En ocasiones, el tamaño sí importa. Cuando un objeto excede las proporciones habituales, se produce un efecto psicológico por el cual el hombre se despoja de su aparente madurez y es devuelto a su más tierna infancia. Este es el caso de Birdnest, una cama gigante concebida por el estudio israelí O*GE.
La cama, de 4,5 metros de diámetro y capacidad para hasta 16 personas, reproduce la forma de un nido de pájaro gigante que invita a un descanso enraizado en la fantasía y la niñez. Por otro lado, se establece un concepto de reposo que quiere transcender de la exclusividad de la cama individual e incita a la reunión social. Una vuelta a los orígenes.