Con este acercamiento a Joaquín Murillo -diseñador industrial y fotógrafo costarricense-, a quien ya entrevisté en otras oportunidades, me percato que en los últimos meses incrementa la intensidad de su trabajo como fotógrafo, realiza varios viajes a Oriente, Europa y Norte de África, y abre una interesante modalidad de talleres en esa disciplina. En estos post me interesa, en particular, conocer cómo enfrentan los diseñadores la crisis global, cómo se ganan la vida en la actualidad, y siguiendo sus pasos me cercioro que es indispensable además de la formación y la experiencia, un espíritu luchador constante, quien no busca si que no encuentra oportunidades donde otros no las ven.
Joaquín Murillo, Egipto. Cortesía del fotógrafo.
LFQ: ¿Dónde detiene la mirada Joaquín Murillo? ¿Cuáles estímulos marcan lo encontrado en sus viajes por el mundo?
JM: Me considero, primero que todo, un fotógrafo de luz natural. Creo que ésta define el noventa y nueve por ciento de mi trabajo en este campo. Como fotógrafo, me siento atraído por casi cualquier detalle cuando estoy en un país y cultura diferente a la mía. Sin embargo, reconozco que, por encima de todo, es el ser humano en su entorno, con sus costumbres, sus tradiciones, religión, gastronomía, entre otros motivantes, lo que siempre busco captar de una manera cándida, intentando reflejar y glorificar en cada imagen ese ser humano, misterioso, anónimo, con sueños e ilusiones, con pasado y con futuro, pero que con quien en la mayoría de ocasiones nunca llego a intercambiar nada más que una sonrisa.
Joaquín Murillo, Egipto. Cortesía del fotógrafo.
LFQ: ¿Qué encuentras? ¿Qué buscas?
JM: Busco lo diverso, lo que me permita replantearme lo que asumo por “verdad” y me obligue (o permita?) a crecer como ser humano. Si bien busco en mis imágenes historias sencillas, cortas, fáciles de comprender. Siempre intento contar una historia corta, con pocos personajes. Siempre he creído que esas son las imágenes que son recordadas; no aquéllas sobrecargadas de información y “novelescas”.
Joaquín Murillo, Casablanca, Marruecos. Cortesía del fotógrafo.
LFQ: ¿Cuáles son sus principales activadores?
JM: Desde el punto de vista emocional el color y la composición supongo que estarán siempre presentes en cada una de mis fotografías, y serán (o intentan ser) el medio para confrontar al espectador con una escena que lo sorprenda, ya sea por su mensaje como por su carácter gráfico. En cada foto trato de permitirle a la luz imponer sus reglas; es decir, me acomodo siempre a ella, a sus caprichos, y trato de entenderla, de respetarla.
Joaquín Murillo, Rabat, Marruecos. Cortesía del fotógrafo.
LFQ: ¿Cómo te propones asumir tus retos o la naturaleza activa de esos motivadores?
JM: Esa comunión casi simbiótica entre fotógrafo, ojo, cámara y escena es mi reto personal. No hay foto en la que no intente lograr ese objetivo. Y cuando se logra, la imagen resulta impactante. Sigo mi propia filosofía de entender siempre la luz. Nunca de imponerme. Esa guerra siempre la termina perdiendo el fotógrafo.
LFQ: ¿Cuál es o qué lleva en la “caja de herramientas” de fotógrafo?
JM: No soy un fotógrafo sofisticado en cuanto al equipo. Sigo creyendo después de treinta años de experiencia en este campo que el “hábito no hace al monje”. Sin embargo, no escatimo en llevar siempre conmigo un trípode, lentes que me permitan trabajar en diferentes condiciones de luz; y, desde luego, mis dos cámaras (o cuerpos de cámara) que nunca me abandonan.
Joaquín Murillo, Francia. Cortesía del fotógrafo.
LFQ: ¿A qué equipo acude, lentes, tecnología?
