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Carlos Poveda: O´culto, rastros de esta civilización

[Objetos de culto], Museo de Arte y Diseño Contemporáneo MADC, San José, Costa Rica, Jul-Set 2011.

Uno de los acicates para decantar el valor del arte contemporáneo -y que me gusta de los objetos de Carlos Poveda expuestos en las salas II, III y IV del MADC-, es su capacidad de encontrar, pero aún más, la de sorprendernos por lo encontrado. Él va por ahí colectando vestigios de la civilización actual: visita fábricas, talleres, laboratorios de materiales, los mercados que ofrecen al consumidor hasta lo (in)imaginable en una especie de cool hunting, del día a día sobre las ideas y/o productos que se ubican en la intersección entre la cultura y la tecnología, arte y diseño-; es ahí cuando el artista escudriña con sus miradas el entorno e intenta (trans)formar -lo que a su vez-, lo (trans)forma.

Imágen gráfica de la muestra,cortesía del MADC y el artista.

“Ofrenda #1” 2000. Materiales diversos, 39,5 x 30x 11 cm. / “Ofrenda #11”* 2009. Materiales diversos. 40 x 30×10 cm. / “Ofrenda #5”* 2010. Materiales diversos, 32,5 x 35,5x 6 cm. Fotografías cortesía del artista.

Conocí su obra en la década de los años setentas del siglo pasado; sus dibujos eran realizados con esmalte negro sobre papel con robusto trazo y una gestualidad fogosa, ataviados de la fuerza del tiempo; de ahí pasó a sus bodegones en blanco, a los espacios silenciosos, luego a sus Paisajes Domésticos. Hoy, cuarenta años más tarde, su obra mantiene la misma fogosidad, pero la atizan otras vivencias, las del acontecer urbano y el objeto industrial que traspasó los bordes hacia el espacio del arte. Tal es la muestra en el MADC titulada O´culto [objetos de culto] curada por María José Chavarría; se destaca la intervención museográfica del equipo del museo -con Valeria Rodríguez (asistente de museografía), y Fiorella Resenterra (actual directora del MADC)-, resuelta en subespacios temáticos acentuados con color es de lectura sacra: púrpura, morado, tierra tostado, siena natural, en tensión con los platas, oros y blancos que poseen algunas de las piezas, todo para cargar a la muestra con esa connotación del Levítico de ofrenda y sitio de culto.

“Ex-voto #2”  2011. Materiales diversos, 17 x 22 x 5 cm. Fotografía cortesía del artista.

Me parece maravillosa la actitud del artista de encontrar en los desechos -subproductos de los procesos de tecnología de los materiales-, para regenerar significados incluso opuestos: un desecho de polímero, el polietileno, fundido en los dados de la extrusora o en la boquilla del cañón de inyección, se cuelan por los poros de su imaginación para volverlos objetos para sí mismo, para su interioridad –y, en lo más genial del acto creativo-, convencernos a nosotros los espectadores de que ese descubrimiento suyo puede ser objeto para paliar el espíritu, en tanto él le agrega carácter, lo sume en su lenguaje forjado a lo largo de horas y días de internamiento en el taller, laboratorio o templo del investigador, donde busca además elementos que acompañen sus creaciones, que lo acentúen -cajas, vitrinas, relicarios, platos, platones, capelos y otros novedosos soportes-, para que al abandonar su anterior naturaleza “industrial” en adelante sean objetos arte.

“Ex-voto #3” 2011. Materiales diversos > 18 x 18 x 2,5 cm. /  “Ex voto #6” 2011. Materiales diversos, 2 x 20 x 20 cm. Fotografías cortesía del artista.

“Pochote” 2010. Materiales diversos, 30 x 30 x 50 cm. Fotografía cortesía del artista
 

Vuelvo una vez más (aunque no quisiera hacerlo pues abuso de la cita), a la idea del “catador” de Margherite Yourcenar en Memorias de Adriano, quien encuentra en una alfarería quizás rota, objeto en el que nadie posa su mirada, sino él, que lo toma entre sus manos de conocedor y con su afinado visor de entendido lo figura como una joya u objeto de museo. En el caso de Poveda, no solo observa sus cualidades perceptivas táctiles, visuales, estructurales, ocultas al ojo de los demás, y al sorprenderse de lo que colecta advierte un impulso emocional que fluye por todo su cuerpo sensitivo trascendiendo la deriva de la vivencialidad cotidiana, que impacta en el filo del mundo, que es otra forma más de paso y transitoriedad actual; lo congracia, lo atesora, en medio de la incertidumbre del hoy y lo vertiginoso de los acontecimientos urbanos, hasta sentir la posibilidad de ofrendarlo, de volverlo objeto de expiación entre el misterio de las paredes del museo –como en el caso de la sala II del MADC, esgrafiadas y rotas-, pero que lo afectan sensiblemente, tanto como nos impacta a los espectadores.

Reliquia #3” 2010. Materiales diversos, 33,5 x 22,5x 4 x cm. Fotografía cortesía del artista.

“Reliquia #4” 2010. Materiales diversos, 31 x 17,5 x 20 cm. / “Santo Malandro” 2008. Materiales diversos, 39 x 22 Ø cm Fotografías cortesía del artista.

Carlos Poveda, costarricense de nacimiento, quien forjó gran parte de su carrera artística en Venezuela y que actualmente reside en París -como se ha dicho-, recicla y reutiliza con diversos procedimientos técnicos los polímeros y en ocasiones los entreteje con materias naturales como maderas, semillas, pelo, plumas, cuerdas, telas, metales, piedras, vidrios, alambres, algunos para figurar objetos de poder o los amuletos de connotación mágico-religiosa; incluso, como es el caso de  Árbol de los deseos y Pochote, diserta sobre su amor por el árbol en sintonía con el Axis Mundi, cuando en el trayecto existencial observamos al Cosmos buscando auto-regeneración o, en el decir popular, “hacernos la límpia”.

“Retablo #1” 2010. Materiales diversos, 33 Ø x 4 cm. Fotografía cortesía del artista.


 

Parte del montaje de la Sala III con los "amuletos", "Árbol de los deseos" y "Pochote". Foto L.F.Q.

Una vez más Poveda demuestra que el artista juega con la idea del “divertimento”, cuando (tras)pasa lo burdo o (in)culto de la materia prima y la (trans)forma en presente, la ofrenda y lo conduce en aquel acto que troca el objeto en el espacio de lo sagrado. “Paso”, en vez de atravesar una situación es entendido como trascender los bordes –tan porosos hoy en día entre arte y no-arte-, de sufrido momento de lo buscado/encontrado que tiene mucho del ingenio y creatividad humana, de pericia al hacerlo o fabricarlo con tanta poesía y pasión.


Vistas del taller de Carlos Poveda en París,con sus materiales e inventario de materia prima. Fotografías cortesía de Fiorella Resenterra.

5 opiniones en “Carlos Poveda: O´culto, rastros de esta civilización”

  1. Desde que estaba pequeño, siempre oí del mítico artísta costarricense don Carlos Poveda, cada vez que veo su obra es un gusto estético lleno y profundo…

  2. Luis Fernando, me gustó mucho tu comentario.
    Un saludo afectuoso
    María E. Guardia

  3. Gracias por tan hermoso escrito, acusa una sensibilidad profunda y una gran comprension del artista y su obra.

  4. Buenos días David.
    Desafortunadamente no disponemos de esa información. Seguramente el Museo o bien, el propio Carlos Poveda, podrán ayudarte.

    Muchas gracias pro seguirnos.

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