Desde siempre la sociología me ha despertado un gran interés, llamándome en especial la atención la iconografía de los términos así como las denotaciones implícitas en una sola palabra.
Sociología (del latín socius, socio, y del griego «λóγος» logos) es la ciencia que estudia, describe y analiza los procesos de la vida en sociedad.
Enmarcándola en detalle, proveniendo del diseño y desarrollo de productos, mi fascinación se focaliza aún más en la sociología de consumo, ya que a través del mismo se puede explicar la cultura así como la estructura social, las relaciones sociales que se dan, las integraciones o no de individuos en la sociedad, lo que al contrario, manejando esas relaciones o integraciones nos ayudará a realizar productos más dirigidos y precisos.
Hace tiempo que los términos habituales de definir a consumidores del marketing basados en estudios cuantitativos dieron paso a términos provenientes de la sociología basados en el cruce de los mismos con estudios cualitativos, tales como Dinkies, mujeres alpha, adulescentes…
Sin embargo, siempre me pregunte la veracidad de los mismos, es decir, la verdadera naturaleza, su proveniencia o no de la ciencia que intentaba estudiarlos.
Hace unas semanas encontré ciertas respuestas a mis incógnitas en un libro, ese libro que siempre desearias leer y nunca encuentras, pero por fin hayas: Sociología de las tendencias, de Guillaume Erner.
En el mismo, habla de la habitual acusación de que ciertas categorías como yuppies, bobos o metrosexuales habrían sido forjadas por y para periodistas, es decir, impuestas por un grupo determinado. Remarca de hecho , que ningún trabajo elaborado ha permitido verificar que dichos grupos corresponden a una realidad sociológica, estableciendo porque han gozado de éxito: su significación en relación a el sentido común del momento. Así los yuppies simbolizaban el dinero fácil de los ochenta, los bobos la culpabilidad moral del búrgues moderno y los inicios del desarrollo sostenible… Sin embargo defiende como su manejo encuentra limites por su carácter tautológico, pretenden explicar el consumo por el consumo.
En resumen, la iniciación en este libro (que aún estoy en proceso de finalizar) me reafirmo mi pensar de que ciertos términos establecidos son más bien un dibujo sociológico a través del prisma del autor que un estudio en profundidad de una ciencia exacta.
Por contrapartida, del mismo modo que todo proceso de creación de una palabra, si responde a una lógica de sentido común, los "colegas" de la profesión o la competencia la fortalecerán tomándola en préstamo, por lo que finalmente acabará imponiéndose en el lenguaje coloquial.