Con motivo del primer aniversario de la tienda de la firma NaniMarquina en Barcelona se ha hecho una exposición que recoge una cuarentena de copias de la afamada aceitera de su padre, Rafael Marquina, pertenecientes a su colección personal.
La aceitera, de vidrio transparente, cónica y con una capacidad de 200 cc., tiene una boca en forma de embudo que facilita su llenado. El pitorro se compone de una abertura que dosifica el líquido y una base-tapón de vidrio esmerilado, que garantiza su sujeción, con una ranura que recoge las gotas y permite la entrada de aire en el matraz. La amplia base está pensada para evitar que vuelque con facilidad. Simple pero efectivo.
A pesar de que el próximo año 2011 se cumplen 50 años desde que ganó un Delta de Oro, no pierde su actualidad, y prueba de ello es una de sus últimas copias de la firma Alessi.
Por su lado, Rafael Marquina, incansable, le ha diseñado en 2008 una competidora, igualmente antigoteo, pero de una sola pieza, abaratando su producción y mostrando así que el diseño es renovación constante y que quien diseña con alma, incluso a los 88 años es capaz de sorprender.
La exposición permanecerá abierta hasta final de navidades, en la calle Roselló 256 de Barcelona.