Para iniciar el programa expositivo del año 2015, el Museo de Arte Costarricense (MAC), ubicado en el Parque Metropolitano de La Sabana, San José, Costa Rica, inauguró el pasado 15 de Enero y hasta el 29 de Marzo la muestra Observador Urbano de Ricardo Ávila. Se trata de una revisión a su pintura con la temática de las ciudades. Ávila demuestra creciente evolución, esperanzadora para él y quienes creemos en su arte. En su estado inicial se le ubicó como un “outsider”, nadando a contracorriente en los bordes de la “cultura oficial” pero por su actitud de luchador y temple de convicción logra un importante reconocimiento y ve abrirse en el horizonte oportunidades a futuro: en el año 2012 ganó el Premio Nacional Aquileo Echeverría en Pintura por “Ciudades 2012” en la Galería Nacional, y en este Enero de 2015 el MAC alberga esta muestra que culmina una etapa de búsqueda personal por definir su personalidad e indumentaria artística sobre el tema de la ciudad, la misma que él interpreta con aparente algarabía pero detrás de ese signo bondadoso advierte tremendas contradicciones: la contaminación, la violencia, el estrés que sella su devenir pero también nos marca a quienes nos movemos en ellas.
Ricardo Ávila, Observador Urbano en el MAC. "Costa Azul", Francia; "Munich", Alemania. Acrílicos sobre tela. Foto Alex Chávez Gould.
Ricardo Ávila, Observador Urbano en el MAC. "Canal de Panamá"; "Ciudad de San José", Costa Rica. Acrílicos sobre tela. Foto Alex Chávez Gould.
La ciudad es el más amplio laboratorio de relaciones humanas donde los habitantes nos comportamos como eternos aprendientes, pero además, somos buscadores de la ciudad ideal, la de nuestras añoranzas. Algunos se conforman con permanecer en el lugar donde nacieron. Otros buscamos esa noción de perfección que incluye oportunidades de crecimiento y realización personal, por ello se habla de ir “donde más nos caliente el sol”. Pero existen otros que jamás encuentran esa noción del nicho perfecto, lugar donde quiere vivir y realizarse como individuos creativos con talentos y destrezas, por eso la buscan en el arte, la pintan para apropiarse de su espacio vivencial intangible y conformar con esa acción su imaginario simbólico.
Ricardo Ávila, Observador Urbano en el MAC. "Italia"; "México". Acrílicos sobre tela. Foto Alex Chávez Gould.
Ricardo Ávila, Observador Urbano en el MAC. "Miami". Acrílicos sobre tela. Foto Alex Chávez Gould.
Las ciudades de Ricardo Ávila
El tema recurrente en la pintura de Ricardo Ávila (1966), es la ciudad –pero no es cualquiera, sino, como se dijo, la que él busca-, se recuerdan sus muestras iniciales: “Estación Venecia”, Café del Teatro Nacional, 1994; “Ciudades de Italia”, Casa Italia, 2003, además de murales por varios puntos del país. Es muy representativo el tema de sus “Ciudades Satélites” de la década de los dos mil. También las más recientes: “Ciudades 2012”, Galería Nacional como se comentó, se tiene presente “El Aula, recuerdos de Infancia” en el Museo Municipal de Cartago, y las más cercanas: “La ciudad irá en ti, siempre”, Festival Internacional de las Artes 2014, e “Italia nel cuore” en Casa Italia. Dicha recurrencia se debe a la impresión recibida de las ciudades que él en algún momento de su historia personal visitó, donde puso su mirada crítica, trazó su caminar y dicho entramado vivencial le marcó para siempre.
Ricardo Ávila, Observador Urbano en el MAC. "Miami Puertos". Objetos intervenidos. Foto Alex Chávez Gould.
Cuando interviene objetos en ensambles e instalaciones, no abandona esas reminiscencias urbanas que él traduce a su lenguaje y estilo, como las instalaciones expuestas en Bienarte 2003, que tuvo en el jurado al padre del conceptualismo en Latinoamérica Luis Camnitzer; Ávila fue distinguido en dicho evento como artista seleccionado a la Bienal Centroamericana en el Museo de Arte Contemporáneo de Panamá, 2004. Participó con estas visiones en la muestra “Tec-No-lógico 2: espadas de doble filo”, 2003 y “Ciudades (In)visibles”, 2002 –la última curada por Tamara Díaz-, ambas en Teorética; además de “Cuidado que pinta o reconstrucciones pictóricas”, 2004 –curada por Ernesto Calvo-, en el MADC.
Ricardo Ávila, Observador Urbano en el MAC. "Miami Aeropuerto". Objetos intervenidos. Foto Alex Chávez Gould.
Para esta muestra en el MAC, Ávila exhibe dos “pupitres” o muebles escolares; con ello toca el importante tema de la Educación actual, abordando los conflictos entre las formas de aprendizaje del pasado y las actuales mediadas por la tecnología. Nos implica en la reflexión, pensamiento, y en todo ello el arte no está nada ausente.
