El 19 de octubre pasado se inauguró la muestra INJERTOS ART´en Natura, en el Jardín Botánico Lankester (JBL), Universidad de Costa Rica (UCR), Paraíso, provincia de Cartago. En el contexto de la producción artística contemporánea resulta inusual observar un evento instalado in situ, como en este caso en el espacio de un jardín santuario de biodiversidad, que interesa a los científicos, pero en este caso es además marco para un conjunto de expresiones artísticas curadas por el experimentado maestro Rolando Castellón.
Moyo Coyatzín, “(Apropiación 131)”, 2014, enredadera Jade, -Strongylodon macrobotrys-, pigmento natural sobre flor”. Documento fotográfico testimonial de la Bienal de Venecia 1978. Foto LFQ.
Injertos para nuevos brotes
La mirada del artista puesta en el entorno -ha sido tema de eventos como la edición de 1978 de la Bienal de Venezia: “Dall ´Arte alla Natura/ Dalla Natura all´Arte”, en la cual Castellón insertó, extra muros, rastros de su propia obra, documentado con una fotografía dispuesta en la entrada a esta nueva exposición en el JBL-, dicho acercamiento a lo natural tiene origen desde las entrañas mismas del paisaje, cultivado por distintas tendencias y estilos artísticos a lo largo y ancho de la historia del arte. El arte contemporáneo no es excepción, pero va más allá al vivenciar la relación intrínseca del artista con la “Madre Natura”, articulando discursos que emergen de su interioridad, en tanto el fruto apreciado por el espectador, implica abordajes de carácter muy emocional germinados en el “corazón” mismo de cada observador.
Fabrizio Arrieta, “Estructura Aérea”, 2014, instalación. Rodolfo Morales “Árbol de la Sangre” 2014, escultura. Foto LFQ.
Injertos en el jardín
La pieza de Fabrizio Arrieta Estructura Aérea no deja de ser una idea rememorativa, en tanto del verdor de la intensa vegetación emerge la estructura, evocación quizás de una torre vigía a la cual subir para avistar nuestros sueños e ilusiones del Edén. Implica además ligámenes con la historia del Arte, al referirnos al Constructivismo Ruso, y al objeto minimalista, frágil, por su fina madera pintada de blanco y negro, tanto como su capacidad de confrontar las embestidas del clima, el viento, la lluvia y el sol.
Dinorah Carballo presenta Interruptores de lluvia, composición de dispositivos, embudos y otros recursos vivos, como plantas y mini jardines entre los cuales se mueve la poesía, la luz, en consonancia con el canto cuando cae la lluvia y emprende un ciclo vital que no tiene fin. Sería gratificante observar su estado al final de la muestra para percatarnos del progreso ocurrido y cómo el espacio vivo se integra de manera natural a esta pieza.
Dinorah Carballo, “Interruptores de Lluvia”, 2014, instalación. Foto LFQ.
Javier Calvo, “Mundo Soñado”, 2014, instalación con placa. Foto LFQ.
Javier Calvo insertó en el ingreso del Jardín de Cactus una placa Al Mundo Soñado 2014, pieza coherente con su actual búsqueda de ideas celebrativas, y enmarcar el imaginario colectivo de lo añorado, como lo es el mismo jardín. En una nota conceptual, esta placa es presentada sin ficha, de manera anónima, como si no actuara artista alguno en el acto, precisamente como si se vivenciara un mundo soñado.
Mirta Castro expuso Nido, sobre el tronco de un añoso ciprés cercenado de su volumen y peso al ser talado por distintas razones, fue instalado por la niña Camila Ávila, para acrecentar esa idea de que todos y de todas las edades buscamos el nido existencial, idea de esperanza donde reposar y protegernos ante tantas contingencias del diario vivir.
Mirta Castro, “Nido”, 2014, instalación y acción con la niña Camila Ávila. Foto LFQ.
Moyo Coyatzín, “Rastros”, 2014, instalación en vitrina del Jardín de Cactus. Foto LFQ.
