Conclusiones actuales sobre el arte originario, muestra de arte contemporáneo curada por Rolando Castellón y Luis Fernando Quirós, en la sala de exposiciones temporales del Museo del Jade y la Cultura Precolombina, San José, Costa Rica, del 17 de noviembre 2016 al 22 de febrero 2017.
Al apreciar una muestra de arte contemporáneo es importante que existan preguntas, conceptos y/o contenidos anudados por los artistas y curadores en el recorrido, para que el espectador razone sus conclusiones. El conocimiento se intuye primero, luego se busca, se persigue, aunque su esclarecimiento suele que suceda fuera de las mismas paredes del museo, en tanto se emerge del recinto con lo visto puesto en el pensamiento, y es cuando inician a entablarse las conexiones, a tejer relaciones, a observar referentes y regenerar lo mirado para llegar al aprendizaje.
Las conjeturas de parte de los artistas aportan LUZ al proyecto, en diversos estratos de profundidad y diversidad de lenguajes, como lo hace José Alberto Hernández, quien observó el arte originario planteando Memento, así discurrir la atención hacia nuevas lecturas de esas manifestaciones autóctonas. Deduce que edificaciones como los grandes «malls», autopistas, urbanizaciones e incluso canchas de golf de hoteles de la zona costera guanacasteca, hundieron sus cimientos sobre cementerios indígenas, y, como lo haría un investigador científico, él lo documenta con fotografías de las excavaciones provenientes de los archivos del Museo Nacional, e incluye un inventario de las principales piezas arqueológicas extraídas e imágenes actuales del lugar, ahí no aparece placa alguna que identifique el sitio y rememore lo que antes fue; se deduce una certera crítica hacia una cultura tan “desmemoriada” como la costarricense.
Al recién desaparecido Joaquín Rodríguez del Paso -a cuya memoria se dedica la muestra-, le fueron suficientes tres bolas de caucho sintético y una rueda de cinta adhesiva para trazar grecas en el piso de la sala, para hablarnos de un discurso muy actual y profundo, como la eternidad de las esferas de piedra halladas en el delta del Diquís, y la otra “eternidad”, enunciada por la marca comercial de las bolas, “The everlasting charm of Post Columbian spheres” 2016, para hablarnos de la eternidad de un cuerpo que se cultiva con el deporte y la remembranza de nuestras milenarias culturas antiguas.
Priscilla Monge exhibe fotografías y productos de arcilla cruda de un taller-acción titulado “Los cabos sueltos”, para criticar las viejas prácticas museísticas que inhiben al espectador a tener parte en la creación de la obra. Esta artista, decana del Arte Conceptual en Costa Rica, invitó a personas de distintas edades a elaborar piezas de arcilla, las cuales son parte de la propuesta, y con ese gesto define la relación con el arte prehispánico en tanto se trabaja con la materia origen: con el barro, tierra mas agua.
En esa misma zona de la muestra se expone un metate en piedra original, proveniente de la colecciones arqueológicas del Museo Nacional de objetos precolombinos decomisados o repatriados, los cuales volvieron a nuestros espacios museísticos gracias a las leyes vigentes de Patrimonio. Al lado, bordea el concepto, una re-interpretación del artista y diseñador de mobiliario Rodolfo Morales, quien lo fabrica con maderas autóctonas como el laurel caribeño y el pejibaye (Bactriz gassipaes).
Encontramos, en ese mismo ángulo de la sala, un diaporama con fotografías del investigador etnomusicólogo Rodrigo Salazar Salvatierra, acompañado por grabaciones de cantos y oraciones chamánicas en lenguas aborígenes actuales como la bribrí y cabecar.
Adentrando en la sala de exposiciones temporales del Museo del Jade, detiene nuestros pasos la instalación del dúo “Materia Primera” formado por Adrián Flores Sancho y José Pablo Ureña-: De las manos al polvo y del polvo a las manos 2016, quienes en su práctica artística recogen muestras en yeso de las manos de distintas personas generando un conjunto morfológico de fuerte tectónica tanto como significados; demuestran una vez mas la actitud del arte de nuestros días de hacer participes a terceros en la producción de la obra.
