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Costa Rica Diseña y Equilibrio Bienal

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Primera Bienal de Diseño de Punto D Asociación de Diseñadores Costarricenses, inaugurada el pasado 4 de octubre en la Galería Nacional, Museo de Los Niños, San José.

Cursar una carrera de diseño no implica alcanzar la tan ansiada profesionalización, se deben andar caminos donde competir y que nos permita insertarnos en los territorios de la industria, para ver nuestros productos fabricados, y emprender luego la conquista del mercado que a veces parece deslumbrarnos con sus espejismos, pero al final son sólo eso, espejismos. Son un paso de prueba, que nos requiere dominio propio y aliento para no quedarnos dormidos a la vera del camino, como la misma organización de la bienal y la asociación, pues al andar, esa mazorca se va desgranando y el trabajo recae tan solo en unos pocos.
Por ello digo que el trabajo de Punto D es encomiable -como primer paso, lograron realizar una bienal en muy poco tiempo- pero por delante asoman muchos gigantes difíciles de asumir que les requerirá un permanente estado de atención. Convocaron a un evento de dos perfiles distintos y eso es complejo de realizar: Punto D, “CR Diseña Bienal” donde se premió proyectos de diseñadores profesionales, y Punto D “Equilibrio Bienal”, con propuestas de diseño que reutilizaran materiales y subproductos de un grupo de industrias que brindaron apoyo para que los diseñadores plantearan sus ideas. Aclaro este aspecto organizativo pues a mí mismo me costó entender la naturaleza de un evento que bifurca su camino, sin embargo, como un día dijo mi amiga Jeanette Amit: si hay caminos es para que hayan caminantes.

El jurado
La muestra en la gran sala de la Galería Nacional se aprecia discreta -en cuanto al número de productos expuestos-, que fueron los únicos que pasaron los filtros de calidad establecidos por un jurado compuesto por Fiorella Resenterra (Directora del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, MADC), Karina Salguero (Periodista, exdirectora de la revista Su Casa y actual coeditora de Orsai), Franklin Hernández (Director de la Escuela Diseño Industrial del Instituto Tecnológico de Costa Rica, ITCR), Oscar Pamio (Decano de la Facultad de Diseño de la Universidad Veritas) y Eugenio Murillo, destacado docente universitario de la Universidad de Costa Rica.

1 Luis Fernando Quirós, lámpara L”Á”1 (lámpara del árbol), 2011, base fabricada en aluminio y acrílico con tecnología “cnc” de control numérico, y pantalla en papel acuarela con un dibujo hecho a mano.
2 Franklin Henández, sillas “ST” 1993, madera, coleccionadas por Luis Chacón.
3 Priscilla Aguirre y Walter Calienno, diseño de libretas Lapapelera, entre 2008 y 2011.


Precursores de la fabricación del mueble, influencia europea, Siglo XX, estructura de un sillón de Muebles Amador, y dibujo de don Eugenio Penón para una cómoda fabricadas para la mueblería Urgelles y Penón.

Salón de invitados
A su vez, la bienal complementó la muestra con dos salones fuera de concurso o por invitación, a diseñadoras(es) que hayan demostrado presencia en el tiempo, curados por Dinorah Carballo y Guiselle Camacho (miembras de la directiva de la asociación). Punto D se propuso rescatar a dos importantes pioneros del diseño de muebles en Costa Rica, de influencia europea, desde la primera parte del Siglo XX; se expone una “cómoda” en madera, además de dibujos y diseños de Eugenio Penón, celosamente custodiados por la familia Penón; además, materias primas y partes en madera tallada por la empresa local Muebles Amador.

Rodolfo Morales, silla “Autóctona”, 2009, fabricada en madera de palma de pejibaye.

Los tres premiados
El nivel profesional de “CR Diseña” tuvo dos ganadores: Rodolfo Morales, con su silla “Autóctona”, de nítido tratamiento por su amplia experiencia en la fabricación de muebles con palma o chonta de pejibaye, donde incluso, los mecanismos para que el respaldar se adecué a la postura de la espalda del usuario, son de la misma madera; Morales logró un mueble purista, de simpleza formal, en comunión con sus acabados y técnica.

José Alberto Hernández, proceso de creación iconográfica de un cartel, y varias programaciones para el Centro cultural de España en Costa Rica

El otro premio de este mismo perfil lo obtuvo el gráfico José Alberto Hernández, quien exhibió un proceso de creación de carteles, además de libros y elementos de comunicación para el Centro Cultural de España en San José, con la creatividad y realización que lo caracterizan, y con lo cual escala amplia visibilidad en el panorama cultural costarricense.

José Pablo Alvarado, taburete “Huevo” y silla “Aura” (Premio de la Bienal), 2011, fabricada en madera y aluminio.
“Equilibrio Bienal” fue ganada por el Diseñador Industrial José Pablo Alvarado, graduado en la Escuela de Ingeniería en Diseño del ITCR con su propuesta silla “Aura”; reutiliza paletas o tarimas útiles en la carga y transporte de muebles de la empresa Euromobilia, cuyo resultado en el producto es apreciable y contribuye a su estética industrial; también modula láminas y perfiles de aluminio con alta tecnología de corte para obtener el respaldar. La silla “Aura” en conjunto con sus “taburetes Huevo”, se distinguen por un carácter minimalista.

Francisco Chacón, Diseñador Industrial, lámpara en bambú y cuerdas “Trinity”.

