Me gustaría empezar esta nueva colaboración con Experimenta con un tema en el cual estoy metida desde hace un buen tiempo: la creatividad en sus formas individuales y colectivas y la Web 2.0.
Jason Lanier, uno de los mayores gurús de Internet y de los nuevos medios, lo puso recientente como tema de debate a la atención general, creando mucha controversia a su alrededor. Su último libro You Are Not a Gadget: A Manifesto es una reprimenda sobre las posibles consecuencias de la Web 2.0 que lamenta la pobreza de contenidos que sitios come Google y Wikipedia pueden contribuir a crear en la red, propagando una “masa de información amorfa” que se materializa de una manera a veces demasiado superficial como “democracia de la red”, y que en cambio, en la visión de Lanier, puede ser el origen de una falta de ideas, de debate y de capacidad crítica. ¿Hay un fondo de verdad en su posición, o es solamente la visión elitista de un incurable presumido?
No es un tema banal, y nos lleva a hacer algunas reflexiones sobre la relación que hay entre creatividad individual, creatividad colectiva y mecanismos de liderazgo. Las nuevas formas de organización que nacen en la Web 2.0 son sistemas líquidos y flexibles en los cuales suelen coexistir fenómenos contradictorios. ¿Hay un riesgo, como sostiene Lanier, que se vaya hacia nuevas formas de conformismo que utilicen la “mob mentality”, la cultura de la muchedumbre, para aplastar expresiones de creatividad individual? ¿O al revés, nos enfrentamos con un nuevo concepto de masa capaz de encontrar un equilibrio entre participación y conformismo de una forma mejor con respecto al pasado?
Desde hace tiempo estoy convencida de que el fenómeno del carisma puede constituir, entre todas las diferentes formas de ejercicio de la autoridad, una llave para comprender las relaciones complejas entre liderazgo, autonomía y autoridad dentro de una organización sin una rígida estructura de jerarquía y sin un sistema organizado de tareas y ni de papeles. En efecto, por su propia naturaleza, el fenómeno carismático nace de un deseo de cambio que funda la relación de recíproca influencia entre la persona del líder y los deseos de sus seguidores (E.Pasini, F.Natili, Carisma, il segreto del leader, Garzanti 2009). Los diferentes tipos de comunidades online que se han desarrollado en los últimos años en la Web son el resultado de la dinámica entre grupos de proyecto, donde la fuerza propulsora del Web y “gurús” que utilizan su competencia tecnológica y su visión para abrir nuevas vías, contribuyen a su desarrollo.
Una nueva perspectiva en este debate es la de Mathieu O’Neil en su Cyberchiefs: Autonomy and Authority in Online Tribes, Pluto Press, 2009. En una investigación de cuatro diferentes formas de comunidad online, entre las cuales se encuentra Wikipedia, O’Neil hace una distinción entre “hacker carisma”, que es la credibilidad personal que se adquiere a través de una experiencia tecnológica aplicada a un proyecto visionario; e “index carisma”, el índice de atractividad que depende del número de contactos y del crecimiento constante del número de seguidores. Alrededor de estas dos diferentes tipologías de carisma, en la Web 2.0 destacan diferentes características de la organización: el “hacker carisma” permite el desarrollo de una visión alrededor de algunos personajes con fuertes marcas de influencia; el “index carisma” apoya la vitalidad y el crecimiento de la comunidad.
Cómo encontrar un nuevo equilibrio entre estos dos aspectos, evitando sus degeneraciones negativas (la desviación autoritaria del líder por un lado y el control monopolístico del mercado por el otro), va a ser uno de los desafíos más interesantes de las próximas décadas.