Moyo Coyatzin utiliza una de las construcciones de esta zona que conforman grandes vitrinas donde se exhiben los cactus, ahí compone sus ensambles e instalaciones tratadas con la pátina de tierra, enmarcando un nuevo rizoma que esperanzados, deseamos sentir reverberar su poesía ahí donde solo la naturaleza conoce. Coyatzín condujo una interesante apropiación de la flor de la enredadera conocida como Jade, “(Apropiación 131) –Strongylodon macrobotrys-, pigmento natural sobre flor”, en su deseo de hacer suyo el jardín de sus ensoñaciones.
Nelson Díaz intervino el sendero principal con una idea titulada Inagotable, con lianas colectadas e instaladas en el túnel de bambú, proponiendo reflexionar sobre la idea del arte de ser signo de pregunta ante nuestra permanencia en el jardín: ¿qué hacemos?, ¿cuál es el significado de nuestra relación con los tesoros naturales que ahí avistamos y de qué manera acrecentar su protección?
Nelson Díaz, “Inagotable”, 2014, instalación. Bryan Erickson, “Bestiario”, 2014, escultura con bambú. Foto LFQ.
Bryan Erickson expuso Bestiario, una enorme estructura en caña de bambú torcido, que exhiben las curvas logradas durante el crecimiento de la planta, utilizando llantas de autos como moldes para lograr la curvatura. La idea de la bestia se aprecia de lejos contra la pared de árboles, lianas, epífitas y otros componentes del bosque, como si dicha vorágine quisiese retenerlo en sus entrañas.
Adrián Flores Sancho y José Pablo Ureña con el proyecto Materia Primera exhiben Estado líquido de los sólidos, instalada en el Jardín Japonés, y Forma múltiple. Modelo para un tronco, dispuesta en el Jardín de Cactus. Se trata de moldes de objetos colectados en el sitio, como secciones transversales de troncos y/o huellas de objetos que fueron llevadas al taller para elaborarlos y luego reinsertar los moldes en el entorno: “Estado líquido” fue dejada en un riachuelo confundiéndose entre hojas de bambú y el fluir de las aguas, para repensar acaso la idea del eterno retorno, esas aguas que vemos correr jamás volverán a pasar por ese sitio e instante, aunque siempre sean agua, pero en este caso, la fricción del agua que actúa sobre los yesos, poco a poco los va desmaterializando hasta desaparecer.
Adrián Flores Sancho y José Pablo Ureña, Materia Primera, “Estado líquido de los sólidos”, y “Forma múltiple. Modelo para un tronco”. 2014. Instalación. Foto LFQ.
Pamela Hernández, “Objetos en la Colina”, 2014. Instalación. Fotos cortesía de Jorge Bonilla.
Pamela Hernández, entre otras piezas expuso Objetos en la colina, nos propone reflexionar en esos subproductos de la electrónica, reutilizados en una silla y una vieja caparazón de computadora ensamblada sobre un trípode; sorprenden al visitante al despuntar sobre una pequeña colina verde, como el alma del jardín, pero herida por esa realidad de nuestra civilización cuando los objetos industriales muy pronto pasan a ser simplemente basura.
Rodolfo Morales utiliza un durmiente de ferrocarril dispuesto en posición vertical sobre otra ligera colina, con una profunda grieta que recorre la pieza pintada de rojo para evocar el Árbol de la Sangre, en alusión al jícaro –Crecenthia alata-, que según el Popol Vuh, la princesa virgen Xquic -hija de uno de los diez pilares de Xibalbá-, fue preñada por ese árbol y de ese mítico gesto nacieron los gemelos Xbalanqué y Hunabpu, inventores del juego de pelota y bastiones de esa gran cultura originaria.
Edgar León, “Efraín”, 2014, instalación. Foto LFQ.
LFQ y Zole Solano,”Herramientas para Amar el Bosque”, 2014. Instalación. Foto LFQ.