Premisa sociológica
Se dice que los habitantes entramos en la ciudad, y la ciudad entra en nosotros. Esta idea de la psicología social es efectiva, cuando el individuo creativo hace a la ciudad, y en tanto la elabora con materia dura conforma hormas o moldes que a su vez le hacen a sí mismo (Mitscherlich, El Fetiche Urbano). El habitante es quien la observa a cada paso y en su recorrido va advirtiendo sus pulsaciones, sus decires, sus nostalgias y extrañamientos, pero también sus alegrías por las conquistas en el territorio de lo construido que forja nuestras existencias; de otra manera, lo construido sería simples escenografías del gran teatro de la vida donde nos movemos todos y asumimos roles en un guión reescrito en continuum. La ciudad es él -el artista-, soy yo -su espectador-, somos todos quienes nos reunimos en sociedad porque nos necesitamos mutuamente (Platón, La República). Lo que yo agregue conlleva una ración de contingencia ante la incertidumbre de su devenir.
Ricardo Ávila, Observador Urbano en el MAC. "Miami Aeropuerto". Pintura sobre tela. Foto Alex Chávez Gould.
El habitante urbano
La propuesta a exhibir en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo de Arte Costarricense, deja de lado la ciudad para centrarse en el habitante, quien al interactuar en su entramado simbólico siente, recibe, aprende, se hace y nos devuelve las visiones y significaciones, primero en su pensamiento, luego en cada una de estas telas que también tienen la gracia y poder de transformarnos a quienes nos comportamos como observadores de la muestra.
Una de las percepciones al apreciar el conjunto de las salas del Museo es la existencia de mucha agua, las ciudades que él visiona poseen ese signo esperanzador, pero también preocupante ante lo que llamamos “calentamiento global; posee mucho aire y una poderosa luz que motivan esas nociones cultivadas por Ávila y que nos hablan de su gran amor por la pintura, cuando se dice que quien trabaja con amor no trabaja, vivencia un don divino que solo posee quienes se lo ganan con su dedicación.
Ricardo Ávila, Observador Urbano en el MAC. "Hotel en Coral Gables". Pintura sobre tela. Foto Alex Chávez Gould.
Pues veremos, sentiremos, entraremos en ese imaginario de las ciudades que él recorrió y le impresionaron: Roma con los escenarios del río “Tevere”, sus arquitecturas, puentes, plazas, monumentos, y los visitantes atravesándola en todas sus direcciones. Pero más que modelos realistas, veremos caricaturas, interpretaciones con el característico y genuino estilo naif del pintor, a veces hasta duro y tosco, gesto del tiempo e imperfección actual. Quizás veremos algunas ciudades alemanas, sobre todo de la región de la Babaria que él visitó en 1991; aparecerá algún rasgo de los jardines o la vida urbana de Salzburgo, Austria; de su añorada Venecia con el fabuloso escenario de “Piazza San Marco”. Quizás admiraremos el “Duomo” de Milán y su espléndida plaza; hasta las vías de la elegante Turín, donde culminó una importante búsqueda de su vida familiar, cuando se encontró con su hermana gemela, pero también se adueñó del estilo tan particular de su pintura y de una mirada “incorruptible” –tal y como la califica Alma Fernández Tercero, actual directora del MAC. Acaso veremos Florencia, u otras ciudades donde Ricardo buscó su identidad, su ciudad, y al tratar de saber quién era y despejar el signo de la incógnita, se hizo asiduo observador cuando su mirada se posó en cada detalle, puerta, ventana, dintel, entablamento, fuente, y encontró el color de los vestuarios de los habitantes, sus indumentos, los autos, autobuses, el mobiliario, los ventanales, y de ahí aprendió a escribir en nuestra memoria esos signos que reinventan el presente para catapultarlo al futuro.
Ricardo Ávila, Observador Urbano en el MAC. "Autopista Miami". Pintura sobre tela. Foto Alex Chávez Gould.
Observador urbano
No podemos dejar de considerar sus impresiones de la ciudad de Miami, de ahí este enfoque de la muestra centrada en el habitante, pues es quien la camina activando un sistema emocional de gestos que tienen que ver con el orgullo por la nacionalidad y condición ante la cultura de inicios del tercer milenio de esta era, el habitante es quien siente placer por la infraestructura de su ciudad, sus enormes puentes de acero y concreto, sus autopistas, los parques y plazas, aeropuertos y puertos, su capacidad edilicia de forjar emporios. Los cuadros pintados por él en su viaje a la Florida 2012 –invitado por el crítico, poeta y mentor suyo, Ricardo Pau-Llosa-, intensifica el significado de ser “observador”, nos lo demuestra con lo que él miró, testifica sus emociones que ahora fundamentan uno de los valores de la obra de arte en estos tiempos, ya no es solo el color, la composición, el trazo, la técnica, son los valores vivenciales, emocionales, conceptuales que activan al propio visitante a la muestra, le afectan y con ello construye un andamiaje para la comprensión del sentido de su arte, registros visuales que nos empoderan en tanto somos sus espectadores.
Ricardo Ávila en su estudio, ciudad de Cartago, Costa Rica. Foto Alex Chávez Gould.