En el año 1987 un joven Oscar Tusquets, unifica los rasgos más destacados de dos maestros del diseño del siglo XX. Antonio Gaudí y Carlo Mollino. De la unión de ambos nace, la silla Gaulino, seleccionada en el Premio de Diseño Industrial y el Adi-Fad de 1989 y en el Iberdiseño de 1990.
La primera fuente de inspiración de Tusquets, Gaudí, arquitecto perteneciente al modernismo de principios de siglo, la época del Art Nouveau en Francia, la Secession en Austria, el Jugendstil en Alemania, Stile Liberty en Italia y el “modernisme” en España, concretamente en Cataluña. Todos ellos ocuparon la primera década del siglo XX y cada uno con sus propias características adoptadas por sus diferentes seguidores, pero a su vez, tenían en común la necesidad de romper con lo impuesto hasta el momento y con ello dar la bienvenida al nuevo siglo y todas sus posibilidades.
Durante estos años Gaudí diseño la silla que requirió para su proyecto de la Casa Calvet. Ésta fue llamada, Silla Calvet y correspondía claramente a las características del estilo imperante en la época. Creada en el año 1901 “Muestra un diseño de gran riqueza decorativa con un elegante motivo central en su respaldo. Su forma trapezoidal le concede un aspecto mucho más esbelto que el de las sillas tradicionales, utilizando Gaudí geometrías circulares y de granos de café encajados en su respaldo. El asiento dispone de cinco orificios alineados para evitar que el usuario se deslice, siendo de especial interés la disposición de un único soporte que fusiona el asiento con el respaldo.”. Realizada en madera de fresno macizo, podia ser adquirida en su tono natural, teñido roble o negro y barnizado. El asiento era tapizado en cuero de color natural, miel o negro.
A mediados de siglo, en los años del nuevo modernismo y enmarcado en su particular vertiente dedicada al organicismo, el diseñador italiano Carlo Mollino, diseño una silla inspirada en el estilo que un tiempo atrás Gaudí , había dado a conocer. La silla fue bautizada con el nombre del arquitecto catalán, Silla Gaudí.
Tres proyectos de tres diseñadores de tres épocas diferentes, pero todos ellos inspirados entre sí. Sillas de líneas orgánicas y con un toque surrealista, con intenciones ergonómicas evocan el sinuoso cuerpo de una mujer sentada de espaldas.
Todas ellas realizadas en madera maciza y de aspecto artesanal, con la única diferencia que la ultima en ser diseñada, la Silla Gaulino, fue ideada y creada con fines industriales. Adaptada totalmente a los procesos de producción de los años en que fue concebida, así como al estilo que la enmarcaba, el Postmodernismo. Junto con su claro simbolismo y alegoría a los estilos de principios de siglo tenemos que citar su clara funcionalidad, al poder ser apilada.
