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MADC/CR: Estrategas de lo mirado

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Hace unas semanas en nuestra ciudad capital SJ/CR hubo un enfrentamiento entre manifestantes y autoridades en protesta por la situación de la seguridad social en el país; como sucede en escenarios similares -somos componentes del sistema global de la cultura contemporánea-, se formó una refriega que concluyó con apaleados y demandas en ambas vías en los tribunales de justicia.  En la segunda jornada de protestas, previo anuncio del gobierno, mujeres policías resguardaron el orden público, ante esta inusual táctica ese día los manifestantes llegaron con flores blancas para ofrecérselas a las damas uniformadas, todo ocurrió en solapada concordia. Ardid simpático pero contradictorio, tanto como el estereotipo con que se nos identifica dentro y fuera de Costa Rica: el país del “Pura Vida”, cuando en apariencia la vida es elevada, la discordia se mueve por debajo y se disfraza, y existe un clamor generalizado de repudio ante tanta violencia, inseguridad, asedio del narcotráfico, intolerancia xenofóbica y homofobia u otras tensiones que desestabilizan las apariencias de la aplaudida “marca nación”.
Tal es el abordaje a la muestra en las cuatro salas del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC), titulada Construcciones / Invenciones: De la Suiza Centroamericana al país más feliz del mundo, curada por María José Chavarría e inauguró el 29 de noviembre de 2012 hasta el 23 de febrero 2013.

Sala 1 del MADC con la muestra Construcciones / Invenciones. Foto LFQ.

Eugenio Murillo Fuentes. La Comedia. Mixta, 2012. Fotografía cortesía del artista.

 

Roberto Guerrero. Últimos implementos deportivos para un futbolista delicado, 2005. Fotografía cortesía del artistas.

El abordaje
Con unos cincuenta artista invitados, algunos muy sensibles a esas tensiones, intrincan el ajedrez con sus significados, quizás para desestabilizar al espectador, quien llega al museo urgido de asimilar su idea de construir identidades e indagar cuáles son esos imaginarios que nos definen. Me recuerda aquel paradigma de los años noventas del siglo pasado cuando observábamos nuestras diversidades no como adversidades, sino rasgos latentes que nos unen -como en este caso de análisis-, en la construcción de la nacionalidad.
La intención se observa en la pieza “La Comedia” de Eugenio Murillo Fuentes colgada en el espacio de la Sala 3, se trata de unas mascaradas que traman algarabía y celebración, pero de los cuales se desprende el “animus” de cada quien, grisáceo y desdibujado, en un enigmático signo de opuestos que nos reelaboran esa errática noción del ser costarricense. Digo “errática” a la tica o de buena fe, en la idea del ojo del huracán, que aunque existan previsiones científicas de su curso, nadie sabe si se dará un giro y nos afectará; incertidumbre que agrega interés, como en este caso al arte, y nos mantiene en alerta a las imprevistas contingencias.

Esteban Piedra. “Estudio para el desplazamiento/situación de un objeto”. 2012. Fotografía cortesía del MADC.

Priscilla Monge. Virgen de Jabón. 2003. Fotografía cortesía del MADC.

Diálogos y opuestos
La estrategia de Chavarría y sus aliados los artistas intensifica quizás no tanto el diálogo, sino que engatilla la confrontación, insinuando bordes muy porosos en cuanto a dialógica de lenguajes, transtemporalidad, desterritorialización. Uno, como espectador se pregunta sobre las intenciones que establece la curadora para generar “diálogos”, vinculaciones u oscilaciones del significado en la idea de confrontar el trabajo de algunos de los grandes maestros del arte costarricense con los más jóvenes, hablo de Amighetti Ruiz, Tomás Povedano, Emilia Prieto, Felo García, entre otros; desafío noble y todo un tema para la práctica artística contemporánea.
Intensifican diálogos en la Sala 1 al optar por la “Costa Rica Verde”, a veces como producto turístico con alusiones al hermoso paisaje construido de Alejandro Villalobos, o al “pasaje” por la Costa Rica de Joaquín Rodríguez del Paso, o a reinvenciones conceptuales muy sutiles de Victoria Cabezas, Ileana Moya, entre otras.

Edgar León, Sala 2 del MADC. Fotografía LFQ.

Rafael Ottón Solís, Sala 2. Fotografía LFQ.

