_EL PROCESO DE CREACIÓN
El mundo va dando círculos y la existencia sigue evolucionando de forma cíclica, rítmica y lineal. La moda sigue el mismo patrón. Parece que no nos movemos de las mismas inspiraciones a la hora de crear, la fórmula está marcada: miramos atrás, interpretamos y reescribimos según las fuentes predeterminadas, reminicencias de los años 40, 50, 60, 70, 80, tendencia romántica, eqüestre y volvemos a empezar.
Está claro que toda creación ha bebido de la anterior y es la forma de entenderla y la mano que la representa y su personalidad propia, los que hacen de esta inspiración una nueva creación. Desde mi punto de vista crear de la nada no existe, siempre tenemos una mayor o menor influencia de nuestro alrededor para transmitir lo que nos proponemos. Pero, sorprendentemente, el panorama actual parece siempre llevarnos a lo mismo, parece no haber más para leer. Parece existir sólo una fuente de inspiración cuando en realidad son miles. Son pocos los diseñadores que miran hacia otro lado para encontrar un lenguaje propio: política, sociedad, sensibilidad… el trabajo de diseñadores como Hussein Chalayan o Martin Margiela, por ejemplo, no se detiene en valores estéticos predeterminados, en tendencias cíclicas y repetitivas sino que mira hacia su mundo, su realidad, sus problemas. Acercándonos así a la moda, los conceptos pueden ser infinitos y muy diversos pero, evidentemente, no es fácil plasmar estas ideas más abstractas, más sutiles, más complejas a la realidad.
La diferencia a lo general es para mí más fuerte, más interesante; por desgracia también más exclusiva y mucho más difícil de alcanzar. Así que seguiremos nuestro patrón y paseando por las calles podremos observar topos, faldas hasta la rodilla con volumen, corazones, pantalones pitillo y botas por encima de estos… pero tranquilos, que los 80 no tardarán mucho en volver a llegar.
