El universo de lo visual y digital -hoy más que nunca-, está presente en la mayoría de las facetas que influyen no solo en el rendimiento de cada jornada sino también en la calidad de dicha vivencia, como se dijo, cotidiana; va desde el manejo del entretenimiento y el ocio creativo, hasta la educación, y otros aspectos que impactan de manera positiva a la sociedad contemporánea. La Animación Digital es una disciplina profesional que vierte en el trabajo y la investigación no solo las habilidades del dibujante quien sabe expresar, sino que son fundamentales las del pensamiento del diseño, que contribuyen a actuar y a generar una trama que envuelve la historia, el relato, un imaginario. Actúa sobre un plano que va más allá de las dos y tres dimensiones, hablamos del manejo del movimiento en el espacio y, por lo tanto, de una noción activa del tiempo, la expresión y la emoción que afecta al usuario o espectador y es ahí –precisamente-, donde un proyecto de este género requiere de recursos para sostenerlo, en tanto necesita de muchas manos, muchas mentes para generar miles de dibujos que (des)encadenan dicha noción del tiempo.
Guillermo Tovar y Nadia Mendoza: Animación Digital. Foto cortesía de G.Tovar.
Guillermo Tovar y Nadia Mendoza se formaron en la Escuela de Animación Digital de la Universidad VÉRITAS, donde Guillermo en la actualidad es docente; ellos emprendieron el desafío de crear un largometraje animado, género de animación artística, en la categoría de fantasía esotérica, término acuñado por esta pareja pero aplicable a otras manifestaciones dentro del espectro creativo de lo contemporáneo: arte, diseño, cine, tv, universo digital. El filme animado está dirigido por ambos, y se trata de una historia original cuyo guión lo escribió Nadia, y la dirección de animación y arte es de Guillermo.
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Guillermo Tovar y Nadia Mendoza: Animación Digital. Foto cortesía de G.Tovar.
Carácter del proyecto
La iniciativa genera un importante input para la industria de la animación local, que en los últimos años repunta su presencia y proyección en el ámbito centroamericano, en la medida de que es el primer largometraje de este genero en salir de sus fronteras, México y Caribe. Se caracteriza por ser una pieza de manufactura artesanal, donde el noventa y cinco por ciento de la producción es de ellos, y, aunque se define como animación digital, fue generado de manera manual. Este aspecto influye en el carácter del proyecto, en tanto el concepto de animar es limitado en el sentido que el movimiento se da en momentos estrictamente necesarios; pero ahí es que adquieren énfasis sus propias fortalezas: toda la visualidad y el talento de explorar un universo gráfico de su anterior experiencia como artistas visuales y gráficos, confortan la principal herramienta comunicativa, así como la estrategia de posicionamiento de esta película. Ellos pretenden que se note esa diferenciación, además, optar por un argumento que no fuera una historia tradicional, sino una narrativa simbólica que exhibe los enigmas y tensiones que le cargan en particular de interés. Para explicarlo en términos de arte contemporáneo, sería “un cuadro animado” con peso en los símbolos, por lo tanto es una pieza si se quiere hermética, que requiere de un ejercicio de imaginación e interpretación por parte del espectador para tener su propia lectura del largometraje.
Guillermo Tovar y Nadia Mendoza: Animación Digital. Foto cortesía de G.Tovar.
Tecnología digital y manual
Estos son los pilares en los que se apoyaron para definir el proyecto. Todo está realizado con tecnología digital, la investigación, la definición de recursos y el proceso, aspecto que les permitió realizarlo entre dos personas; pero la película no es hecha a mano con dibujos en papel, como se hacía en otros tiempos, además es una tendencia cuando animar requería de equipos grandes como los filmes de la reconocida industria PIXAR. El hacerla a mano es una tendencia bastante reciente, se da desde unos cinco a seis años para acá cuando comenzaron a producirse con muy pocas personas, y abre un nicho de largometrajes artísticos producidos por equipos reducidos. En este momento, a nivel global, se están produciendo quizás unos cinco proyectos del género.
Guillermo Tovar y Nadia Mendoza: Animación Digital. Foto cortesía de G.Tovar.
Principales retos
Dicho carácter permite que el artista o diseñador tenga el control sobre el proceso. Buscar otra dimensión del emprendimiento, al hacer un largometraje con dos personas, se vuelve el reto profesional, explica Tovar: “se trata de un Everest difícil de asumir, pero lo pensamos de esa manera”-,ello les requirió afinar sus herramientas y fortalezas para culminarlo. Otro desafío es la exigencia de manufacturarlo, producirlo; al final van a haber unos cincuenta a o sesenta mil dibujos: -“en ese momento –expresa Guillermo-, el seguimiento nos requerirá un equipo de al menos unas diez personas, de esa manera liberarnos Nadia y yo para dedicarnos a la dirección y no desgastarnos en tantos detalles”.
Guillermo Tovar y Nadia Mendoza: Animación Digital. Foto cortesía de G.Tovar.
Factor económico del proyecto
Aunque semanas atrás esta pareja de animadores emprendió la tarea de levantar fondos y apoyo para la producción del proyecto, Guillermo expresa que la principal motivación es la expresión artística, después, ver como generar fondos para producirlo, pero que lo económico no sea condicionante. Lo primero es la experiencia, la investigación sobre las tendencias y la definición de parámetros destacados de la animación independiente: “esto nos llevó a preguntarnos –expresa-, cómo sacar provecho, pensar, por ejemplo, en los festivales de animación que hay alrededor del mundo, ahora se puede vender los productos generados por el filme como poster, camisetas y otros elementos de marca que se comercializan por internet, y alcanzar otros públicos metas. "Largometrajes sw ANIMACIÓN ARTÍSTICA se producen como máximo unos diez en todo el mundo; cortometrajes se dan unos diez mil al año, pero no de esta naturaleza, conluye Guillermo Tovar sumido en la esperanza de verse en la cima de su Everest.