La Sala 2 juega con simbolismos de la (des)territorialidad, la fragmentación o la inserción, con los intensos mapas de Edgar León, o el contundente “Estudio para el desplazamiento/situación de un objeto” de Esteban Piedra, la poética de la destrucción de Rafael Ottón Solís, y las construcciones informales en los tugurios de Felo García. Regenera el paso por la muestra el simbolismo religioso de la Sala 3 con la brillante “Virgen de Jabón” de Priscilla Monge tan presente en las formas de identidad local.
En ese juego de conceptualizar discursos y caracteres de cada artista para ver qué se transparenta entre sí, motiva a la mirada a entablar conexiones, a preguntarnos qué ver a través del modelos de vinculación, e incluso de hipervinculación, cuando los puntos de quiebre puede que no estén en la misma sala y haya que hundirse en otras estratificaciones para bucear buscando ligámenes. Pienso que eso acrecienta el valor, el crédito a lo mirado, pues no es simplemente ver, hay que ejercitar el pensamiento para exponerse al efecto boomerang -como otra de las piezas de Priscilla Monge, la gran estratega del arte del pensar-, que nos pone delante de ese objeto escurridizo lanzado pero que al volver, si no se sabe sujetar con pericia, nos golpea.

Emilia Villegas.  Y en tres presentaciones: Casi feliz, Ahí vamos, Podría ser peor. Fotografía cortesía del MADC.

Susana Sánchez. Los ticos somos ¿Pura Vida? 2011. Fotografía cortesía del MADC.

Algunos anclajes a lo mirado
Afirmo que me encantan las fotografías de Emilia Villegas, cuando alude a esos asuntos del tico: “Casi feliz”, “Ahí vamos”, “Podría ser peor”, deduce que tener riquezas es relativo pues se habitan cárceles rodeadas por rejas y alambres de púa, mientras quien menos posee, alcanza la codiciada libertad. Deleita lo jocoso de los “S/T” y otros grafismos de Diego Fournier, pues nos conduce “a la cancha” de la vida. Me sumió el vértigo elevado del metaproyecto en “Cada vez más lejos” y “Soñar no cuesta nada” de Errol Barrantes. “Los ticos somos pura vida?” de Susana Sánchez quien recogió mensajes xenófobos en las redes sociales, comunicados de un pueblo que dice ser tolerante, hospitaliario, humanitario y con esos testimonios construye el Pabellón de La Patria pero en el fondo se leen sus bajezas. “La Suiza Centroamericana” de Francisco Munguía, así como otros de sus grafismos sorprenden y juguetean con la imaginación propia. ”La Bígama” y otras piezas de Karol Rodríguez dejan ver el fino humor y la crítica sagaz. “Símbolos Patrios” de Pedro Arrieta, es otro de los imaginarios sobre la nacionalidad: la botella de “guaro”, la bola de fútbol y la imagen de La Negrita de Los Ángeles; suma del fervor y el acicate que embrutece al pueblo, pero todo es relativo, todo es “pura vida”. Las piezas de Roberto Guerrero y en especial “El re-Cuento de Los Daños: Historia Real de Sexualidad, Religión y Política acusa contrasentidos en el Primer Poder de la República, cuando el presidente de la Comisión de Derechos Humanos es un detractor homofóbico, quien presentó un libro denigrante en el mismo Salón de Expresidentes y Beneméritos de la Patria por el hecho de asumir la diversidad.  Siempre me ha gustado las piezas de Leda Astorga, en este caso “La foto de sus 15”, por su humor sagaz. “Retrato en grupo erótico homofilial” de Sila Chanto es una pieza gráfica de gran formato que engulle en la espiral de la larga noche pensando en la naturaleza humana. “Mi linda Costa Rica” de Jurgen Ureña devela el toque, el triquitraque fiestero. “Quiero ser héroe” de Nadia Mendoza connota los mitos actuales salidos de la tv y el cine. “Inventarios” de José Alberto Hernández una vez más nos pone a boca de salida de bala la reflexión sobre el poder de las armas. “No es conciencia“ de Fernando Benach habla de la (de)construcción de la imagen del ser. “Policía interviniendo una obra que habla sobre abuso de autoridad” de Guillermo Vargas Habacuc alude a situaciones confrontativas.

Karol Rodríguez. La Bigama. 2012. Fotografía cortesía del MADC.

Construcciones / Invenciones: De la Suiza Centroamericana al país más feliz del mundo, conforta un buen referente para tratar de reflexionar sobre lo que intentamos ser, lo que nos dicen somos, o lo que en el fondo creemos ser, interiorización necesaria ante un mundo a veces carente de espejos que refuercen esas edificaciones tan complejas de los sistemas de identidad. En verdad son tesoros propios de todos, pero que a veces resguardamos en vasos de arcilla que, al menor golpe, se rompen. La muestra es muy valiosa, en tanto todas estas prácticas expresivas y escenarios nos permiten mirarnos, autocuestionarnos y/o clavar aun más estacas o mojones a los linderos  de lo que nos declaramos


8. Francisco Munguía. La Suiza Centroamericana. Dibujo. Fotografía cortesía del MADC.
 

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