En mi opinión, la mayoría de las escuelas de diseño sirven para más bien poco. Y lo digo con conocimiento de causa porque conozco de primera mano muchas de ellas. Creo que fallan por varias cosas; en primer lugar, en el programa, las asignaturas a penas están relacionadas entre ellas y al final, el alumno se limita a tratar de pasar exámenes. A penas dejan espacio para la experimentación personal, se suele decir que "cuando trabajes no vas a poder experimentar". ¿Y no es precisamente por eso que cuando estás en la escuela es el momento? Y por último, el desmotivado alumno piensa que por sentarse en una escuela de diseño y escuchar lo que te cuentan vas a salir diseñador de allí.
¿Consecuencia? Muchos de los diseños sin base que se ven cada día son consecuencia de este problema, de cómo está todo organizado. Estos diseños desprovistos de alma, que no dicen nada, vacíos, probablemente sean autoría de gente que, por desgracia, les han enseñado a diseñar basándose en "lo bonito" y "lo feo" siendo esto fruto de la falta de espíritu crítico.
Pocas palabras son tan ambiguas y subjetivas como "bonito".
Escuela Bauhaus, Alemania. Inaugurada en 1919 y cerrada por los nazis en 1933. El planteamiento de esta escuela asentó las bases del diseño industrial y gráfico tal y como se conocen hoy en día
Creo que las escuelas de diseño son muy mejorables, no hay que olvidar que en España, la más antigua es de los años 60, con lo que la tradición «diseñística» en este país está aún lejos del resto de Europa. Sin embargo, por mi experiencia personal, creo que el enfoque de éstas, es bastante adecuado, con una formación global que no solo se ciñe a una especialidad (al menos de inicio) con lo que se dota de conocimientos gráficos a los diseñadores industriales y viceversa. Además se respira diseño en el aire y los estudiantes están rodeados de grandes profesionales y disponen de muchos medios para explorar. Creo que el diseño es una profesión claramente vocacional y se pierde un poco este concepto cuando se estudia «porque mola» y este es un mal intrínseco en ciudades como Barcelona, donde ser diseñador es «cool». Como en todas las escuelas, está en las manos del estudiante sacarle partido o no.
Suscribo lo que has dicho… evidentemente.
Bueno, yo no hablaba de mi caso particular, lo que digo está basado no solo en lo que yo he visto sino también en un montón de conversaciones con gente salida de sitios muy variados y, por supuesto, tiene que haber excepciones (afortunadamente). Para mi está clarísimo que es cosa del estudiante exprimir al maximo su formación y que en función de lo que trabaje será más o menos enriquecedor para él y será mejor o peor profesional. Si que es verdad que en ciertos ámbitos, ser diseñador es muy «cool», y con ello, con esta imagen que se trata de dar, se acaba por perder la esencia de la profesión.
Muchas gracias por vuestros comentarios! 🙂
Hola Marta, soy profesor de una escuela de arte de este país y opino exactamente como tú. De hecho, suerte tenemos de muchos estudiantes que sacan un partido enorme de cualquier cosa. Saludos.
Esa es la imagen que a mí también me dan muchos proyectos de concursos en los que participo, y en los que puedo observar otros trabajos además de los de mi entorno. He de decir que personalmente no me ubico en este grupo, porque tengo la suerte de estar en una escuela muy pequeña y con unos grandes maestros que nos inculcan la «IDEA» como base del diseño y he visto reacciones varias; gente que ya le está bien lo «bonito» y que acaba por los pelos el proyecto final y la gente que trabaja el concepto hasta extraer la última gota. Es duro esto último, pero si te abres a todo, finalmente tienes un trabajo que, guste o no a la gente, estará bien planteado.
Creo que hay gente que sirve y otra que no, y la que sirve se nota….
Nuestro sistema educativo tiene muchas carencias, de acuerdo. Pero creo que está tanto en manos del alumno como del profesorado sacar algo provechoso de los años de escuela.
Es fácil decir que una escuela sirve para poco… pero no me lo creo y no estoy de acuerdo en absoluto. El diseño es una disciplina muy difícil de aprender y creo que más de enseñar.
¿Cómo se traduce a 240 créditos todo lo necesario para ser un buen profesional? Especialmente en disciplinas creativas donde además de conocimientos teóricos se ha de formar un sentido estético y unas capacidades comunicativas. En disciplinas que combinan elementos de tan diversa índole y con infinidad de ramificaciones posibles, dónde es necesario estar al caso de las últimas tecnologías pero también conocer los procesos artesanos. ¿Qué la escuela sirve para poco? El error común es pensar que solo saliendo de la escuela somos “alguien” y no somos más que una persona con una base para empezar a aprender, está en nuestras manos el seguir aprendiendo, como lo está el ampliar conocimientos más allá de un plan estudios en los años de escuela.
El aprendizaje es un proceso que durará TODA LA VIDA, la escuela es solo una estapa, pero clave.
Hola!
Estoy de acuerdo con casi todos vosotros y aquí es donde está, creo, el problema. Existen diferentes planes de estudio que hacen que el centro donde se estudie sea vital para la correcta formación o no del diseño. Subscribo totalmente lo dicho referente a que hay que mejorar en todos los sentidos y entiendo a la perfección a Marta.
