Entrevista con Dinorah Carballo Jiménez, diseñadora, escritora y artista visual, vicepresidenta de Punto D Asociación de Diseñadores Costarricenses, sobre aspectos coyunturales de la sostenibilidad, emprendedurismo y valor del diseño.
La naturaleza nos enseña y demuestra un equilibrio activo, y en constante evolución. Observemos los árboles, son un magnífico ejemplo: sus hojas, en un determinado momento de su ciclo vital disminuyen la clorofila, se secan y caen, pero detrás vienen nuevos brotes que reverdecerán, florecerán, y darán sus frutos a su debido tiempo. Este razonamiento nos revela que vivir, es un proceso, y en tanto vida se “reinventa” constantemente en sí misma, y lo hace siempre con creatividad y capacidad demostrada de innovación. Goethe decía que la eterna ocupación del eterno entendimiento (el ser humano), era transformar. Entonces, las transformaciones son activadores fundamentales para la vida, sobre todo la actual, tan cargada de tensiones políticas, protestas sociales e inconformidad para con el sistema. Reinvención significa estar vivos y adecuarse creativamente a los cambios que jamás se presentan con la misma cara y los mismos atuendos; es como la creatividad, que se “trasviste” para exigirnos constante atención y atender a estrategias para buscarla.
Quizás vivimos tiempos en que es más difícil sacar al mercado nuevos productos a escala industrial, por los altos costes de producción, tecnología, infraestructura, transporte, mano de obra, cargas sociales e impositivas, por lo que acrecienta el sentido -como se dijo-, de reinventarse.
Dinorah dice no está tan de acuerdo con tantos vocablos asociados como reusar, reciclar, reconstruir, si no existe una profunda conciencia de hacerlo como una conducta y modelo de vida a seguir. Acerquémonos pues a su pensamiento, escudriñémoslo con esta entrevista.
Luis Fernando Quirós: ¿Cuál es la explicación de tu disenso respecto al uso generalizado y tan de moda del prefijo “re”?
Dinorah Carballo: Cuando veo el término "re", yo prefiero pensar en una conciencia más profunda, no sólo de los materiales o su estructura a la que se le puede dar un nuevo uso, sino también a la conciencia de valor que como ser humano pongo en las acciones, los comportamientos que me permiten ver más allá, sin quedarme sólo en el material, lo que lleva a cambiar patrones de conducta, calidades de vida, mejoras en el entorno.
LFQ: Entonces, ¿te parecen tendencias superfluas, que no van a la esencia?
DCJ: No superfluas, necesarias en la actualidad, pero sí, no van a la esencia, porque al pensar en el prefijo “re” constante en este contexto, pienso en una nueva cosmética, que no está mal, los materiales se pueden volver a usar en forma constante, aplicado a necesidades del momento, como lo hacen magistralmente muchos diseñadores nuestros, es urgente hacerlo ya que los patrones de consumo han creado una sociedad inconsciente y “botaratas”, (que tiende a botar cosas aún en buen estado) para reemplazarlas por nuevas, acosadas quizá por la publicidad desmedida en muchos casos, o insatisfacción permanente de tener. Es a cambios más profundos a los que yo me refiero, que tienen que ver con el ser humano, con la persona.
No es lo mismo que lo que pasa en la naturaleza, en ésta hay un proceso vital que permite a las plantas o a los árboles mudar lo que no sirve para dejar salir lo que le da vida y belleza. Vive mutándose y dando vida a su entorno con esos procesos que decís; sin embargo, creo como te dije que debe de existir una conciencia de valor hacia las acciones que emprendemos.
Dinorah Carballo trabajando con estudiantes norteamericanos en su espacio Semíramis. Foto Cortesía Dinorah Carballo.
LFQ: ¿Cómo motivar a los diseñadores a asumir este modelo? ¿Qué estrategias percibes para activar en el diseño esa conducta?
DCJ: Primero tengo que darle una asignación a valor, para mí, en este caso, esta expresión intangible se traduce en hacer un balance entre mis actitudes hacia las cosas, las personas y el entorno, las cuantifico y actúo dando la
prioridad a lo que me parece tiene más peso en ese valor o cadena de valores, en este caso pienso en que si modulo mi comportamiento, puedo hacer que en vez de reciclar elaboro planes para que mi vida tenga sentido, y que el sentido lo conformen acciones en esa dirección, hacia la enseñanza, el aprendizaje y el intercambio de conocimiento o saberes entre personas. Me gustaría poner otro concepto de valor, en la teoría del color, por ejemplo, valor es la claridad u oscuridad de un color, está determinado por la cantidad de luz que un color tiene. Valor y luminosidad expresan lo mismo
LFQ: ¿Tienes alguna otra explicación para ejemplificar este aspecto?
