En pleno período 2.0. en el que pocas cosas se desarrollan ya sin que un ordenador esté de por medio, se llega a abusar demasiado de su uso. En el caso del diseño está claro que en el ordenador todo queda bien, todo es posible y se puede dar vida virtual a las formas más inverosímiles. Así se peca de que a veces hay formas, pero no ideas. A la hora de desarrollar algunos proyectos desafortunadamente se llegan a dejar de lado los prototipos, haciendo caso omiso a pruebas y a los ensayos oportunos porque nos fiamos de lo que dice nuestro amigo electrónico. No nos manchamos tanto las manos como antes y la investigación queda olvidada en un segundo plano. Creo que la labor del diseñador, tanto la más creativa como la más técnica, debe estar mucho a pie de taller, donde la experimentación de materiales, acabados, formas, ensamblajes, etc. se puedan llevar a cabo con libertad; si uno lo hace todo sentado desde su silla delante del monitor, el resultado final no quedará tan enriquecido como analizando detenidamente todas sus posibilidades. Analizar la realidad de esa idea, de ese producto, del fin para el que va a ser creado.
Muchas veces, parece que cualquiera sepa usar el photosho puede ser diseñador, que tener ideas y, sobre todo, saber llevarlas a cabo, no cuesta nada, o por lo menos no demasiado. De ahí viene que muchos amigos y conocidos de vez en cuando te pidan que hagas "un dibujito de esos que haces tú" demostrando que el trabajo del diseñador a veces se valora bien poco.
El ordenador es una herramienta que por supuesto nos ha hecho avanzar muchísimo, pero todo es malo en exceso.