Batambal delta del Diquís es una instalación de Rafael Ottón Solís con piedras bola de río y cenizas de añosas maderas pasadas por el fuego. Alude a la situación geográfica de aquellos sitios arqueológicos de la zona Sur del país, cuna de las esferas de piedra, las cuales en anos recientes fueran declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por parte de UNESCO. Solós las compone dentro de una circunferencia, símbolo recurrente de la muestra y tan presente en las culturas originarias.
A propósito del círculo y la esfera, se recuerda nuestro paso por el vestíbulo del museo donde adherida al pavimento se aprecia la enorme fotografía de casi siete metros de diámetro, de Karla Solano, Memoria 2016, en la cual su cuerpo en posición fetal se inscribe en el enigma de esas esferas de piedra. Solano realizó además durante la inauguración un performance en el cual recubrió la fotografía con “masa” de maíz -otro producto fundamental de nuestra cultura originaria-, y sobre esa superficie impecable trazó signos con sus propias manos, mientras hacía aparecer la imagen de su propia desnudez contenida en la poética fotografía.
Del escultor nacional José Sancho Benito, se aprecia un conjunto de tallas en piedra titulado Serpentario, con lo cual celebra la enormidad de la escultura en piedra originaria, sumado al tema de la animalística en el arte nacional, y tan cercano a aquellos entornos donde moraron aquellas tribus y espíritus del glorioso pasado precolombino.
Con Muro de Memorias Moyo Coyatzin enuncia el enigma de las protoescrituras, recuerda los ideogramas de nuestras culturas ancestrales, sobre una retícula de hilos y cartones renegridos por la acción del tiempo, utiliza dibujos en formatos irregulares cuya inequívoca conjunción asume la geometría -madre de la ciencia de comprobación-, y en cuyo discurso alude a una amplia diversidad de matices morfológicos -que, como se dijo-, asemejan crípticas escrituras y para-escrituras.
El artista y escritor literario Otto Apuy Sirias con Instrumentos musicales, trae a la sala la memoria del lugar, en especial la de la cultura guanacasteca: “Jicarimba”, “Molinete”, “Maraquera” y “Zigzag” agregan rasgos de identidad al tratamiento del ensamble y la creación del objeto arte.
La joven artista Stephanie Williams concluyó con una video-animación acerca de antiguos relatos coloniales, los cuales dibuja y cuyos rasgos fragmentados se recomponen en el animado, para plantear la incógnita que deduce el mismo titulo de su propuesta: ¿Qué hacer si ya se lleva el mar nuestro remedio?
El escultor Alexander Chaves Villalobos expone tres piezas de la serie Serie Pospremodernismo, con objetos cerámicos de hibridez objetual como un jarrón trípode cuyas patas asemejan botellas de coca cola, y una caja de botellas también en cerámica y de ese mismo producto pero pintadas con recurrencias a la cerámica prehispánica. Finaliza con una piedra esférica a la cual le colocó un grillete, connotando la pieza con aquellos procesos de esclavitud durante la colonización española.
Diego van der Laat y la empresa tecnológica Pulse, con el apoyo de Luz de Piedra CNC exponen “AESTUS o lo que nos dejó la marea” 2016, idea de un mar tecnológico que se ve afectado por la cercanía o lejanía de los espectadores, cuyos sensores en el escenario de la instalación reproduce un mapeo vectorial que discurre además por las curvas de nivel de la profundidad marina, recordándonos aquello que nos dejó la marea: la colonización.
Este proyecto expositivo ofrece además un importante programa complementario de talleres, conferencias y conversatorios. El pasado 28 de noviembre tuvo lugar la conferencia “Simbólica e iconografía erótica precolombina”, a cargo del Dr. Henry Vargas, de la Universidad de Costa Rica, entre otras actividades.
Finalmente, en las palabras pronunciadas por el curador Quirós durante la inauguración, comentó: «Las pistas están dadas, las obras de las/los artistas lo dicen todo, las luces están encendidas; dijimos que toda acción produce una reacción. De manera que uno de las principales puntos altos de esta investigación educativa es determinar cuál sería la piedra angular de la muestra, y esa respuesta queda abierta para que el espectador de temple a sus actitudes y establezca sus propias conclusiones».