El objetivo central del proyecto de diseño de una fuente tipográfica titulada “Jairo”, se propone estimular la memoria colectiva para que evoque la paradigmática vida de Jairo Mora, el llamado “defensor de las tortugas”, joven ambientalista para quien hoy un grupo de estudiantes de la Escuela de Diseño de Comunicación Visual de la Universidad VÉRITAS, emprende la iniciativa de mantener viva la luz que ejemplificó con sus acciones para la protección de las tortugas de las costas caribeñas costarricenses.
José Daniel Rodríguez. “Tortugas” 2015. Foto cortesía del diseñador.
Ingrid Navarro. Diseño tipográfico “Jairo”, 2015. Foto cortesía de la diseñadora.
Sergio Salas. “Tortuguitas”, 2015. Foto cortesía del diseñador.
Los motivantes
Jairo Mora murió a la edad de 26 años un 31 de mayo de 2013, era oriundo de la localidad de Gandoca, Manzanillo, en el Caribe Sur de Costa Rica. A la edad de 15 años abrazó la defensa ambientalista por la cual dio su vida -en especial y como se dijo-, por la supervivencia de esta especie que anida en dichas playas caribeñas, las cuales encuentran no solo depredadores naturales sino humanos, personas que roban sus nidos para comerciar con los huevos, pero que también las sacrifican para vender la carne en el mercado clandestino de la oferta gastronómica local.
Valiente y ejemplar, el joven custodiaba los desoves durante las madrugadas y, por estos esfuerzos, acabaron con su vida. El crimen fue mal librado por parte de los Tribunales de Justicia de la provincia de Limón; un juicio viciado liberó a tres de los siete asesinos, y a los demás solo se les sentenció por robos, violaciones, secuestros, pero no por la muerte de Mora. Llevado a otra instancia en los Tribunales de la provincia de Cartago, implica realizar un nuevo juicio; se tiene la esperanza que esta vez la ley sea pronta y cumplida, que su nombre permanezca en la conciencia de todos como un héroe ambiental.
Erica Centeno. “Jairo”, 2015. Foto cortesía de la diseñadora.
Natalia Fung. Fuente “Jairo”, 2015. Foto cortesía de la diseñadora.
Diseño tipográfico
El diseño como actividad creativa puede ser un estímulo notorio para mantener la conciencia sobre las vivencias de Jairo, y que aquel crimen impune que enlutó a los ambientalistas, amigos y familiares, pero sobre todo, que desgarró su memoria ejemplar, sea reivindicado y esclarecido.
El acto de dedicar unas horas del curso de Producción Gráfica a resolver el proyecto, discutir sobre los argumentos y activadores proyectuales, vivifican el recuerdo del modelo de actuación del joven ambientalista, allá en las costas caribeñas de Costa Rica.
Durante el proceso de búsqueda e investigación se realizaron lecturas, observaciones y análisis de los rasgos anatómicos de las tortugas y del entorno marino, para deducir un lenguaje aplicable a la fuente.
El conocimiento de la historia de la escritura, la evolución tenida por las fuentes tipográficas, la teoría de la percepción y el conocimiento de los estilos tipográficos contribuyó a resolver el proyecto, pero también estimuló a los diseñadores a pensar en una solución original entre los miles de alfabetos diseñados que pueblan los acervos del arte tipográfico de siempre; pero además aprender el conocimiento de la producción gráfica aplicable al diseño del libro, la revista, el periódico y otros productos de la enorme industria cuya actividad editorial pareciera hoy en día estar migrando hacia las redes e internet.
Resolver un proyecto de este calibre, requiere de insumos mayores, apoyados por el conocimiento tecnológico, como tener cada fuente vectorizada, posible de ser editadas en esos nuevos software especializados en diseño tipográfico.
Karina Ramos. “Jairo”, 2015. Foto cortesía de la diseñadora.
Ana Alvarado. Fuente “Jauro”, 2015. Foto cortesía de la diseñadora.
Innovar y activar la memoria
El producto de esta experiencia es un buen intento para comenzar a transitar en estos senderos de la creatividad, para ofrecer herramientas a los nuevos diseñadores al hacer ingreso a un panorama tan cambiante y de tanta competencia, donde día a día se nos sorprende con la amplia capacidad industrial, científica y tecnología instalada en el país.
Desde el punto de vista de diseño de fuentes, aunque se diseñan y producen constantemente, no marcan el punto de inflexión en la evolución del diseño y su aplicabilidad en la industria gráfica, el real avance lo emprende la tecnología, tanto que si un Johanes Gutemberg, Giambatista Bodoni, Claude Garamond u otros de los padres de la vieja imprenta retornaran a nuestros tiempos actuales, tendrían un colapso al sorprenderse de cuanto es capaz el ingenio humano al innovar en esta materia.