Son varias, pero no tantas, las ciudades del mundo que podemos asociar directamente con el diseño, la moda y otras disciplinas creativas (siento usar este término después de asistir a la conferencia de algún diseñador que odiaba ser definido como “creativo” pero, según mi opinión, no hay mejor modo para definir a aquellos para los que trabajar es sinónimo de crear).
La Torre Eiffel es a París lo que el Duomo es a Milán, podríamos también decir que las ramblas son a Barcelona lo que la galería y el corso Vittorio Emanuele son a esta ciudad Nord-italiana, y si Londres tiene su Buckingham Palace, Milano ha il suo Palazzo Reale que nada tiene que envidiarle.
Milán es una ciudad en la que fijar el límite de edad que diferencia la juventud de la madurez resulta casi imposible.
El manifiesto milanés se desplaza temporal y geográficamente para convertirse en manifiesto londinense, y es que la exposición dedicada a John Pawson por el Design Museum de Londres bien merece una pausa.
Valentina Antinori, Alfonso Martínez Vega
44 fueron los participantes venidos de Italia y Holanda a Operae, el primer mercado del diseño de auto producción de Turín, que tuvo lugar el pasado fin de semana. 3 las sedes inundadas con ingeniosos objetos diseñados y producidos por ellos mismos, y así lo vimos y vivimos nosotros…
Unos 130 kilómetros separan por carretera Turín de Milán, y a unos 5 meses de distancia celebra cada una de las dos ciudades Nord-italianas su propia semana del diseño. Probablemente debamos mencionar también que Milán ha celebrado ya su 50 edición mientras que Turín se viste de diseño en estos días para festejar la tercera Torino design week.
Fabio Novembre, uno de los diseñadores de nueva generación más relevantes en Milán, ha escrito recientemente un libro titulado “el diseño explicado a mi madre”.