La pieza de Edgar León nos vuelve a la imagen del árbol caído, en este caso de un madero negro – Gliricidia sepium-, fragmentado y vuelto a recomponer pero pendiente de un hilo que cuelga del techo del lugar, a un lado dispuso una pieza de cocobolo –Dalbergia retusa– subida en tres ruedas y en cuya sección superior pintó la imagen recurrente de uno de los héroes populares de la lucha libre. La propuesta titulada Efraím, nos sume dentro de un orden como el de la influencia recíproca, que recompone desde la noción cambiante de la naturaleza, capaz de regenerar un brote que transforme por completo su concepto vital.
LFQ y Zole Solano presentan un conjunto de palas titulado Herramientas para amar al bosque, cuyos palos –de pochote –Bombacopsis quinata-, y de poró –Erythrina poeppigiana-, en vez de ser palancas que las empuñan se convierten en vara -como la de aquella visión bíblica del Éxodo-, para recordarnos que a pesar de amar la naturaleza los caminos para la protección del planeta también poseen espinas.
Christian Salablanca, “ST”, 2014, instalaciones varias. Foto LFQ.
Rafaél Ottón Solís, “Ritual”, 2014, instalación. Foto LFQ.
Christian Salablanca instala en varios puntos de jardín sus aves heridas o aniquiladas a causa de la violencia, en la misma naturaleza o en el entono social, representado por añosas maderas recubiertas de tierra y metales oxidados, como las heridas mismas de esta civilización donde el poder nos modela a su antojo.
Rafael Ottón Solís es un poeta de la materialidad, se apropió de una rotonda del sendero que entre el bosque conduce al Jardín de Cactus, y en ese punto sembró varias cañas de bambú anudadas a tres puntos adyacentes. Asume la poesía del lugar, la de los espíritus del sitio que rondan el jardín desde ese centro de irradiación simbólica, muy cercana a sus propuestas.
Rodolfo Stanley, “El Jardín” 2014, instalación. Anónimo, instalaciones varias in situ, entre ellas la pieza de Lorena Rodríguez, “No tengo cola que me majen” (ja), foto LFQ.
Bitty Tasara, “Peso Ancestral”, Instalaciones varias. Foto LFQ.
Rodolfo Stanley presenta El Jardín, se trata de un carretillo de construcción el cuál abandonó pero donde crecieron con mucha fuerza las “sábilas”, demostrando el movimiento continuo de la espiral y los ritmos vitales propios de los fractales, cuyo algoritmo multiplica de manera incesante al interno del gran Caos.
Bitty Tasara instaló Pesos Ancestrales, un conjunto de barcas hechas de maderas, herrajes y otros objetos recogidos en las playas, no solo para limpiarlas, sino también para revivir sus recuerdos en tanto su abuelo fue un navegante quien junto a su padre emprendieron el viaje desde el viejo continente, dentro de aquellos flujos migratorios de antaño, que Bitty Tasara evoca cada vez que pone su mirada en el confín del océano.
Esperanza de un nuevo brote
La muestra en el Jardín Botánico Lankester, coauspiciada por la Escuela de Artes Plásticas, UCR, por parte de su director el Máster Eric Hidalgo, y la publicación en línea Museo del Árbol, contó con el apoyo profesional del biólogo Máster Jorge Wagner -director del JBL y su equipo de trabajo quienes se integraron con gran entusiasmo al montaje aportando a la temática de la muestra en el jardín, que es su entorno de trabajo.
Apertura de la muestra. Foto LFQ.
El arte inserto en la naturaleza implica una composición de varias visiones de mundo, tanto como aquellas añoranzas renacentistas de aunar Ciencia y Arte; encendió una llama que perdurará extendiéndose a las mesetas del saber de artistas y espectadores, territorialidad de pensamientos que no son simple suma de partes, sino relación, pivoteadas por la memoria que acrecienta y multiplica los contenidos del libro abierto por Injertos: Art´en Natura dentro de un orden superior que llamamos Complejidad, donde no solo artistas y/o científicos sino todos, humanos y sistemas naturales, somos responsables de conformar su acción y equilibrio vital.
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