Totalmente de acuerdo con Rafa sobre el «snobismo» de ciertas capitales y lo que en ellas «se vende». El hecho de que este debate se pueda enfocar desde tantos puntos de vista es en si misma la prueba de que algo falla, más allá de que a uno le guste un centro o no, le suspendan o le aprueben..
Para acabar una puntualización. El centro más antiguo de diseño de España y casi de Europa es L’ Escola Llotja de Barcelona creada en 1775, ahí es nada!… es que estudié ahí… pero más recientemente, claro! je,je. Os dejo el enlace: http://www.llotja.cat/pages/page.php?numh=0&numv=1&cat=0&lan=1
Saludos!
De acuerdo
Soy profesor de una escuela de arte y estoy plenamente de acuerdo contigo Marta.
Estoy totalmente de acuerdo contigo en que “el error común es pensar que solo saliendo de la escuela somos alguien” y que el aprendizaje es continuo, siempre hay que refrescarse. Y precisamente por eso, creo que la formación que uno tiene cuando sale de la escuela se debe en su gran mayoría a lo que haya trabajado fuera de ella y a lo que haya investigado cada uno por su cuenta. Por ello, la gente que no haga esto, saldrá cojeando de más patas que los demás porque el ir a clase no es para nada suficiente y de ahí viene mi post. Claro que estudiar es una etapa clave, pero creo que las escuelas les queda muchísimo por mejorar y por replantearse 🙂
Un saludo!
La escuela aporta herramientas indispensables para el diseñador, eso es innegable, los principios del diseño, las técnicas, las influencias, las corrientes, etc., son parte de esa disciplina, del aprendizaje que la escuela aporta al estudiante. El rol del diseñador no se pone a prueba en una moda, esto es algo pasajero. El producto del diseño se reconoce por su propio diseño y funcionalidad. Opino que sin vocación y sin conocimientos acádemicos se puede lograr trascender en la comunidad con un elemento tan efímero como el que es creado por aquel diseñador del momento, el diseñador «cool». Y estoy de acuerdo en la escuela como depositante de esos principios y de la escuela de la vida aportante del éxito o del fracaso.
Saludos y mil gracias por estos aportes.
El problema no son las escuelas de diseño, el problema son los profesores de estas. Los diseñadores fuimos formados a imagen y semejanza de otro, que imparte sus conocimientos con base en lo que otro había aprendido y la cadena no tiene fin. Los profesores de diseño no han sido formados en pedagogías para la enseñanza de este, por ende sus clases son reflejo de cómo ellos aprendieron o de cómo desarrollan su vida profesional y esa es su verdad. Tanto es así, que ven en el estudiante de hoy un falso reflejo de lo que ellos fueron, y no es así.
Con respecto a lo bello y lo feo, este es un debate largo y escamoso, pero sí considero que deberían ser palabras vetadas en el campo del diseño, los proyectos se corresponden a una temática y funcionan o comunican o cumplen con satisfacer, pero no pueden ser evaluados por ningún motivo desde la estética del docente.
Desde mi humilde opinión, considero la dirección del proyecto de diseño desde la mayéutica, se debe permitir al estudiante la exploración y el descubrir su propio mundo, no el mundo frustrado de otro.
Martín Rodriguez
Tanto históricamente como ahora, hay escuelas que funcionan y escuelas que no funcionan. Y lo curioso es que cuando analizas las que funcionan tiene muchas cosas en común que no tienen las que no funcionan.
Que quiero decir con ‘funcionan’? Que sus estudiantes entran en la profesión con un nivel correspondiente a sus estudios al poco tiempo después de graduarse.
Que que quiero decir con ‘no funcionan’? Que los estudiante salen insuficientemente preparados para incorporarse a la profesión y/o con carencias básicas que les llevan a tener que adaptarse a otros trabajos poco relacionados con lo que estudiaron.
Habiendo estudiado arte y diseño en varias escuelas (en España, Francia y el Reino unido) he sido objeto de diferentes modos de enseñar y desafortunadamente he podido comprobar que España no esta a la cabeza en esto.
No es muy difícil hacer las cosas bien y hay ejemplos que se pueden seguir o tratar de aprovechar, no siempre hay que reinventar la rueda. Las escuelas también pueden aprender de otras escuelas.
Ojala se pudieran cambiar un poco las cosas escribiendo un comentario en un blog, pero es casi imposible. No solo porque tendría que ser leído por los que tienen el poder de hacer algo en ese ámbito, si no porque en estos casos las palabras no bastan y hay que hacer mas que hablar.
Pienso que el problema actual que existe en la formación universitaria en general es la desconexión de la actividad formativa de las titulaciones con el mundo empresarial creando por un lado materias desfasadas en su temática y por otro lado empresas que viven al margen de nuevos puntos de vista de la realidad…..todo esto hace que las nuevas sinergias que pueden salir de dicha combinación se pierdan mirándose cada uno en su propio ombligo pensando que tienen la razón.
Por otro lado es evidente que la experimentación en el diseño es evidentemente necesario así como el contraste de puntos de vista.