DCJ: Con la aplicación de estos conceptos de valor, de confiabilidad, de transparencia y de conciencia en transferir conocimiento y las buenas prácticas en la profesión, en la vida, con los demás, obtendremos óptimos resultados en nuestro producto final. En la Asociación de diseñadores hemos detectado, según una encuesta reciente, una actitud de trabajo en solitario, se podría decir que cuesta confiar.
LFQ: ¿De qué manera, o qué políticas lo propician por parte de la Asociación de la cual formas parte en la Junta Directiva?
DCJ: Siguiendo con el pensamiento anterior de valor, se ha dado un fenómeno interesante, los diseñadores que se han acercado han aprendido a confiar en nosotros porque ven acciones concretas y sostenidas, hay un grupo de profesionales jóvenes y no tan jóvenes que se esfuerzan por buscar esa transparencia, la que se consigue con comportamiento de formalidad, responsables y con sentido humano, científico y empresarial.
LFQ: ¿A qué te refieres cuando hablas de “conciencia de valor”?
DCJ: A que todas nuestras acciones tiene un valor implícito, del 1 a 10 qué valor le pongo a cada cosa que hago. Habría que clasificar a qué dedico mi tiempo y con qué calidad. Si yo en vez de reciclar, trabajo en una conciencia de ahorro, de optimizar mis trabajos, de no usar productos que no me benefician, de no perder demasiado tiempo en cosas que no contribuyen a un bienestar común, porque todo espacio lo debo compartir, en primer lugar conmigo misma y todas las personas con que me relaciono. Es esa conciencia, como lo puse antes, de un tiempo compartido, acciones que redundan en calidad de vida, en pensar que el desperdicio es una de las malas acciones que nos consumen a diario, desperdicio tiempo, desperdicio actitudes, desperdicio el patrimonio heredado, estudio, familia, amigos, trabajar, pensando que el tiempo no es solo mío y mis acciones dan sentido a otros.
Miembros de la Directiva de Punto D, en gira de trabajo donde observan un autobús eléctrico. Foto cortesía de Dinorah Carballo.
LFQ: ¿Qué implicaciones tienen esas políticas a corto y mediano plazo?
DCJ: Esa conciencia de la inmediatez desarticula una cadena de valores que debe de imperar en toda acción, debe de existir un proceso de maduración para ver resultados.
Ejemplo, crear un nombre, una marca, un producto conlleva hacer estudios de factibilidad, debe de haber un proceso de planificación en áreas que me van a llevar a alcanzar el éxito deseado, debe de haber un momento de maduración y de obtención de resultados, sabiendo que a la par debo de producir y de valorar el impacto que mi producto, servicio o profesión está alcanzando.
Esto, como lo expliqué, tiene que ver con las necesidades y las formas en que como persona cuantifico lo que está a mi alrededor, qué valor le doy a las cosas, qué es más importante en mi vida. Depende de ese valor, así sumo o resto en cuanto a mis acciones. Ejemplo: Si valoro la informalidad, y no soy consecuente en todos los aspectos de mi vida, eso se verá en el producto que estoy dando a conocer.
LFQ: Desde la pasada Punto D Bienal de Diseño y Punto D Bienal Equilibrio hemos venido tratando aspectos coyunturales para el desarrollo del diseño en el país, como la necesidad de incentivar los emprendimientos, los encadenamientos productivos entre empresas y diseñadores.
Ya lo han demostrado, cuando la asociación promueve los cursos intensivos en las instalaciones del Parque de la Libertad, financiados por la Unesco y coordinados por Punto D. (Plan de Negocios, principios de contabilidad, comercio en línea, mercadeo).
LFQ:¿Qué aplicaciones se derivan de toda esa actividad formadora y del “aprender a emprender”?
DCJ: Suponemos que cada beneficiado aplica el nuevo conocimiento a su trabajo inmediato, a sus productos, y va sumando elementos que lo harán innovar, destacar, proponer proyectos que superan el común, tanto si es producto o servicio. Porque para emprender se debe de conocer los alcances de este fenómeno de conciencia de valor hacia lo que hacemos, en qué forma queremos destacar, si es que lo queremos, suponemos que sí, que las personas que se suman a estos proyectos comunitarios tienen esa conciencia.
