Aunque estemos a principios de febrero, la sombra de los buenos propósitos aún se proyecta sobre nosotros. Esto me recuerda a los días en los que navego sin rumbo de un blog a otro, cuando lo único en lo que me puedo fijar es en esas composiciones gráficas, más o menos complejas, cuyo protagonista es una frase que tiene la intención de motivarte. Animarte a trabajar duro, a ser tú mismo y a superarte cada día, o simplemente dejarse inspirar por alguna cita de un personaje célebre. Estos son los llamados carteles "motivacionales" (o carteles inspiradores) y que constantemente aparecen en las páginas de image-bookmarking.
A este género pertenece el famosísimo póster cuyo lema es “KEEP CALM AND CARRY ON”, del que conocí su historia recientemente, muy interesante, por cierto. A principios de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico hizo una serie de tres carteles para levantar la moral y el coraje de la población civil ante una posible invasión nazi. Estos carteles nunca llegaron a ver la luz. Setenta años después, un librero los redescubrió y se convirtieron en un souvenir de lo más cool y en un icono nacional. También son de sobra conocidas sus versiones, con bastante gracia algunas, todo sea dicho.
Lo sorprendente es la proliferación de fotografías retocadas en donde se superpone cualquier frase de moda (la versión contemporánea de los carteles "motivacionales"). Estas son las que me llaman poderosamente la atención y que no puedo pasar por alto, aunque lo intente con todas mis fuerzas. Ver una o dos al día está bien, pero como por algún casual vea alguna más, irremediablemente llego a la misma conclusión: son un poco cursis y cargantes. Cursis porque algunas se les ha ido de las manos al hablar de corazones salvajes y demás parafernalia romántica; y cargantes por el impacto que producen tantos buenos y ambiciosos propósitos, uno detrás de otro. Si no, echadle un vistazo a wordsonpixels.
Sin embargo, en ocasiones te encuentras frases disparatadas, normalmente aderezadas con alguna palabra malsonante. Las de corte irónico también me suelen hacer sonreir y últimamente me he aficionado a las postales someecards, que se llevan la palma en cuanto a humor ácido. Estas son las que más me gustan.
Por otra parte, algunos diseñadores jóvenes se valen de este tipo de mensajes para realizar ejercicios que luego publican en sus portfolios. Es un buen recurso para mostrar su talento y hacerse un hueco sin tener un encargo concreto, lo que habla mucho sobre su predisposición y visión ante el diseño y el trabajo en general.
Personalmente, para motivarme siempre me gusta echarle un ojo al decálogo del buen diseño del maestro Dieter Rams. Todavía tengo colgado en el corcho (subrayado con fluorescente) un artículo publicado en Experimenta, en marzo de 2008, titulado: "Décalogo del joven diseñador" de Juli Capella. Altamente recomendable tanto para jóvenes diseñadores como para no tan jóvenes.
Para acabar el artículo, algo que viene muy bien cuando pierdes el rumbo por la Red: