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Cacofonías

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¿De dónde vendrá esa manía en parecernos al arte?

No me malinterpretéis.

Hoy en día uno puede encontrar versiones de todo y aproximaciones de diferentes tipos a casi cualquier tema. Las fronteras entre las disciplinas son más borrosas que nunca y los profesionales hacen negocios de donde pueden y les dejan.

Un asunto complejo.

El diseño por definición no es arte.

Esto no debería ser un problema, pero a ratos parece uno.

Hacer definiciones ya no es tan simple como antes. Mucha gente abogaría por la defensa del número de piezas que se producen. Una forma simple de zanjar el asunto. Una vez me dijeron que el diseño se veía en la producción de grandes números de objetos. Debería estar solucionado. Pero por el contrario cada vez se ven más y más diseñadores que mantienen una reducción en la producción de sus piezas. Series limitadas. Producción exclusiva. Pese a que se hagan de una forma “industrial” se hacen menos versiones…

Pocas, que suba su valor.

Que haya firma.

Otra gente abogaría por la perfección. El diseño puede producir piezas perfectas dentro de sus límites. Es decir, el diseño y las posibilidades que la técnica nos ofrece son cada día mayores. Podemos, con el paso de los días, producir formas u objetos que antes no podíamos ni imaginar. En cambio se generan marcas sobre la imperfección de lo perfecto y se busca en la producción en serie el toque personal y de distinción sobre las demás obras. Hasta el punto el que se está buscando que los objetos cambien sus puntos de vista y los objetos producidos en masa se valoran por su capacidad para convertirse en piezas o simular ser piezas únicas.

Imperfectas.

Únicas.

Mucha más gente abogaría por la metodología. No nos parecemos para nada al arte, nos distingue nuestra aliada la metodología, somos profesionales, no hacemos arte. Seguimos un método que nos posibilita a resolver de mejor manera los problemas. Y, en cambio, surge un auge de la valoración de lo “amateur”. Se ha deformado el prisma de lo “auténtico”, de lo profesional y de lo “amateur”. Camuflándose unos en otros de forma que todos son visiones para producir nuevos objetos.

Con estilo.

Que se distinga ese aura.

Cosas que antes parecían tan claras, que nos distinguían, ya no lo son tanto.

¿Qué ha pasado entonces?

Todos los diseñadores te dirán que ellos no son artistas que no hacen arte.

Eso lo tenemos muy claro.

El problema es que hay algunas actitudes que no son fáciles de poner a un lado u otro de la línea.

¿Son necesarias en el diseño?
 

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