Pesistencia de la paradoja
A pesar de la exhaustiva preselección del jurado, no todo lo que exhibe el gran salón de la bienal me parece representativo para un evento del que se esperaba mucho; algunos proyectos ni siquiera brindan motivación para comentarlos. Coexiste una situación que enciende la polémica y que afecta al diseño en general. Ya en 1996, Gui Bonsiepe, en una entrevista que le realicé en Florianópolis, Brasil, publicada en la revista Módulo del ITCR y Fanal del MADC, expresaba la necesidad de despejar esa incógnita y definir qué queremos hacer: “si decir sí al diseño, o mantenernos jugueteando con el arte”.

“Fulano”, instalación colectivo de Diseño Gráfico de la Escuela de Artes Plásticas, UCR.

Significa un desafío para la misma organización, pues en la bienal se muestran propuestas que en ciertos espacios se presentan como arte y en otros como diseño. En la entrada misma del gran salón, la pieza “Fulano”, creada por un colectivo de la Cátedra de Diseño Gráfico de la Escuela de Artes Plásticas de Universidad de Costa Rica (UCR), como producción artística contemporánea es una instalación sugestiva, hermosa, desafiante a la lectura conceptual, pero no como producto de buen diseño que debe procurar una comunicación visual eficaz y que reduzca los altos niveles de ambigüedad.

La paradoja confunde
Ante la presencia de lo incierto, el público no logra definir qué es diseño, pero sobre todo confunde a los industriales que pudieran llegar a palpar lo que un jurado de tan alto nivel considera productos representativos del país.
Suscita incluso una fuerte autocrítica para mí mismo, que me gusta recrear -en mis curadurías-, con esos bordes tan porosos; sin embargo, siempre he aclarado mi postura, son eso: espacios de reflexión sobre la subjetividad o la contradicción, pero una bienal de diseño debe ser objetiva y reducir el impacto de lo incierto. Yo solo abro la pregunta, quisiera que en los espacios de discusión y charlas programadas se cierre ese signo de interrogación.
El asunto no es nuevo e incluso volvió polémica la curaduría de la francesa Catherine David en la Documenta X de Kassel, Alemania, de la cual fue su directora artística entre 1994 y 1997, cuando ella incluyó la poltrona “Mis Blanche” del ya desaparecido diseñador nipón Shiro Kuramata (1934–1991), cuya licencia de fabricación pertenece a la casa italiana Cassina, (agrego que también entrevisté a esta curadora en el MADC, durante su visita al país, y que se publicó en la revista Fanal). “Mis Blanque” es un asiento paradójico pues fabricado en acrílico -como muchos de los productos de Kuramata-, presenta rosas rojas insertas en el cuerpo de la silla; pareciera que uno se sienta en una metáfora que acrecienta ese juego significativo de la rosa, y “roja”, con toda esa connotación de “pasión hiriente”.

Vista de la Sala de Invitados donde -entre otros-, se exhiben piezas de Karla Solano, Sofía Protti de Cueropapelytijera, Priscilla Aguirre y Walter Calienno del Estudio La Cabeza, José Alberto Hernández, Paco Cervilla, Paulina Ortiz, Franklin Hernández, Luis Fernando Quirós.

El diseño y la industria
Vivimos épocas donde es fundamental definir nuestras posturas y asumir la profesión ante tan altos niveles de desequilibrio económico, e incierto panorama social y cultural. Vivenciamos rupturas de paradigmas, cuando para sobrevivir el sector industrial engrana complejos esquemas productivos instalados en los parques tecnológicos del país, con acciones abiertas a compartir. Los diseñadores debemos sumirnos en esos ajetreos, competencias y estrategias productivas, saber de la existencia de una oferta y una demanda, conocer los picos de producción en las fábricas, sobre todo, los bajos, cuando en sociedad con las empresas, bien podrían aprovecharse para insertar nuestros proyectos y ver sus productos fabricados a disposición de la diversidad de segmentos del consumo local e internacional.
Volviendo a la entrevista a Catherine David, ella expresaba que por lo general las bienales llegan hasta que alcance el vino, queriendo decir que hay que darles seguimiento para que repercutan en la conciencia de la cultura de un país, en este caso de la cultura empresarial e industrial quienes no se interesan en la expresividad y lo conceptual, ellos resumen su trabajo en ordenes de compra, venta de servicios, normas y estándares de calidad y tiempos de fabricación.

Vista general del gran salón de la Bienal de diseño Punto D.

En conclusión
La situación de la industria está cambiando y hoy día, un cambio, por pequeño que sea, afecta a todo el sistema. La labor de Punto D es fundamental y requiere atención permanente y apertura de espacios de encadenamiento productivo, capacitación y otras necesidades que van a ser temas de discusión en esa serie de encuentros y charlas programadas durante la permanencia de la bienal, es ahí donde se espera la mayor participación de los diseñadores, empresarios y un público que le inquieta esos signos de transformación y de actualidad. Introducirse en esos “ires y venires” propios del mundo de los negocios, la empresa, la industria y el comercio internacional son lo que yo llamo “asumir la profesionalidad”, otra categoría del discurso del diseño que nada tiene que ver con el del arte contemporáneo. Aún queda mucha tela que cortar y quizás esas incógnitas sean despejadas en futuros eventos de Punto D Asociación de Diseño Costarricense.


 

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