JM: Trabajo con cámaras de sensores APS (no son “full frame”) de 18MP ambas, ya que para mí es muy importante la capacidad de impresión en gran formato, y éstas me permiten imprimir cada foto en un tamaño aproximado de 190cm x 135cm, sin necesidad de “estirarlas”. No escatimo en lentes pues considero que es la óptica la responsable en gran medida de la calidad final de una fotografía. Por ello cuento con lentes “rápidos”, tales como: 24mm F/1.4; 50mm F/1.4 y 85mm F/1.4. Estos me permiten crear fotos de altísima nitidez, pero sobre todo, me permiten trabajar en el “mundo de las sombras”, que es como suelo llamar a esa condición en la que los objetos están escondidos casi en la penumbra.
Joaquín Murillo, Estambul, Turquía. Cortesía del fotógrafo.
LFQ: Al seguir tu desarrollo profesional y personal, se observa que emigras del diseño de productos y gráfico, hacia la fotografía. ¿Te cautivó lo digital?
JM: Me considero por principio y por convicción un fotógrafo clásico que goza de los beneficios del mundo digital, lo que significa que mis imagines son en su mayoría resueltas frente a la escena. No soy “photoshopero” pues creo que eso esa otra cosa y no es lo que me apasiona. Sostengo que las herramientas del fotógrafo aún son y deben seguir siendo, entre otras, las velocidades de obturación, la “profundidad de campo”, aperturas de diafragma, el flash, ISOs, “temperaturas de color”, distancias focales, etc; pero sobre todo, la luz.
Joaquín Murillo, Grecia. Cortesía del fotógrafo.
LFQ: ¿Cómo distingue la creatividad que carga a sus fotos?
JM: Otro de mis retos personales antes cualquier escena es plasmarla de una manera diferente a como lo haría el resto de la gente. Esa es una de mis reglas o premisas creativas, y trato de seguirla y tenerla siempre presente. Para ello he invertido muchísimas horas estudiando la óptica de los lentes ya que éstos son mis mejores aliados para lograr este fin. Mi formación (de nuevo lo menciono) en diseño creo que también me sirvió para desarrollar un ojo sensible que “ve” a veces lo que otras personas pasan desapercibido. Eso lo he notado con el tiempo. Supongo que es una de mis “bendiciones” personales y vivo muy agradecido con la vida por ello.
Joaquín Murillo, Tokio, Japón. Cortesía del fotógrafo.
LFQ: Quizás para concluir con este nuevo acercamiento a Joaquín Murillo, quisiera confrontarlo con el ser que dejó atrás, el del tiempo de formación allá en el Instituto Tecnológico de Costa Rica, o el de profesional en diseño produciendo, fabricando, gestando empresa. ¿Marca esta nueva etapa en tu actividad profesional una ruptura con el diseño industrial, o es situacional en tanto te instiga ese “mirada del viajero” quien rastrea todo lo que se mueve en el campo y al alcance del ojo?
JM: Esa es una pregunta de altísima trascendencia actualmente en mi vida, ya que yo disfruto mucho el trabajo de diseño que es, a fin de cuentas, lo que estudié a nivel universitario. Sin embargo, la fotografía siempre ha estado en mi vida, incluso desde antes que el diseño, y hoy la verdad es que he logrado hacer de ésta -la fotografía- mi modo de vida. Es ahora mi pasión y profesión. El problema es que el tiempo es finito, y si tengo que escoger, dejaría el diseño, que es lo que parece que está sucediendo inevitablemente.
Joaquín Murillo, Seúl, Corea del Sury Shanghai, China. Cortesía del fotógrafo.
Es importante mencionar que lo que he estado haciendo por años en el campo del diseño ha sido, básicamente, diseño de espacios de venta y stands feriales. Es un campo apasionante pues me da libertad creativa en otra de mis pasiones. Sin embargo, demanda mucho más tiempo. Hay que lidiar con mucha gente durante el proceso de producción y, además, desmotiva los bajos estándares de calidad en acabados que se manejan en este país. Finalmente, los márgenes de utilidad no son ya estimulantes si se hace un balance de costo/beneficio. En ese sentido sale mucho mejor parada la actividad que realizo en este momento en el campo de la fotografía, pues en éste yo mismo controlo casi todo el proceso de producción, desde la toma hasta la impresión final.