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Paisajes interiores / espacios de espiritualidad

El Estudio FORO_Arquitectos de Costa Rica, encabezado por el Arquitecto Álvaro Rojas, nos comparte pormenores proyectuales de un templo en proceso, el de la “Parroquia de Miravalles”, en la norteña comunidad de Fortuna de Bagaces, provincia de Guanacaste.

 

Templo católico de la Parroquia Miravalles en Fortuna de Bagaces. Foto de Fernando Alda.
Templo católico de la Parroquia Miravalles en Fortuna de Bagaces. Foto de Fernando Alda.

Importante conocer las motivaciones que animaron el proyecto, el por qué del lenguaje arquitectónico, de la selección de materiales, y cuáles fueron los activadores emocionales que llevaron a emerger el constructo en esos territorios de la pampa guanacasteca, bañados de una fuerte luminosidad, rodeada de exuberantes arboledas que apaciguan la sensación térmica. Además, interesa acercarme al Arquitecto Rojas, para conocer su pensamiento, los aspectos conceptuales y teóricos que mediaron en el diseño.

Parroquia Miravalles, Fortuna de Bagaces. Foto de Fernando Alda.

Me importa también el crecimiento intelectual y teórico de los lectores de este blog, por lo cual quiero preguntarle ¿cuál es la concepción de Arquitectura para Álvaro Rojas, y cómo resuelve las necesidades de una comunidad como Fortuna de Bagaces?

Les quiero manifestar que la Arquitectura es -más que proyectos construidos-, es una acción humana que enriquece a la comunidad, a la sociedad, de arquitectural país, al planeta y, en este caso, a la religión Católica pues el proyecto se propuso configurar su templo, él espacio donde la comunidad llega a expresar su fe.

Detalle de templo de la Parroquia Miravalles en Fortuna de Bagaces. Foto de Fernando Alda.

Pero, ¿cómo cargas de valores al proyecto de dicha “acción humana” para empoderar a la comunidad?
Me refiero a la Arquitectura con “A” mayúscula, es decir aquella que se piensa cuidadosamente como resultado de la comprensión de nuestro tiempo y nuestro lugar…, la Arquitectura de “hoy y aquí”, y que dejará una huella para el futuro que se convertirá en símbolo no solo, en este caso, de nuestras creencias si no de este hermoso lugar y de su gente, un símbolo que los hará sentirse orgullosos y que los identificará y los diferenciará de los lugares y las gentes de otras poblaciones, es decir, que contribuirá a reforzar su identidad.

 

Parroquia Miravalles en Fortuna de Bagaces, espacio interior. Foto de Fernando Alda.

Al apreciar las hermosas fotografías captadas por el arquitecto-fotógrafo Fernando Alda, hay una lectura de signos que contribuyen a estimular la emocionalidad y espiritualidad del individuo que acude al templo a acrecentar su fe. La estructura o forma del templo posee un lenguaje, el manejo de la luminosidad nos habla, también lo hacen los materiales y cómo fue insertado dicho constructo armónico en el entorno. Nos activa el punto o círculo que motiva la concentración y toca las claves de nuestra espiritualidad, o los arcos de medio punto muy bien sustentados que ofrecen la sensación de paz dentro de ese entorno verde, y otras referencias geométrico simbólicas que aportan a su lectura e invitan a descifrar el lenguaje.

¿Cómo emerge todo este discurso en el papel?
El proyecto se fundamenta, simbólicamente, en la “Vésica Piscis”, una forma ovalada que surge de la relación de dos círculos cuyos centros están separados por el diámetro de cada uno de ellos. En ese encuentro, surge esta forma que simboliza el pez, que a la vez refiere al cristianismo naciente. En las épocas medievales, las iglesias y templos se diseñaban a partir de dicha “Vésica Piscis”.

Vista del altarFoto de Fernando Alda.