Al usar la palabra emprendimiento -lo discutimos mucho en unos cursos que dio el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) sobre Emprendedurismo, el año antepasado en las instalaciones del MADC, a que asistieron miembros de Punto D, pero también de otras disciplinas como el teatro, la danza, entre otros-, ahí hablamos de que tiene que tener el elemento organizacional y de sostenibilidad para que dé resultados. Acercándonos más a la creación empresarial.
LFQ: ¿Cuál es la duda que se les plantea al focalizar la naturaleza de los emprendimientos?
DCJ: La duda que teníamos era si el llevar a cabo trabajos ocasionales, o ventas callejeras, aunque sistematizadas eran emprendimientos. Bueno, esto para aclararle a los jóvenes el reto de hacer un emprendimiento. Como dices, cuando realizamos la Bienal CR Diseña Equilibro, se pensó en una plataforma y encadenamientos entre diseñadores, empresarios e instituciones para elaborar esa conciencia a la que me refiero en párrafos anteriores.
Jornadas de organización y exposición de pensamientos acerca del diseño, en el espacio Semíramis. Fotografía Cortesía de Dinorah Carballo.
LFQ: ¿Observas algún logro o cambio de conducta?
DCJ: Lo logramos, porque la primera parte de CR. Diseña Equilibrio consistió en hacer una visita a las empresas que nos estaban patrocinando, ahí, todos aprendimos que esas grandes compañías ya habían fomentado en sus colaboradores, políticas de conciencia de valor hacia las acciones que emprendían, por ejemplo en Florida Ice and Farm, tenían un “stoc” muy amplio y variado de todo lo que antes desechaban y que ahora podría servir como materia prima a los diseñadores de diversas categorías que se juntaron en este proyecto; antes, eso servía para llenar de basura muchos contenedores. También algunos diseñadores crearon innovación con los productos encontrados, tal es el Caso de José Pablo Alvarado, ganador del Primer Premio en esta categoría y de Alina Leiva, ellos están en gestiones con las empresas para que les suplan materiales y continuar con los proyectos.
LFQ: ¿Conocen los asociados y ustedes como Junta Directiva, de la existencia de recursos para incentivar los emprendimientos por parte de organismos estatales o de las ONGs?
DCJ: Como agrupación estamos aprendiendo a conocerlos, nos hemos enterado de que existen dineros que a veces se van a otros destinos porque no se hacen proyectos con sentido de conciencia social, de calidad e innovación o porque no se sabe como plantearlos, llenar requisitos a tiempo y trabajar a largo plazo para obtener resultados.
Estando en el grupo hemos aprendido a visualizar esas fuentes, en algunos casos nos han buscado como fue el caso del Parque La Libertad y la Unesco, ya conocían el proyecto de asociación y nos lanzaron el reto de llevar a cabo un proyecto en tiempo récord, en una fecha que no era fácil, noviembre y principios de diciembre. Sin embargo se mantuvo interesado un buen grupo de personas deseosas de enriquecer su saber. Fue un grupo sostenido de 20 a 25 personas o empresas.
LFQ: ¿Cómo descubrir esas posibilidades, si existieran, qué herramientas les ofrecen a los agremiados para intuirlas, descubrirlas y aprovecharlas?
DCJ: Al entrar en contacto con una institución, cada uno está en el derecho de investigar más sobre esa institución y valorar en lo personal cómo podría beneficiarse, son instituciones públicas que deben de estar accesibles a todos, nosotros somos un medio, un puente de enlace entre instituciones y el grupo agremiado, los beneficios a futuro pertenecen a cada uno, eso sí, hacemos conciencia de trabajar por el grupo porque unidos alcanzamos mayores beneficios, trabajamos en la ética y el buen comportamiento para el uso de espacios compartidos por medio de la Asociación.
A manera de conclusión
Con esta entrevista a Dinorah Carballo, hemos conocido su pensamiento como gestora y vicepresidenta de la Junta Directiva de Punto D, Asociación de Diseño Costarricense, quien observa grandes oportunidades para la educación, las investigación, la acción del proyecto, y la necesidad en el diseño actual de saber trabajar coordinadamente con la sociedad académica, la sociedad civil, y la políticas institucionales para crear proyectos con sentido social y carácter sostenible, fomentando una economía solidaria, con oportunidades, sobre todo de empleo para todos.