Dos jóvenes representantes del Gremio de Maestros Confiteros de Valencia y los diseñadores Sanserif Creatius han desarrollado una propuesta culinaria que pretende dar “sabor al color” con un criterio científico similar al que se utiliza en las paletas o gamas de colores que utilizan los profesionales de las Artes Gráficas. El resultado es una familia de dulces, denominados Fruitone, que se rigen por una identificación numérica asociada al principal sistemas de referencia del color utilizado internacionalmente.
La colaboración entre los maestros Miguel Ángel Señoris y Manolo Angresola con la diseñadora Ana Yago ha permitido desarrollar un sistema de identificación, comparación y comunicación del color para su asociación al sabor, basándose en modelos usuales de sistemas de definición cromática profesionales, cuyo objetivo es reorientar la percepción del consumidor y educarle en el conocimiento del color, a través de otros sentido, como el gusto.
Inicialmente, los Fruitone son una pieza expositiva más del proyecto de innovación y desarrollo (I+D) impulsado por Sanserif Creatius con el apoyo de la Dirección General de Comercio y Consumo de la Generalitat Valenciana y el Centro de Artesanía de la Comunitat Valenciana, que se ha concretado en la colaboración de este equipo de diseñadores con proyección internacional y una docena de artesanos de Alicante, Castellón y Valencia que han plasmado mediante sus procesos y materiales tradicionales propuestas para renovar la elaboración de pasteles, uso del vidrio, el esparto, la porcelana o los textiles en seda de firmas como Angresola, Sorribes o Rafael Catalá, entre otras, junto con piezas salidas de La Mediterránea o Lladró.
Para esta exhibición se ha presentado una gama de 8 sabores de Fruitone que van desde la fruta de la pasión, el melón canta-loupe o el arándano negro, a la combinación de coco y oro, Te verde japonés matcha, litchi, fresa con aroma de rosa y frambuesa, todos ellos sobre bases de praliné de chocolate blanco y un toque de azúcar y agar agar.
Si bien, la ventaja de este sistema de codificación es que cada una de las muestras está numerada y una vez seleccionada es posible recrear el color y el sabor de manera exacta, esto es, se trata de un sistema parecido a las cartas de colores que usamos para seleccionar un color para pintar nuestra casa y queremos que sea exacto, tal y como explicó Ana Yago en la presentación de los Fruitone.
Reinventar la tradición, abrir nuevas líneas de negocio al sector de la artesanía y reinventar las tradiciones sin renunciar al proceso productivo, los materiales y/o productos y las técnicas heredadas de padres a hijos, si bien, esto no exime de que se reoriente el producto resultante para adecuarlos a nuevos sectores poblacionales y/o tratar de dar respuestas a problemas o necesidades actuales, caso de las fundas para tablets y Smart-phones, la incorporación de asas a los libros o reutilizar el vidrio de las botellas una vez consumidas.