Desde el pasado 26 de marzo, el público costarricense podrá apreciar un conjunto de muestras de arte y diseño, de la nutrida programación y calidad a que nos tiene acostumbrados el Festival Internacional de las Artes –FIA 2014-, organizado por el Ministerio de Cultura.
Me motiva comentar la muestra “Constelaciones”, Museo Calderón Guardia, en tanto presenta obras del “Constructivismo en América”, el “Constructivismo Geométrico” y la “Geometría en Movimiento” , matices de la notable colección del Museo de las Américas –AMA- de la OEA; la cuarta componente de este viaje por las estrellas del arte geométrico abstracto regional es “Geometría Mística” de Manuel de la Cruz González, nacido en1909, curada por Alejandra Triana. González cultivó esta particular manifestación artística por los años cincuentas y sesentas del siglo pasado, y cuya obra hoy alcanza amplia presencia dentro de la compleja sinergia de la urbe actual. La Ciudad de San José, cuenta con un mural ambiental (bajo relieve) en el edificio del Ministerio de Hacienda, diagonal al Teatro Nacional, además, dentro del programa del municipio capitalino denominado “Arte en Espacios Públicos”, para la celebración del centenario del nacimiento del maestro en 2009, produjo un conjunto de murales cerámicos representando varias de sus obras con esta inspiración, localizados en la Avenida 3, “Paseo de las Damas”, que parte de la Estación Ferroviaria del Atlántico, pasando por el Parque Nacional, la Biblioteca Nacional, el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, la sede del Tribunal Supremo de Elecciones y concluye delante del monumento al prócer Simón Bolívar en el Parque Morazán.
Manuel de la Cruz González (Costa Rica). Mural Espacial del actual edificio del Ministerio de Hacienda. Foto LFQ.
Manuel de la Cruz González (Costa Rica). Uno de los murales cerámicos de la pintura del maestro. Foto LFQ.
Constelaciones en el Museo Calderón
En particular me interesa comentar esta exposición que nos ubica principalmente en la Abstracción Geométrica y el Constructivismo en el Cono Sur, con la presencia de notables artistas y en cuyos signos leemos no solo aspectos de introspección y miradas al arte ancestral prehispánico –como en el caso de Torres García-, quién magistralmente cultivó desde Uruguay aquellas tendencias europeas de los años veintes y treintas del siglo anterior, y presenció la edificación de las grades ciudades de la región adoptando los caracteres de la modernidad. Esa época fue un espacio en el tiempo de fuerte sentido de la construcción de la ciudad, de grandes obras edilicias y del urbanismo, tales como puentes, puertos, carreteras, monumentos, edificios y otras estructuras industriales dentro del proceso de mecanización que culminó con el amplio avance tecnológico que fundamentaron nuestras sociedades latinoamericanas de hoy en día. Importante razón para que el museo de la OEA mantenga bajo sus aleros estas colecciones.
Estuardo Maldonado (Ecuador), Memoria de formas, 1963. Colección de AMA OEA. Foto LFQ.
Joaquín Torres García (Uruguay), Construcción Constructiva, 1943. Foto LFQ.
Omar Rayo (Colombia), Atrapados, 1961-1964. Foto LFQ.
“Geometría Mística”
Pero me interesa sobre todo tratar de explicarme cómo fue la introducción en el país de este arte, allá por los años cincuentas y sesentas. Manuel de la Cruz -luego de su estadía en Cuba y Venezuela-, dedicó sus sensibles impulsos creativos y actitud estructuradora hacia la geometría del arte, influenciado quizás por ese carácter de “misticismo” que deduce la curadora Triana. Para quienes estamos sumidos en el diseño, sabemos de las sutilezas y complejidades de los sistemas armónicos basados en la geometría y las fuentes de la proporcionalidad, la partición armónica y su vocación a formar constructos modulares dinámicos que tanto aportan a la arquitectura, al diseño industrial, a la gráfica y al arte, ofrecieron su sintaxis y conformaron un lenguaje propio en esa primera parte del siglo XX; además, es necesario referenciar los rigurosos estudios del rumano Matila Ghika que robustecieron las teorías de la época desde la Matemática.
Manuel de la Cruz González (Costa Rica). Estudios para el Mural Espacial. Foto LFQ.
También, me parece empática la intervención del espacio arquitectónico del museo que alberga las muestras, precisamente en la sala donde se presenta parte de la gran obra de González, cuando el piso, de un diseño muy racional, que conlleva ese carácter de estructuras, y donde antes quizás se ubicó una de las terrazas de la casona del doctor Calderón Guardia -expresidente de nuestra República-, le fue superpuesta una superficie plana de vidrio, iluminada en la parte inferior de manera que al fijar la atención en lo expuesto, en ese espacio de sugerente misticidad, nos parece flotar sobre el insondable campo del ángulo recto, que adoptó la pintura de Mondrián, el diseño de Rietveld, el constructivismo ruso entre otros; un todo coherente con la muestra, referida además al detonante que significaron estas tendencias en la arquitectura y el diseño, tanto como en la pintura y escultura entrantes en la modernidad.
Manuel de la Cruz González, Composición SF. Laca sobre masonite. Foto LFQ.
Gesto de desafío
Conocí personalmente al maestro Manuel de la Cruz quien habitó en Barrio Amón de San José; un día me atreví a visitarlo, mientras él tomaba el sol de la mañana y mostrarle mis dibujos, para esperar, expectante, su angulosa crítica; solo me comentó: “promete”. Decía que sus obras -hoy componentes de la obra pública de la capital, contribuyen a que el público lo reconozca e indaguen quién fue y qué representó en el imaginario que perfiló en el arte del siglo pasado en Costa Rica. Hace unos años los Museo del Banco Central -2009- presentaron una importante retrospectiva de toda su obra; esta nueva presencia, dentro de “Constelaciones” y la “Geometría Mística”, nos motiva a saber aún más de él, y a preguntarnos ¿por qué abandonó sus investigaciones sobre la generación de la forma, y la espacialidad que proyecta, que fundamentaron esa importante vertiente del Racionalismo y la Abstracción en el país? Pienso que tiene que haber sucedido un hecho coyuntural que impidió el desarrollo de su apreciada expresión, para proseguir en adelante con un arte centrado en la figuración, y los signos de identidad local de su pintura de los últimos treinta años de vida. Digo, esa ruptura no estuvo del todo mal para la historial del arte costarricense, pues mostró otros ángulos de su creatividad y visión cultural, pero dejó cercenado una beta de profundidad, envergadura y generadora de sutilezas formales. Existen fuertes especulaciones al respecto, que deben desafiar una mayor investigación sobre la obra de Manuel de la Cruz, fallecido en 1986.