Cuando salimos de casa cada mañana, empezamos a meternos cosas en los bolsillos o en el bolso, que van desde el teléfono móvil hasta un bolígrafo. Cada uno carga con los enseres que considera elementales. La gente se mueve diariamente por la ciudad con un montón de cosas encima y esta movilidad urbana influye inevitablemente sobre el diseño de nuevos objetos. El desarrollo de productos portables es imprescindible en ciertos ámbitos y en el caso de muchos gadgets las baterías están a la orden del día.
Ordenadores portátiles, bicicletas o paraguas plegables, teléfonos móviles, cámaras de fotos compactas, libros electrónicos o reproductores de mp3 han ido apareciendo poco a poco en nuestras vidas en respuesta al incremento de horas que pasamos fuera de casa y al deseo predominante de hacer cosas o estar entretenidos mientras caminamos, esperamos o simplemente tenemos un momento libre. Además, como consecuencia, el diseño de bolsos especiales para todos estos objetos también ha ido evolucionando para hacernos la carga lo más llevadera posible.
Pero a pesar de que todos pensamos que solamente llevamos las cosas esenciales, es inevitable llevar algunas de ellas por motivos puramente emocionales. El reloj, fotos de amigos y familiares, joyas, un recuerdo de un viaje o incluso muchos de los gadgets que nos endosamos encima curiosamente, a efectos funcionales, podrían ser perfectamente prescindibles y sin embargo preferimos llevarlas con nosotros, nos sentimos más seguros con ellas y con los lazos emocionales que nos unen a ellas.
Son nuestras señas de identidad.