Casi todas las historias tienen un principio, un desarrollo y un desenlace, pero algunas cuando parecen llegar al fin dan lugar a un nuevo comienzo, por lo que nunca terminan, sufren procesos de transformación, al igual que la energía, y simplemente evolucionan adoptando una forma diferente.
Hace algún tiempo que el diseñador de moda Giorgio Correggiari entró en contacto con el Instituto Superior de Arquitectura y Diseño de Milán. Juntos idearon una forma de transmitir a una nueva generación los conocimientos y experiencias acumulados por éste durante una larga carrera profesional que le llevó del éxito de las pasarelas a abandonar la moda en 1990 por considerarla solo finanza y ya no creatividad.
Publicación en la sección moda del Corriere de los trabajos de Giorgio Correggiari
Las ganas de transmitir lo aprendido de Correggiari y la experiencia en el campo de la educación del Instituto se fusionaron dando lugar al que seguramente haya sido el primer máster dedicado a la materia textil desde el punto de vista del proyecto, y no sólo de la técnica.
Estudiar los materiales y sus aplicaciones prácticas para trazar una vía de pensamiento: redescubrir el material tradicional o introducir materiales innovadores, o incluso apropiarse de un uso absolutamente no convencional de la materia. Estas eran las ideas que pusieron en pie el proyecto y que fueron transmitidas a quienes frecuentaron el curso en lo que fue un año académico que se convirtió en una verdadera experiencia de vida.
El jueves pasado se puso fin a un año de emociones, aprendizaje y desarrollo con una exposción de los trabajos realizados por los jóvenes diseñadores (y discípulos de Giorgio para el resto de sus vidas). Allí los alumnos crearon una gran mesa central, formada por bancos de trabajo de carpintero, simbolizando lo que su maestro siempre les inculcó “que se ensuciaran las manos”. Y es que probablemente no exista el buen trabajo de diseño que no conlleve una investigación a nivel de materialidad, la creación de maquetas y prototipos, el estudio físico de la forma, etc.
La mesa central del espacio dedicado a los proyectos
Las libelulas de libellulab. Al fondo un mapa de milán realizado por Valentina Antinori con trozos de piel
Los pilares del proyecto fueron identificados y definidos como sigue:
- Conocer la materia: Ver, tocar, probar.
- Estudio de la materia: Como se fabrica, como se colora.
- El textil es…(Como se usa, como se podría usar).
- Conocer la materia según Giorgio Correggiari. De la sintesis de sus experiencias profesionales nace la idea de que el tejido, la materia, no solo sirven a la moda, pero también al diseño, a la tecnología y al vivir cotidiano.
- La producción y el Made in Italy. Obviamente no se podría haber dejado a un lado en un curso organizado en Milán la influencia que la marca que define al país tuvo en la evolución de la industria textil.
- El target y el estilo. Lecciones de sociología de la moda impartidas por un simpático Marco Pedroni completaban la larga lista de ponencias que profesionales del sector ofrecieron en el "pequeño" instituto milanés.
Bolso-brazalete y zaptillas con forro intercambiable de Silvia Marcias
Spider-bench y zapatillas de silicona de Alfonso Martínez
Floreros realizados con carretes de hilo innmersos en resina de Valentina del Ciotto
Ahora, cuando no ha pasado ni un mes desde que Giorgio nos ha dejado, tendremos que ser los jóvenes diseñadores quienes continuemos ensuciándonos las manos y así seguir con la historia que Giorgio empezó a escribir.
La escuela por su parte le dedica en su página web un bonito
“Ciao Giorgio, Gracias por todo”.
Más información en:
Istituto Superiore di Architettura e Design
Fotografías de Valentina Antinori.