El marketing tradicional ha muerto, al menos así lo afirman los expertos en la materia. Ya no vale la segmentación clásica del mercado, por edades, sexo, poder adquisitivo, etc., sino que, para vender, hay que ir mucho más allá. Los estilos de vida y la venta nuevas emociones son los actuales valores a tener en cuenta a la hora de elaborar una estrategia de negocio. Ya no es tan importante cómo es una persona, sino cómo quiere llegar a ser. Por ello, los enfoques tanto de diseño de los productos, como de la comercialización de los mismos, deben abordarse de otro modo, tratando de acercarse al consumidor para aportarle una nueva experiencia que genere el valor añadido; buscar que el usuario se identifique con el producto y que éste refleje la imagen que el consumidor quiere dar a los demás y darse a sí mismo.
Este cariz emocional lo que evita, en cierto modo, son las copias ajenas. Las empresas que han sabido aportar esta carga emocional a sus productos y sobre todo, a su marca (Apple es el eterno ejemplo), son las que se libran de competir con el que le copia porque, además de que los demás siempre irán por detrás de ti, nunca será la misma experiencia de compra o de uso. En este caso, el que copia no compite con un producto, compite con una marca y toda la carga emocional que conlleva.
No se suele comprar el (caro) café del Starbucks porque sea mejor café que los demás.
Interesante.
Buenos dias Marta,
Gracias por continuar en la linea del post escribí justo previamente. En él intentaba explicar previamente y transmitir implícitamente que el marketing ha muerto…si bien tu lo hiciste explicito, genial!!!estiy de acuerdo.
Respecto «el que copia no compite con un producto, compite con una marca y toda la carga emocional que conlleva.» matizar que no es carga emocional, no procutos vs. marca. Hace tiempo ya competian en ese sentido y era la evolución básica del modelo tradicional…ahora la ruptura se basa en que se compite contra ecosistemas con valores que aportan todo aquello que el usuario anda buscando…es diferente a mi modo de ver.
Hola Juan! Acabo de leer tu post, lo tenía en la “lista de cosas pendientes por leer” y mira tú por dónde. Es un tema que me interesa muchísimo y sobre el que he estado indagando bastante porque me parece algo clave hoy en día. Desde luego estoy de acuerdo con todo lo que has escrito en tu post, es genial, tienes mucha razón al decir que una misma persona pertenece a varios de los “antiguos segmentos” y que ya no somos fieles a una marca porque sí.
Bueno, no me refería a que el producto compite con la marca, sino que una empresa que compite con Apple, por ejemplo (aunque esto sea bastante difícil), no compite solamente con productos, sino con toda una simbología, una imagen y claro, unos valores, como tu bien dices, que trasmite esa marca (y que por lo tanto se ven reflejados en sus productos). En resumen cosas que tocan la fibra del usuario (su parte emocional y su percepción) y que éste adopta como vehículo que transmite la imagen de lo que “aspira a ser”, de cómo se ve a sí mismo y, en definitiva, de cómo quiere que le vean los demás.
Muchísimas gracias por tu aportación!! 🙂