En mi caso personal de observador del proyecto, aprecio un importante dominio simbólico de líneas curvas, contra-curvas, triángulos, y valores dinámicos como los encontrados en la geometría de los rectángulos estáticos y dinámicos como el raíz de dos, raíz de tres y el raíz de cinco, propios de ese ente inspirador de la “Vésica Picis”. Además, cuando tu hablas de esos dos círculos que se intersectan y cuyos centros se encuentran en ambas circunferencias, uno puede interpretarlos como dos individuos pertenecientes a una comunidad, que se hermanan dentro de esa armonía y conjunción espiritual.

¿Cómo manejas o de qué manera cargas esos valores de la cultura de la Arquitectura y el Diseño a tu proyecto?
En nuestro caso, las secciones de un círculo, como las que conforman la “Vésica Piscis” son el elemento formal y simbólico que elegimos para el diseño de este gran proyecto. Por eso el techo es curvo, por eso la pared detrás del altar es curva, por eso la Capilla del Santísimo contiene curvas en las paredes y en el techo.

Vista del altar. Foto de Fernando Alda.

Y, ¿de qué manera nos habla el territorio donde se edificó el templo?
Aparte del simbolismo religioso, proponemos simbolismos de lugar. Por eso queremos que el templo tenga como acabado principal de las paredes, piedra negra del lugar, que amarre el templo al territorio para que le haga intrínseco de su medio…, que pertenezca al lugar.

¿A qué otros componentes del lenguaje simbólico acudes y que aportan a la estética del proyecto?
Como símbolo religioso, como símbolo de vida y como símbolo de lugar, elegimos introducir agua: el agua, como todos saben, ha sido primordial en la historia de nuestra religión; el agua es fundamental para la vida, sin ella no habría vida y, además, la localidad de Fortuna y alrededores se nutren de la maravillosa riqueza del vapor de agua y otros elementos provenientes del cercano volcán Miravalles.

Rojas nos explica además que es un proyecto en proceso, que faltan las fuentes de agua y las pérgolas, y el acabado de piedra negra volcánica que abunda en esas zonas volcánicas y que darían identidad a un espacio que, como muchos otros templos en el mundo, se van construyendo lentamente, de acuerdo a las recaudaciones y economía de los feligreses.

Render exteriores del templo. Cortesía de Foro_Arquitectos.

¿Qué incide en estas lecturas el manejo de la luminosidad?
También buscamos que la atmósfera interior sea de recogimiento, por lo cual el diseño recurre a trabajar cuidadosamente el manejo de la luz natural y también la artificial. No queremos que el lugar esté bañado en excesos de luz o sobre iluminado. Más bien buscamos dar un poco de penumbra para que nos refuerce los estados de humildad frente a Dios.

Render interior del templo. Cortesía de Foro_Arquitectos.

Al hablar de la luz, de inmediato implicamos los factores atmosféricos propios del sitio. ¿Cómo se resuelven?
Para relacionarnos con el clima, hemos diseñado un sistema de pérgolas que tendrán plantas para protegernos del sol y de la lluvia, pero, sobre todo, para destacar nuestra tropicalidad.

A manera de cierre

Razón tenía el arquitecto Rojas de hablar de “Arquitectura con A mayúscula”, que no es simplemente techar un espacio para que los fieles acudan a los oficios religiosos en su Parroquia. Hay un manejo simbólico y del lenguaje que nos afecta, que nos impacta y hace ceder nuestras resistencias interiores para aunarnos a la circunferencia de la comunidad y elevar nuestras oraciones al Creador. La Arquitectura puede enriquecer la experiencia del culto.

Por otro me instiga a pensar en la educación actual, cuando los jóvenes no quieren aprender el significado de dichos simbolismos y solo les interesa las apariencias, pero no la esencia que se encuentra en la penumbra y paz, en la luz irradiadora, y sobre todo, en la cultura del territorio y que Rojas tilda de identidad. Hasta ahí se aprecia la “acción humana” que conlleva la Arquitectura cuando se fundamenta además de la razón y el intelecto, en la sensibilidad y la creatividad.

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