22 de Septiembre de 2011, Milán. Una jornada de 11 horas de trabajo. 10 paradas de la línea 37 de autobús para llegar a la estación de metro “Repubblica”. 6 estaciones hacia el sur llevan a “Porta Romana”, uno de las zonas de más actualidad en la ciudad debido al creciente número de diseñadores que han elegido este tradicional, aunque modernizado, barrio milanés como contexto en el que vivir, trabajar y respirar en esta gran urbe creativa.
Paseando por el frecuentado “Viale Monte Nero” llama nuestra atención el gran número de personas que se entretiene alrededor de un simpático mini-camión que sirve ostras y champán a quién, en una aún calurosa tarde de inicios del otoño, ha decidido disfrutar de un aperitivo alternativo. Nos acercamos hacia el manjar oceánico para descubrir que la multitud no es atraída por el olor a sal de los crustáceos, sino que entra, sale y rodea un espacio del que, desde el camión afrodisiaco, distinguimos una silla que parece haberse suicidado en su escaparate. ¿De qué se trata?
No podemos negar que los chicos de TAGMI hayan hecho un buen trabajo creando una escena del crimen con un suspense que se va despejando sólo a medida que nos acercamos a cada uno de los delitos. El neonato estudio milanés ha recuperado, revisitado y resucitado un elenco de viejos muebles de la oscuridad de los desvanes de sus antiguos propietarios, dándoles una segunda piel en la que vivir una vida mejor.
Valentina Antinori (50% de TAGMI) sentada en un sofá de los años 50 revestido con tejido diseñado para interior de automóvil, observa un mueble de cocina de la misma década tratado con pintura efecto pizarra aplicada sobre revestimiento mágnetico que permite escribir y pegar mensajes sobre él
Mesa y silla de los años 50 oscurecidas con una técnica de quema de la superficie. Lámparas tratadas de igual modo con pintura efecto pizarra en la mampara
TAGMI es un estudio/laboratorio nacido en Milán en el 2011 como fruto del encuentro entre Danilo Leonardi, diseñador industrial y de interiores, y Valentina Antinori, diseñadora gráfico y textil. Cada uno proviene de un campo diferente pero juntos han comenzado una nueva trayectoria en la que todas las disciplinas fluyen paralelamente impulsadas por las ganas de innovar, de lanzar un nuevo mensaje al ya consagrado mundo del diseño milanés.
Acabados especiales permiten al estudio tratar las superficies de manera poco convencional
Con el proyecto SECOND SKIN (segunda piel) Leonardi y Antinori proponen unir el amor que comparten por el pasado con la pasión por el recuperar que les une. El modo en el que han revisitado algunos muebles en esta ocasión está directamente ligado con la exposición fotográfica Contemporary Live, con la que comparten paredes, techo e iluminación, es decir, el espacio expositivo de la galería Galetti (viale Monte Nero/viale Lazio). De ahí la elección del color negro, aquél que predomina en la exposición fotográfica, que con su fuerza expresiva ha sido interpretado a través de diferentes procesos de coloración. Un ejemplo de ello es el uso de una técnica que permite obtener dicho color quemando las superficies, evitando así utilizar pintura.
La fotógrafo Erika Buzin contribuyó a la escenografía exterior inmortalizando a los visitantes sobre una de las piezas de la serie SECOND SKIN
TAGMI: Danilo Leonardi y Valentina Antinori.
Intentando dar una nueva vida a viejos objetos y muebles, TAGMI ha seguido un proceso creativo que permite la mutación de los mismos, generando una segunda piel para que puedan ser recuperados.
Veremos si en el futuro conseguimos adentrarnos en el mundo TAGMI y descubrir algunos de los secretos que permiten salir adelante proyectos tan interesantes como éste.
Más información www.tagmi.it
Tagmi
Viale Monte Nero 26, Milano
(0039) 347 5898491
info@tagmi.it
Muy interesante el proyecto Second Skin, desconocía la existencia de esa pintura que, según he podido entender, quema la antigua superficie del objeto en cuestión. Muchas gracias por traernos este artículo a pesar de autobues, metros, etc. Un saludo.
Gracias Jose! en realidad se trata de dos procesos diferentes…
la pintura efecto pizarra es una cosa, que se puede usar en paredes o donde quieras y puedes escribir sobre ella. Ellos la usaron encima de otra capa de un material magnetico que permite ademas pegar mensajes con un iman (como en la nevera). En cambio las sillas, patas de la mesa y pies de las lamparas los oscurecieron quemando las superficies, y dandoles despues un tratamiento para que no manchen al tocarlos.
Un saludo!