 3 árboles reales en el centro. Los excrementos de animal forman parte de la obra de arte. No comment.
El siempre tecnológico Japón no ha defraudado mostrando una instalación en la que la arquitectura, con la ayuda de espejos y proyecciones de dibujos con un toque muy oriental, confunden los límites del espacio y la percepción de quien los observa.
Corea nos muestra como la escultura se puede revelar contra el molde que le dió la forma, pero de esto hablaremos más adelante…
Hoy se cierra la 54 edición de la bienal de Arte de Venecia, por lo que en próximos artículos intentaremos profundizar más en la descripción de lo que allí ocurrió para quienes no pudisteis daros una vuelta por el Adriático. Claro está que una visita a esta mágica ciudad cuasi-flotante no requiere mayor justificación, pero para quien la necesite le bastará saber que en 2012 le toca el turno a la bienal de arquitectura, nuestra preferida por supuesto.
Más información sobre la bienal de arte en labiennale.org/en/art/ y la de arquitectura en labiennale.org/en/architecture/